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La noche de la explosión en S.T.A.R labs cambió la vida de muchas personas, creando así a los famosos "metahumanos", algunos buenos cómo The Flash y otros malos. Una joven se vió afectada, dándole poderes increíbles pero junto con sus amigos pr...
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CAITLIN VOLVIÓ A LA habitación a los minutos por lo que guardé mi celular en el bolsillo de mi hoodie, estaba viendo unos mensajes que Felicity me había dejado y pude notar por su rostro que algo pasaba, así que me atreví a preguntar.
— ¿Está todo bien? .— hablé tímidamente llamando su atención y ella asintió tratando de sonreír.
— Si, sólo es Zoom, estoy preocupada de cómo saldrá todo.
De nuevo no sabía qué decir así que simplemente me mantuve en silencio con la mirada baja.
— Iré a comprar algo para comer ya que no he comido nada en todo el día, ¿quieres venir? .—le pregunté después de unos minutos y me levanté de la camilla con una sonrisa.
Caitlin asintió sacándose la bata blanca que llevaba, la dejó colgada y salimos de la habitación con nuestras pertenencias importantes, no nos encontramos a nadie en el camino por lo que simplemente nos fuimos de S.T.A.R labs. Decidimos ir a la cafetería en la que trabajo ya que no era tan lejos, en el camino al lugar no hablamos de muchas cosas pero no tuvimos silencios incómodos, por suerte, simplemente mirábamos a nuestro alrededor y hacíamos comentario sobre diferentes cosas que veíamos o pensábamos.
— Hola Emily, quiero un café americano con un pedazo de pie de limón .— le pedí a mi compañera con una leve sonrisa, ella asintió anotando el pedido y luego miró a Cait para que ella pidiera.
— Hola, yo quiero un latte con un muffin de chocolate por favor .— mientras ella pedía saqué dinero de mi bolsillo y se lo entregué a Em para pagar por las dos.
Al ya haber ordenado todo lo que queríamos nos hicimos a un lado luego de dar nuestros nombres para no molestar a la demás gente que estaba en el lugar y esperamos a que nos avisaran.
— Gracias por pagar por mi, no era necesario.
Negué levemente restándole importancia con una de mis manos.
— Yo invito, yo pago .— me encogí de hombros riendo, cosa que ella imitó.
— He notado en este corto tiempo que hemos compartido que eres muy callada .— crucé mis brazos al escuchar aquellos manteniendo mi sonrisa en todo momento.
— Nunca he sido de hablar mucho cuando recién conozco a las personas, pero cuando entro en confianza parezco un loro .— bromeé acomodando mi cabello con una de mis manos.
