Capítulo 37

1.7K 83 36
                                    

Su cabeza daba vueltas, y sentía su frente latir en el lugar donde tenía el corte. Con su mano, tocó suavemente la zona, sintiendo la venda bajo sus dedos. Al parecer se había golpeando la cabeza con la cajonera.
Su atención fue captada por una cabeza de pelo castaño, que caía sobre los almohadones del futon; Pablo aún seguía ahí, y al parecer se había quedado dormido.
Se dirigió lentamente hacia el baño, con intenciones de tomar una ducha y aliviar un poco su cabeza. Sobre la barra, había una bolsa de farmacia con medicamentos y vendas extras para que pudiera cambiarla.
Una media sonrisa se formó en su rostro; a pesar de que ella le dijera de todo, Pablo nunca iba a dejarla. 

Abrió el agua, dejando que el gran chorro cayera sobre su espalda y mojara su cabeza.
Era todo tan extraño, y no podía dejar de pensar en aquel test que se había realizado días atrás. Era una locura, pero no era imposible.
Algunas lágrimas comenzaron a caer por sobre, mezclándose con el agua de la ducha. Si ese test había fallado, sentía que iba a morirse… pero no encontraba otra explicación a su malestar. A excepción de su estrés y ansiedad, pero nunca había llegado al punto de un desmayo.

Al salir, cambió su venda intentando ser cuidadosa. Había una pequeña mancha de sangre en el centro, y tenía un corte horizontal. Hizo una mueca al sentir un dolor punzante al momento de colocar la nueva. 
De su armario tomó unos shorts con una remera negra holgada con una divertida estampa de Speedy Gonzales que Manuel le había regalado hace algunos cumpleaños atrás.
Observó a Pablo dormir, mientras se preparaba un té de tilo con stevia; su expresión era tan serena y angelical, a pesar de estar durmiendo en una posición bastante incómoda visualmente. 
Las ganas de despertarlo para abrazarlo y pedirle perdón la invadieron. Ella lo amaba, de eso no tenía dudas; confiaba en el...y estaba dispuesta a escuchar lo que tenía para decir, aunque probablemente no le gustara. Eso era parte de madurar, ¿no?.
Cuidadosamente se acercó a él, contemplando su rostro angelical; era hermoso por donde sea que se lo vea. Acarició su rostro suavemente, provocando que hiciera una mueca.

- Pablo.- susurró, sacudiendo su brazo.- despertate, Pablo.

El simplemente se removió ante el tacto, quedando en una posición aún más incómoda.

-Dale Pablo, despertate.- insistió, sacudiendo su brazo con fuerza.

Entreabrio sus ojos, a la vez que se acomodaba haciendo sonar los huesos de su espalda con una mueca de incomodidad.
Observó a Marizza, arrodillado frente a él y no pudo evitar dirigir su mirada hacia la pequeña venda que cubría una parte de su frente; a pesar de eso, aún se veía preciosa.

-¿Estás mejor?.- preguntó con voz ronca, frotando su alborotado pelo.
Marizza asintió, sentándose a su lado.- quiero hablar con vos… sobre lo que dijiste.
- Yo ya te dije todo.- sentenció, mirándola expectante.- vos no se que tenes para decir.
- Sabes que no soy muy buena con las palabras, y que soy un poquito impulsiva…
- ¿Un poquito?.- interrumpió, haciendo énfasis en la última palabra.
- Bueno… un poquito bastante.- admitió.- pero quería decirte que… por más que diga un montón de cosas, yo no pienso que seas un garca. Y mucho menos como tu viejo.- agachó su mirada, al recordar las dolorosas palabras que había utilizado.- yo te amo, Pablo. Y se que capaz no soy la mejor para demostrarlo pero… nunca dude de mis sentimientos hacia vos. Perdón por todo lo que dije.
- ¿Que dijiste?.- dijo divertido, fingiendo no haber oído la última parte.- ¿podré repetirlo? No escuche bien.
Marizza le lanzó una mirada asesina.- perdón por todo lo que dije.- repetio con énfasis.

Pablo sonrió de lado, abrazandola por los hombros.- se que no pensas todo eso que dijiste, pero a veces ya jode y mucho que pongas en duda todo lo que digo… que nunca confíes en mi.
- Yo confío en vos, te juro que lo hago.- decía mientras intentaba no llorar.- pero no pensé, simplemente me dio mucha bronca imaginarte con Consuelo y…
- ¿En serio vas a llorar?.- Pablo quito con su pulgar una lágrima que acababa de deslizarse por su mejilla con una suave risa.- vos no sos, ¿Estas bien?.

Sempiterno {Pablizza}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora