Capítulo 39

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No podía dormir. Tenía su mirada clavada en el techo, tenuemente iluminado por los faroles de la calle.
Giró para ver el reloj en la mesa junto a su cama que marcaba las 3:00AM; llevaba dos horas dando vueltas entre sus sábanas intentando conciliar el sueño. Su cabeza era un tsunami.
Suspirando con pesar, abandonó su cama para dirigirse a la cama en busca de un té de manzanilla. Quizás eso la relajaria un poco.
Mientras el agua se calentaba en la pava, se detuvo a observar su menudo cuerpo en el espejo de su armario, e inconscientemente, llevo una de sus manos a su estómago… imaginando por un momento cómo se vería con un vientre abultado. El sonido de la pava con el agua hirviendo la devolvió a la realidad, apartando esos absurdos pensamientos de su cabeza. 
El reloj marcaba las 3:20AM; Marizza se sentó en su sofá, llevando sus piernas a su pecho mientras disfrutaba de su taza de té, cuando el sonido del timbre retumbo en el lugar. 
Dudo en si debía abrir la puerta, ¿Y si era un loco? ¿Quien carajo tocaría el timbre a esas horas?. Barajó la posibilidad de llamar a seguridad, pero quizás era algo extremo.
A los pocos minutos, el timbre volvió a sonar acompañado de tres golpes a su puerta.

Lentamente se acercó para mirar a través de la mirilla. Soltó un suspiro aliviado, al observar aquel rostro tan familiar pero no podía evitar sentir preocupación. 

-¿Qué haces acá a esta hora, Pablo?.- dijo en un susurro, invitandolo a pasar.
- No podía dormir y… necesito hablar con vos.- sus ojos parecían cansados y su pelo estaba alborotado, como si hubiera estado en su cama dando vueltas por horas al igual que ella.
-¿Que paso?.- retomó su lugar en el sofá junto con su taza de té, señalando el lugar vacío a su lado.- ¿querés un té?
- No… necesito preguntarte algo.

Marizza lo miró expectante, examinando su expresión. Parecía asustado pero era muy difícil de descifrar. 

- Hoy hable con Consuelo, me dijo que mi viejo la llamó para pedirle información… sobre vos.- decía suavemente.- dice que el… tiene sospechas de que vos...vos.
- ¿De qué yo que? Habla Pablo, me pones nerviosa 
- De que vos estés embarazada.

Su rostro palidecio. Definitivamente esa no se la veía venir. ¿Cómo es que Sergio podía sospechar eso? ¿Acaso la seguía? ¿Era él el tipo del extraño auto negro?.

-Marizza… ¿vos estas embarazada?.- insistió, al borde de perder la paciencia.

Ella simplemente mantuvo su mirada clavada en la nada, intentando encontrar una respuesta para aquella pregunta que aún ni siquiera ella podía responderse. 
Sintió las manos de Pablo tomar su rostro, en busca de su mirada. Esos profundos ojos azules reflejaban incertidumbre y ansiedad; ansiedad por una respuesta que aún desconocía.

- No…- dijo en un susurró.- fue negativo.
- ¿Qué?.- preguntó, sin comprender.
- Hace unas semanas… me hice un test.- agachó su mirada, para evitar que viera sus ojos humedecerse.- fue negativo… no lo te dije porque… porque no te quería alarmar.

La estrechó fuertemente entre sus brazos, permitiendo que hubiera su rostro en su cuello.
Acarició suavemente su espalda, al sentir su remera humedecerse por sus lágrimas. Odiaba verla llorar y sabía que no era el momento de pelear pero no soportaba seguir con esa duda. 
Si bien ella le decía que no lo estaba, el sentía que había algo más; lo presentia.

-¿Porque no me dijiste?.- susurró, una vez que ya sus lágrimas habían cesado.- te podría haber acompañado, no se… estar ahí.
- Perdón, te juro que no mi intención pero tenía miedo.- admitió mirándolo a los ojos.
Pablo soltó un suspiró y beso suavemente su frente.- yo nunca te voy a dejar sola, pase lo que pase. ¿Entendiste?.
Ella asintió, rodeando su cintura con sus brazos.
- El test…¿es confiable, no? ¿no hay ni una mínima posibilidad de error?
- Bueno… en la caja decía 99% de efectividad y Luján dice que es probable un falso negativo que un falso positivo. 
- ¿Luján?.- preguntó sin comprender.- ¿ella sabe?
- Obvio que lo sabe, es mi mejor amiga. Me lo hice en su casa.
- Ah que bonito.- replicó en tono ofendido.- ¿Cuando te dan los análisis?
- Mañana.
- Te puedo acompañar… bah, si querés. 
Marizza lo observo con una sonrisa, planeando un dulce beso en su mejilla.- si, no tengo problema.

Sempiterno {Pablizza}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora