Capítulo 56

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Tarde, por más que lo intentara, sabía que siempre iba a llegar tarde y se odiaba por eso. Odiaba el maldito tráfico de las calles de Capital Federal en hora pico; llevaba 30 minutos intentando salir del autopista para poder llegar a la clínica donde Marizza lo estaba esperando. Ni siquiera tenía el coraje para tomar su teléfono, ya que presentía que debía tener algún mensaje o llamada perdida suya y no quería generar un motivo para pelear cuando las cosas por fin empezaban a ir bien.
Llevaban dos días conviviendo juntos, aunque ella aún no terminaba de mudar todas sus cosas, como si temiera arrepentirse de esa decisión.
"Sólo necesita tiempo" se repetía a sí mismo para no perder la paciencia.
Soltó un bufido despeinando su pelo. Los vehículos a su alrededor comenzaban a avanzar lentamente, por lo que se apresuró hacia la primera salida que divisó; iba a llegar tarde y había tenido el tiempo suficiente para prepararse a la reacción de Marizza, aunque era tan impredecible que nunca sabía con qué podía salir.
Llevaba 20 minutos de retraso, pero aún albergaba la esperanza de estar a tiempo.
Estacionó su auto, asegurándose de que no sea blanco para algún tipo de costosa multa y tomó su teléfono que descansaba junto con sus cosas en el asiento de acompañante.
Soltó un suspiro adentrándose a aquella clínica para dirigirse al piso 5 de ginecología y obstetricia. Una voz dando la bienvenida a la clínica resonó entre aquellas paredes de metal y pudo sentir una cierta mirada seductora de una camarera a su lado, acompañada de una sonrisa.

-¿A qué piso?.- preguntó, recorriendo todo su cuerpo con sus ojos.
- Al cinco, por favor.- respondió algo incómodo ante la atrevida mirada de la joven.
- ¿Ginecología?.- re preguntó curiosa.- ¿es un nuevo médico?
- No, solo vengo a acompañar a mi novia.
- Ah.- la joven sonó algo desilusionada al oír aquella respuesta.

Al bajar, recorrió el lugar con su mirada en busca de Marizza y tragó saliva al no verla en ningún lado. Se sentía realmente mal de llegar tarde al control de rutina después de que ella se lo haya repetido con muchas ilusión, ya que había una pequeña posibilidad de que les revelaran el sexo de su bebe.
Volteó rápidamente al sentir una mano tocando su hombro, chocando con su rostro que dibujaba una divertida sonrisa.

-¿Todo bien?.- preguntó tranquilamente Marizza al ver la expresión nerviosa de Pablo.
- S-si… perdón por llegar, te juro que intente…
- Está bien, faltan 20 minutos todavía. No llegaste tarde, Pablo.- exclamó con una risa.
- ¿Como que no? Pero si me dijiste…
- Si, ya sé lo que te dije.- interrumpió.- sabía que ibas a llegar tarde así que te menti.
Pablo frunció el ceño.- si me lo hubieras dicho al menos habría tenido tiempo de almorzar.- se quejo al recordar que esa mañana no había desayunado más un simple café.
- ¿De verdad te importa más un almuerzo que acompañarme a una ecografía?.- soltó ofendida
- No dije eso, no inventes cosas que no dije.
- Pero te conozco y sé que lo pensaste.
- ¿No podes estar ni dos minutos sin pelear, no?.- soltó en un murmullo al percatarse de la mirada de una enfermera que acababa de pasar.
- Vos me provocas, Pablito.
- Andrade.- llamó desde una de las puertas Jazmin con una sonrisa.

Marizza se puso de pie dirigiéndose hacia ella, sin siquiera devolverle la mirada a Pablo que la seguía guardando silencio.
- Marizza, ¿como estas?.- preguntó amablemente mientras ésta se acomodaba sobre la camilla indicada.
- Bien, creo. No volví a tener pérdidas… ¿eso es bueno, no?
- Si, así es. Igualmente es bueno que sigas manteniendo los mismos cuidados.- advirtió 
- ¿Los mareos frecuentes son normales?.- preguntó Pablo antes de que Marizza volviera a hablar.
- Si, por lo general duran sólo duran en el primer trimestre, pero hay muchos casos que se mantienen a lo largo de todo el embarazo; ¿tuviste mareos últimamente?.- preguntó con interés a Marizza.
- Si, algunos… también náuseas. No puedo comer prácticamente nada. 
- Quizás eso tenga que ver con los mareos.- dedujo rápidamente.- si son persistentes a lo largo del día, lo mejor es como mucho pero poco y no ingerir más líquido de lo que tu cuerpo te pide. 
- ¿Mucho pero poco?.- preguntó Pablo, que aún no lograba entender a que se refería.
- Claro, comer pequeños bocados en varias momentos del día asegurándose de masticar bien así se digiere con menos dificultad. Preferentemente alimentos que esté segura que no le harán mal. ¿Te parece si empezamos?.
Marizza asintió, ignorando la mirada de Pablo sobre su persona; si él no tenía un mínimo interés por estar allí, era inútil que le devolviera la mirada para sentirse acompañada.
El frío del gel neutro impactado sobre su abdomen le causó un leve escalofrío que desapareció de inmediato, al dirigir sus ojos al pequeño monitor que Jazmín señalaba con una sonrisa.

Sempiterno {Pablizza}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora