Capítulo 47

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Todo estaba oscuro y sólo podía visualizar diversas figuras que parecían dar vueltas a su alrededor. No tenía fuerzas, su cuerpo le pesaba pero a la vez sentía una extraña ligereza, como si estuviera bajo los efectos de alguna droga.
Por un momento se creyó muerta, al sentir un leve hormigueo en sus piernas. Intentaba comprender lo sucedido, pero su cabeza dolía demasiado como para al menos intentar hacer sinapsis.
De pronto, sus ojos de encontraron con una mirada color verde. Era aquella mujer cuyo nombre aún desconocía pero parecía reales intenciones de ayudarla.

-Flaca, toma un poco de agua.- su voz sonaba tan lejana que apenas podía comprender sus palabras.- tenés fiebre pero vas a estar bien.

Marizza asintió levemente con su cabeza, sin apartar su mirada de la suya; ¿Por qué se comportaba de aquella manera con ella? ¿Acaso no tenían intenciones de hacerla desaparecer? ¿Y si había corrido a contarle todo a Sergio?.

-Podés confiar en mi eh, yo no te voy a hacer nada.- advirtió ante la expresión asustada de la joven.- yo también pase por eso, va a estar todo bien.

Por algún motivo, aquel dato le había transmitido un poco de tranquilidad entre tanta desesperación. 
Poco a poco entreabrio sus labios, permitiendo que la mujer la ayudara a beber un poco de agua.
Podía notar una cierta comprensión genuina en su mirada y en su tacto, tan suave… tan cordial. Quizás podía permitirse confiar un poco en ella.

- Gracias.- murmuró suavemente.- ¿cómo te llamas?
- No te conviene saber mi nombre.- respondió evasiva con una mueca similar a una sonrisa.- pero podes estar tranquila conmigo. No puedo meter a ningún médico acá, pero vas a estar bien. 
- ¿Sergio lo sabe?.- preguntó con voz trémula, temerosa de lo que podría suceder si él se enteraba.
- No no, tranquila. Él no está, todavía no volvió.- por su tono de voz, Marizza no quiso seguir preguntando sobre el padre de su novio pero sintió cierto alivio al saber que no estaba allí.

Asintió levemente, sumiendose en un silencio un poco extraño. Tenía curiosidad acerca de su vida, pero a la vez tenía miedo de preguntar; ¿por qué no le convenía saber su nombre? ¿cómo debía referirse a ella entonces? Era misteriosa, demasiado misteriosa.

-¿De cuantas semanas estás?.- preguntó, intentando sacar tema de conversación y relajar un poco el ambiente.
- Cinco creo.- respondió dubitativa. La verdad era que había perdido la noción del tiempo, y no sabía cuánto tiempo llevaba encerrada en aquel lugar, por lo que tampoco podía calcular las semanas en que se encontraba su embarazo.

Una sonrisa ¿melancólica? apareció en su rostro, con un pequeño atisbo de tristeza en su mirada. Marizza recordó las palabras que me había dicho hace tan sólo un momento: "Yo también pase por eso". ¿A qué se refería?.

-¿A qué...te referías cuando dijiste que… que pasaste por lo mismo?.- se animó a preguntar, temerosa de que pueda tomárselo a mal.
- Hace un tiempo estuve embarazada.- soltó, mientras jugueteaba con la botella de plástico que sostenía en sus manos.- yo no quería tenerlo, estaba sola y sabía que no podía darle una buena vida. Aparte de que nunca estuvo en mis planes tener un hijo… no crecí en un ambiente propicio para eso, ni para la idea de una "familia feliz". Era difícil, muy complicado… por lo que decidí abortar y todo salió mal.

Esa no se la veía venir; su rostro se tornó sorprendido y a la vez sintió algo de pena por aquella mujer. No parecía una mala persona, o quizás ella era demasiado confiada.
Eso era algo que Pablo siempre solía recriminarle, que para ella todos eran buenas personas dignos de confianza, cuando a la larga o la corta de terminaba demostrando lo contrario.
Un claro ejemplo: Javier.

-Lo siento mucho.- soltó en un susurro, sin saber exactamente que responder a aquel pequeño relato
- No me arrepiento de hacerlo eh.- advirtió ante la expresión indescifrable de Marizza.- pero si de haber confiado en las personas equivocadas… todos cometemos errores ¿no?.
- ¿Y por eso trabajas para él?.- exclamó sin pensar, recibiendo una mirada interrogante de parte de la mujer.
- Digamos que le estoy devolviendo un favor.- contestó en tono pensante.

Sempiterno {Pablizza}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora