073 | bye speed.

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» CAPÍTULO SETENTA Y TRES:
' adiós velocidad '

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UN BUFIDO SALIÓ DE mis labios mientras sacaba las llaves para entrar a casa, todo se había ido a la mierda y Zoom no aparecía, ahora estaba suelto por la ciudad y no teníamos idea de cómo atraparlo

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UN BUFIDO SALIÓ DE mis labios mientras sacaba las llaves para entrar a casa, todo se había ido a la mierda y Zoom no aparecía, ahora estaba suelto por la ciudad y no teníamos idea de cómo atraparlo.

— Vaya mierda .— escuché a Liam decir.

Asentí, finalmente se desactivó el seguro y nos adentramos a la casa, sentí una fuerte presión en mi pecho al ver el estado del interior y me llevé una de las manos a la boca, todo estaba hecho un desastre.

— Dylan .— susurré tirando mis cosas al suelo y subí las escaleras corriendo.

Abrí de golpe la habitación de su cuarto para encontrarme con absolutamente todo roto y en la pared decía "la velocidad de Allen por Wally y Dylan", negué sin querer creer que todo esto estaba pasando, no Dylan, él no tiene nada que ver con todo este mundo.

(...)

— Toma esto, te ayudará a tranquilizarte .— dijo Dean entregándome un vaso con agua y azucar.

Lo recibí y lo bebí todo de un golpe, necesitaba tranquilizarme ahora mismo, todo mi cuerpo tiritaba. Cuando vimos lo que había pasado le avisamos a los chicos de S.T.A.R labs y nos dijeron que nos quedáramos en casa, Barry llegaría en cualquier momento y luego nos iríamos todos a las instalaciones, buscaremos una solución para esto.

— Nosotros estaremos arriba, revisando la habitación de Dylan .— asentí levemente al escucharlos.

Sentí sus miradas sobre mi, pero yo me mantuve mirando fijamente la pared y dejé el vaso vacío sobre la mesa de centro.

— Aquí estoy .— Allen apareció frente a mi.

Me lancé a sus brazos nada más verlo, soltó un suspiro apretándome contra él y besó mi frente con delicadeza.

— ¿Estás bien? .— preguntamos al mismo tiempo en un susurro.

Asentí levemente apoyando mi cabeza en su pecho, al transcurrir un par de segundos llevó sus manos hacia mis mejillas y analizó mi rostro. Secó una rebelde lagrima que caía por mi mejilla derecha, besó mis labios y volvió a abrazarme.

— Tranquila, los encontraremos y los traeremos de vuelta a casa .— murmuró acariciando mi cabello.

(...)

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