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La noche de la explosión en S.T.A.R labs cambió la vida de muchas personas, creando así a los famosos "metahumanos", algunos buenos cómo The Flash y otros malos. Una joven se vió afectada, dándole poderes increíbles pero junto con sus amigos pr...
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— NOSOTRAS DEBEMOS IRNOS AHORA ya, John me pidió que fuera a la guarida lo más rápido posible .— hablé mirando a Barry e hice una leve mueca.
— Está bien, las iría a dejar pero no sería bueno para Sara ir a tal velocidad.
Asentí dándole la razón. Nos quedamos unos minutos más esperando a que ella terminara de botar todos los gases que tenía y nos reíamos cada vez que un eructo salía de su boquita, hasta que finalmente ya estaba lista y Allen me la entregó.
— Vamos pequeña, te llevaré en tu coche.
Sin dejarme terminar de hablar, me encontré con que Barry ya había traído el coche.
Le sonreí agradecida y acosté a la bebé con cuidado, le puse los amarres de seguridad y la tapé con un par de mantas, al estar ella lista me acerqué al chico frente a mi y rodeé su cuello con mis brazos.
— Gracias por venir .— susurré mirándolo directamente a los ojos y le di un pequeño beso en la punta de la nariz.
— Volveré en un par de días, por mientras cuídate, ¿está bien?
— Tú también cuídate .— dije segundos antes de acortar la distancia entre nosotros.
Nuestros labios se movían un poco más rápido de lo normal ya que estábamos contra el tiempo, pero de igual manera no perdió lo delicado y suave de siempre, al separarnos aproveché de morderle el labio inferior volviendo a reír.
— Haz eso más seguido.
Me guiñó el ojo con una sonrisa y se fue corriendo del lugar provocando una leve brisa.
— Bien, es hora de irnos .— suspiré agarrando la manilla del carrito y me dirigí hacia la salida de la casa, no sin antes agarrar un abrigo.
(...)
Las puertas del ascensor se abrieron por lo que salí de este empujando el coche, miré alrededor de la guarida buscando a lo demás hasta que escuché unas voces al fondo, me dirigí hacia ese lugar y fruncí el ceño al ver una cabellera rubia.
— ¿Felicity?
Dije en voz alta llamando la atención de los presentes, quienes se dieron la vuelta para mirarme.
— La misma, hoy me dieron de alta.
Una amplia sonrisa se formó en mi rostro al escuchar aquello.
Le acerqué el coche a John para luego rápidamente ir a abrazar a mi hermana, tuve que agacharme un poco ya que se encontraba en silla de ruedas.
— ¡Eso es genial! ¿pero no deberías estar descansando en casa? si, si deberías, vámonos ahora.
