𝑬𝑳𝑬𝑴𝑬𝑵𝑻𝑨𝑹𝒀

002 | unpleasant encounter.

» CAPÍTULO DOS:
' encuentro desagradable '

*:･ﾟ✧

presente...

— HACE UNOS POCOS SEGUNDOS se pudo ver a Flash correr por las calles de Central city, ¿irá a salvar el día una vez más? eso lo.... .— La chica de las noticias no pudo terminar la frase ya que decidí apagar la televisión de la cafetería, recibiendo como respuestas unas cuantas quejas.

— ¡Lo siento gente pero tenemos que cerrar porque es hora de almuerzo! .— me excusé con una falsa sonrisa en el rostro y pronto todos abandonaron el local.

Un bufido salió de mis labios cuando ya no había nadie y me saqué el delantal que debía llevar mientras trabajaba, me solté el cabello y salí del lugar dejando todo cerrado, mi turno había terminado por hoy. Luego de camina un poco, pude divisar el auto de Liam, rápidamente entré y saludé a los chicos luego de cerrar la puerta del vehículo.

— Rosie, ¿a dónde iremos a almorzar? .—Dean me miró por el retrovisor.

— Me comería una hamburguesa, ¿les parece? .—contesté acomodándome en el asiento a lo que ellos asintieron sonriendo.

El resto del camino se pasó en silencio, cada uno tenía su cabeza en diferentes asuntos y bueno, no teníamos mucho de lo que hablar, nuestra relación se había vuelto monótona y todos los días parecían ser iguales, lo único que variaba era si almorzábamos juntos o no. A los minutos llegamos a nuestro destino, los tres bajamos del auto y el mayor del grupo puso el seguro para evitar que algo pudiera pasar.

— Liam, te toca pedir, quiero lo de siempre .—hablé al entrar al local y le sonreí con burla mientras me cruzaba de brazos.

El antes mencionado se quejó durante unos segundos hasta que se resignó y se dirigió hacia el mesón, donde podría pedir la comida de los tres. Por mientras, Dean y yo buscábamos dónde sentarnos, finalmente decidimos sentarnos en una de las mesas junto a las grandes ventanas.

— ¿Estás bien?

Asentí extrañada ante la pregunta y coloqué mis brazos sobre la mesa para luego apoyar mi cabeza en estos.

— Si, sólo estaba pensando en todo, ya sabes, aunque aprendí un poco a controlar "esto" aún no me acostumbro .— respondí encogiéndome de hombros tratando de restarle importancia, aunque por dentro la situación me angustiaba.

— Tranquila, en un tiempo lo lograrás y sólo será una parte más de ti.

Una leve sonrisa se formó en mi rostro al escucharlo, ojalá sea así.

— Bueno babosos, aquí está su comida .—el castaño llegó a la mesa con dos bandejas y las dejó sobre esta.

— Eso fue rápido .— hablé agarrando una papita y llevándola a mi boca.

— Si, por suerte no había mucha gente.

Atacamos nuestra comida sin esperar ni un sólo segundo, nos empujábamos y en más de una ocasión les tiré papitas porque se quejaban de como comía.

— ¡Hey ya! basta .—apunté amenazante a Liam quien estaba a nada de tirarme aderezo en el rostro.

— ¡Eso no me detendrá! .—respondió este a nada de tirar dicha sustancia, la cual fue retirada de su mano por Dean.

— Miren .—susurró este apuntando levemente con su cabeza hacia atrás.

Cuando miramos en esa dirección, nos encontramos con Barry Allen, Caitlin Snow y Cisco Ramón, estaban comiendo a unas mesas de distancia y teníamos que pasar por su lado al salir, vaya suerte. Al terminar de comer esperamos unos minutos más para ver si decidían salir de allí pero no se movieron y se nos hacía tarde, así que no nos quedo más remedio que pasar por allí. Cuando lo hicimos pude sentir la mirada de alguien sobre mi pero decidí ignorarla y seguir caminando hasta salir del local.

— Vámonos a casa, me duele el estómago .— murmuré llevando mi mano hacia allí e hice una mueca, en parte no mentía, el verlos allí me revolvía el estómago.

— Quien diría que nos encontraríamos a Flash y a su séquito .—comentó Liam rascando su nuca con incomodidad.

Al estar los tres en el auto, este comenzó a avanzar por las calles de ciudad central en dirección a nuestra casa, los chicos iban sentados adelante y estaban hablando o eso parecía, no les presté mucha atención, mi mente era ocupada por tres conocidos rostros. Nunca le había tenido tanto resentimiento a unas personas, algunas veces llegaba a ser preocupante e intentaba superarlo, pero era un ciclo sin fin y siempre terminaba volviendo a mi odio. Los chicos han tratado de sacarme de allí, de convencerme de que son buenas personas y que no lo hicieron a propósito, tenían razón, pero nunca se me ha sido fácil el perdonar, una de las tantas cualidades sobre mi que no me gusta.

— Llegamos .— la voz de Liam llegó a mis oídos sacándome de mis pensamientos.

Asentí sin decir palabra alguna y bajé del auto, saqué de mi bolso las llaves de la casa y abrí la puerta principal.

— Estaré en mi habitación .— sin esperar respuesta alguna entré al lugar, subí las escaleras y me encerré en mi pieza.

Me tiré a la cama, abracé una de mis almohadas y mis ojos no tardaron en cerrarse, no tenía sueño pero quería descansar.

Flashback...

Agarré mi bolso y lo llené de mi ropa, las lágrimas caían sin cesar de mis ojos y mi respiración estaba agitada. Necesitaba salir de aquí.

— Rosie, por favor abre la puerta.

Ignoré los llamados y los golpes en las puertas de mis amigos, no podía seguir aquí.

— Cariño por favor, no te vayas.

Una vez había terminado de guardar todo, cerré el bolso, lo colgué en uno de mis hombros y abrí la puerta, provocando que Liam y Dean casi caigan de cara al suelo.

— Te encerraremos en tu habitación si es necesario .—amenazó el rubio tapándome la salida.

— Chicos, por favor. Soy un peligro, no debería estar cerca de ustedes.

La mirada de ambos se ablandó y aquello terminó por destruirme, estallé en llanto, dejando caer el bolso. Ambos me rodearon con sus brazos, logrando que me sintiera segura.

— No eres un peligro, por favor tenlo claro.

Fin del Flashback...

Eso fue minutos después de la primera vez que mis poderes se desataran, fue un mal día en el trabajo y llegué a casa con las emociones a mil, de paso provoqué que todas las plantas de la casa crecieran de manera descomunal y que agarraran a los chicos, Liam casi se desmaya por la falta de oxígeno y le quedaron unas pequeñas marcas en el cuello. Nunca me había sentido tan como la mierda, hacerle daño a los que amo siempre ha sido mi mayor miedo, verlo hacerse realidad fue lo peor que me pudo pasar.