Capítulo 73

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20 minutos y un jugo de pomelo de retraso. Eso llevaba Pablo mientras Marizza esperaba en la sala del centro de obstetricia donde se llevaría a cabo el curso psicoprofiláctico.
Ella no planeaba asistir, pero en su última ecografía su obstetra había logrado convencerla alegando que le trasmitiria mayor seguridad e información para el momento del parto, además de aprender ciertas técnicas que le serían de mucha utilidad, como por ejemplo con la respiración. 
Esa mañana había hablado con Pablo antes de que él se fuera a la discográfica, dejándole bien en claro que debía ser puntual y, como no podía ser otra cosa, había prometido serlo.
Marizza detestaba su manía por prometer cosas que no lograba cumplir.
Jazmín, la obstetra a cargo de la charla, había comenzado a llamar a todas para ingresar y acomodarse en los lugares.
Le lanzó una rápida mirada a su teléfono y al no tener señales de Pablo, decidió entrar.
Miró rápidamente a todas aquellas mujeres que estaban en compañía de sus parejas, que parecían realmente emocionadas por recibir la charla y compartían sonrisas; ella también podría estar en igualdad de condiciones, si tan sólo su novio no fuera un completo imbécil.
Tomó asiento en una de las sillas de la última fila con vista hacia la ventana, esperanzada de ver al ojiazul aparecer en algún momento.

-Bueno… ¿Están listas para empezar? .- preguntó con una sonrisa Jazmin.- ¿están todos o falta alguien?.
Tímidamente, Marizza elevo su mano.- mi novio todavia no llego.- dijo, provocando que todos los presentes voltearan hacia ella. Era como si la miraran con cierto ¿reproche? O quizás, solo se deba a ser la más joven en la sala.
- Parece muy joven, seguro su novio es igual.- escucho susurrar a una mujer a un par de sillas delante de ella.- no tienen sentido de la puntualidad.
Inmediatamente frunció el ceño, dispuesta a responderle; ¿quién se creía que era para opinar sobre ella?.
Un golpeteo un poco insistente provino de la puerta, y un momento después Pablo hizo su acto de presencia.
- Perdón por llegar tarde, tuve un problema en el estacionamiento.- se disculpó sentándose junto a Marizza, que aun seguía con el enfado impreso en su rostro y la vista clavada sobre la mujer.- ¿todo bien?.
Tomo su rostro para que volteara a verlo y automáticamente una pequeña sonrisa apareció en su rostro.- obvio, bebe.- beso rápidamente sus labios, mordiendo su labio.- después hablamos.- susurró entre dientes.

Él guardó silencio y se dispuso a prestar atención a la charla que estaba dando comienzo.
Era tan extraño todo esto; jamás se imaginó estar en una habitación rodeado de mujeres embarazadas, para aprender la importancia del rol de padre en el parto… jamás se imaginó vivir uno a esa edad.
Si, siempre había tenido la fantasía de ser padre pero nunca pensó que eso sucedería a los veintiuno, aunque le reconfortaba el hecho de que sea junto a Marizza.
Era todo un mundo nuevo por descubrir, y lo harían juntos.
Lanzó una mirada a su alrededor, observando a todos y sus diferentes expresiones. Algunos parecía que sólo querían huir, mientras que otros prestaban total atención a las palabras de la obstetra a cargo.
Después estaba él, que simplemente observaba todo a su alrededor mientras divagaba en sus pensamientos, en un terreno desconocido. 
Pablo sonrió con un leve apretón en su mano y giró su vista hacia Marizza, que parecía intentar decirle algo.

-¿Qué? .- preguntó en un susurró. 
- Me quiero ir, esto es un embole.- respondió del mismo modo, con su vista en el frente.
Él hizo una mueca conteniendo una pequeña risa; ella no estaba equivocada en lo absoluto.
De un momento a otro, una mujer comenzó a relatar una historia bastante detallada de cómo sus corpiños se vieron afectados con la sustancia naranja que salía de sus pezones.
-Tiene el color de la sopa de zapallo.- decía, esperanzada a que le explicaran la situación. 
Al oír aquello Pablo no lo soporto y dejó escapar una ligera risa, captando la atención de todos, sobretodo la de la mujer enojada por la interrupción. 
- Perdón, me ahogue.- se excusó avergonzado.
- No tenes de qué preocuparte, eso es algo normal.- explicaba con calma Jazmín a la mujer.- se llama calostro y suele aparecer en las últimas semanas o en algunos casos los primeros días del postparto, antes de la bajada de leche.
- ¿Sería cuando ya está madura? .- preguntó la mujer, que parecía no captar del todo la información.
- ¿De verdad dijo madura? .- exclamó Marizza susurrante.- me quiero ir a la mierda, Pablo.

Sempiterno {Pablizza}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora