Capítulo XL

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Claude

 —Cuñadito te amo, siempre lo digo, si fueras mujer y permitieran la bigamia, serías mi segunda esposa; —decía Paúl todo contento al entrar en aquel galpón donde Ariel se había mudado hace una semana, dándole un beso al chico en la boca y abrazándolo fuerte.

—¿De cuánto fue tu ganancia esta vez?, —respondió Claude serio apenas el otro lo soltó.

—¿Qué mal pensado, tan miserable me consideras?

—Andas feliz y contento, y cuando entraste saludaste todo simpático a Grillo que iba saliendo, conclusión: estás ganando mucho dinero con mi culo.

—Eso no es cierto, estoy ganando dinero con su polla, —refutó Paúl con una sonrisa de oreja a oreja y apuntado a la entrada por donde el otro acababa de salir. —Además no todo gira a tu alrededor.

—Eso es cierto, últimamente todo gira alrededor del huracán Phoenix.

—Bien, bien no seamos exagerados; y hablando del huracán Phoenix, ¿para dónde iba tan apurado?, se supone que vengo a hablar con él.

—Por mi salud mental y el poder dormir en paz en las noches no pregunto.

—Fea la cosa, ¿ah..?

—Bueno feo fue lo que paso con Tomás.

—Supe, supe, —dijo el otro poniendo cara de preocupado y negado con la cabeza. —¿Qué más se ha sabido?

—El desgraciado se escapó del hospital, eso es lo que dicen las noticias; nadie sabe por dónde salió y cómo, habían dos guardias en la entrada vigilando todo el tiempo, y el hombre estaba esposado a la cama; alguien lo ayudo, eso es seguro. Y bueno, volviendo al tema, ¿cuánto fue esta vez?

—¿Qué cosa?

—No te hagas el idiota, cuánto le sacaste a esta tajada de mi culo.

—Yo cerca de cien mil de dólares; por Dios, ustedes dos valen su peso en oro.

—Espero que ahorres ese dinero, —comentó Claude.

—Déjate de inventos, justamente venía a cuadrar con Ariel la próxima grabación, pero esta si la hacemos en el estudio, con mejores luces, más cámaras, con camarógrafos, chicos con las luces; no te imaginas la cara que pusieron todos al saber eso.

—Me lo imagino; media docena de coño'e madres mirándonos. Lastima que no va a poder ser.

—Bromeas, cierto, me quieres matar de un susto, —dijo Paúl agarrando al otro por los hombros y meneándolo.

—Se supone que esa grabaciones fueron domésticas y grabadas con los teléfonos celulares, como se dice ahora, 'just for fans'.

—No, no, no, no, no, no señor; no podemos seguir mostrado ese grano en las imágenes, se requieren acercamientos, detalles, iluminación de las partes oscuras, mayor resolución; eso si que no, voy a tener que hablar seriamente con el cuñado.

—Suerte con eso, ese anda en su fase de luna llena; —dijo Claude soltando una risa que daba a entender al otro que eso no iba a ocurrir al corto plazo.

—Mierda, —termino de patalear Paúl.

Sus molestias y protestas duraron poco, un mensaje en el teléfono retuvo su atención y los ojos se le abrieron en sorpresa. Pidió disculpas a Claude, que en otro momento hablaría con Ariel y salió corriendo literalmente hablando. Claude miro la salida de su casi-cuñado y pensó que seguro Olga le decía que ya estaba en casa esperándolo; él no conocía otra razón para que corriera de esa forma, al menos no desde que Olga empezó sus estudios. 

Sólo Negocios - Serie: Agencia Matrimonial - 02Donde viven las historias. Descúbrelo ahora