Capítulo 71

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Luego de cuatro días, al fin podía decir que la habitación de su hija estaba lista… o casi. Al menos las paredes tenían color.
Con ayuda de Luján y Marcos, Marizza había logrado plasmar en aquellas paredes la idea que daba vueltas en su cabeza.
Eran cuatro paredes, cada una con un color diferente; gris, blanco y un rosa sumamente claro, mientras que la pared restante era blanca con estrellas de diferentes tamaños en los mismos tonos.
Marizza tenía ilusión de poder hacer aquello con Pablo, pero eran contadas con una mano las horas que pasaban juntos durante el día y a pesar de que sus amigos hacían todo lo posible por acompañarla, no podía evitar sentirse algo triste.

-Quedó bien para mi.- dijo Marcos mientras observaba la pared de estrellas que acababa de terminar.
- Ay si, está hermoso.- exclamó emocionada Marizza.- muchas gracias, de verdad.
- No me agradezcas, sabes que siempre voy a estar para lo que necesites.- dijo Luján abrazandola.- sobretodo cuando el boludo de tu novio desaparezca.
- No seas así, sabes que lo hace por laburo.
- Si pero no da que te ignore como lo hace, Marizza. Sabes que nunca lo banque mucho por todo lo que te hizo y…
- Y nada.- interrumpió.- yo decidí perdonarlo para intentarlo una vez más y estoy bien con él… yo lo amo, Luján. De verdad.
- Ya lo sé, sólo por eso mantengo una relación buena.- admitió.- pero si te vuelve a lastimar le voy a romper la nariz.
- Yo confío en Pablo y no creo que tenga malas intenciones o esconda algo… ¿sino porque compró esta casa?.- comentó Marcos, poniéndose del lado de Marizza.
Luján rodó los ojos.- solamente fue una advertencia. 
-Fue una amenaza.- corrigió.
- Bueno ya fue, cambiemos de tema.- intervino Marizza.- ¿comemos algo? Me estoy muriendo de hambre.

Rápidamente bajó a la cocina en busca de comida para desviar el tema, ya que temía tener que darle la razón a Luján en algún punto.
Ella confiaba en Pablo, pero sabía que si seguía maquinando todo acabaría mal; no podía permitir que sus inseguridades arruinaran esa relación que tanto les costó.
No podía dejar de percibir ciertas actitudes extrañas de su parte, como por ejemplo que prefería abrazar a su almohada en lugar de a ella para dormir o que ni siquiera se preocupara en ocultar el asqueroso olor a cigarrillo. Hacía todo lo posible por comprenderlo, evitando comentarios que llevaran a una discusión, pero él continuaba ignorandola.
Marizza había llegado al punto de comenzar a pensar que había algo malo en ella que había transformado su actitud, lo cuál la angustiaba pero jamás se lo reconocería a nadie… muchos menos a Luján.

-¿Que tenes ahí?.- preguntó Luján, asomándose por su hombro para ver dentro de la heladera. Los alimentos predominantes eran, obviamente, frutas.
Rápidamente sacó algunos ingredientes metiendolos dentro de la licuadora, dispuesta a hacer panqueques.
Quizás el azúcar lograra mejorar un poco su ánimo.
-¿Estas ansiosa?.- preguntó Marcos mientras ayudaba a su amiga a poner algunos platos sobre la isla.
- Nerviosa mejor dicho.- dijo con una risa.- me da terror el momento del parto, aunque Mía dice que no duele tanto como dicen… creo que lo dice para no asustarme.
- Estoy seguro que todo va a salir bien, tranquila. Sos una mina fuerte.- alentó palmeando su hombro, a lo que Marizza sonrió agradecida.
- ¿No hay un curso de preparto antes?.- preguntó Luján con curiosidad.- muchas toman ese espacio para despejar todo tipo de dudas y miedos.
- Si, es la próxima semana.
- ¿Vas con Pablo, no?
- Obvio Luji, ¿con quién sino?.- mintió, concentrándose en el sartén de panqueques frente a ella. Pablo no estaba enterado en absoluto del curso de preparto ya que no había tenido oportunidad de decirle. Odiaba mentirle a su mejor amiga, por lo que se aseguró de no voltear hacia ella.

La puerta de entrada se abrió bruscamente, dándole paso a un ajetreado Pablo que se dirigió rápidamente hacia su escritorio sin siquiera percatarse de los presentes.
Al notar aquello, Marizza prefirió fingir que nada extraño sucedía y siguió con lo suyo; ¿hasta qué punto podía llegar su indiferencia? ¿cuál era el límite de comprensión?.

Sempiterno {Pablizza}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora