A. J. Phoenix
Adrián Reyes entraba en su despacho en el juzgado. Ya pensaba que esto de ayudar como juez provisional no había sido tan buena idea.
«Es por ayudar a un viejo amigo, a un antiguo maestro; el hombre tiene problemas de salud, va a necesitar un par de meses de reposo medico; ha pedido expresamente que tú lo cubras, eres el único en quien confía, eres bueno ejecutando acciones, sabes lo que es ser justo, además tú has trabajado ya mucho tiempo con casos de divorcios y separaciones, así como con problemas propios de un juez de paz, será pan comido para ti».
Lindas palabras pensaba Reyes, tuvo que dejar su bufete, al menos seguía cobrando como socio principal; abandonar sus casos, para eso de 'ayudar a un viejo amigo'. 'Pan comido', mentirosos de mierda, ya los iba a poner en cintura. Tenía ya más de cuatro meses en esta pesadilla, primero le encasquetaron el lío del actor porno y los de migración, y así con toda aquella prensa amarillenta invadiendo todo el juzgado. Y a partir de ese punto los siguientes casos no variaron mucho, ya se parecía a la doctora Ana María Polo o la juez Judy Sheindlin. Empezaba a entender por qué se había 'enfermado' su predecesor.
La secretaria en la entrada quiso decirle algo, pero él puso su cara de pocos amigos y entró sin escuchar lo que la mujer le quería decir. No hizo falta mucho tiempo para entender los intentos de la mujer en hablarle. Tiene que ser más paciente, pensó tras entrar, si la hubiera escuchado se habría largado al juzgado directamente y evitado este encuentro.
—¿A que debo su visita abogado Jenkins?, —dijo el juez, quien encontró al hombre sentado frente a su escritorio.
Ariel Jenkins iba con la apariencia del abogado que se presentó en el juzgado defendiendo a su esposo, su corte impecable, cabello oscuro, barba corta y bien acomodada; un traje de buena marca color plomo, corbata roja, ahora con lentes de marcos dorados. Sonreía el tío este, eso no era bueno, eso es seguro, pasaba por la cabeza del juez en ese momento.
—Vine a solicitar su ayuda doctor Reyes, —dijo Ariel mientras el juez se acomodaba en su asiento tras el escritorio y frente al abogado.
—Por razones de ética sabe perfectamente que no puedo comentar ningún caso con otras personas, menos si involucra a los sujetos.
—No vengo por nada personal y no se trata de ningún juicio en proceso, es algo hace mucho tiempo juzgado. —Reyes miró intrigado al abogado. —Por lo que pude averiguar usted trabajo cuando hacía la pasantía de grado en el caso Stanfield, y no conozco a nadie más que pueda darme información sobre el mismo de primera mano.
Reyes abrió los ojos sorprendido.
—Yo era apenas un asistente legal de la fiscalía, y los expedientes dado el tiempo transcurrido, más de una década y media, son de dominio público, basta que solicite una copia digitalizada del mismo; —explicó el juez.
—No me interesa el juicio del difunto Stanfield, sólo quiero saber todo lo que usted sepa y pueda decirme sobre Elegguá.
Reyes sonrió al escuchar el nombre.
—No había escuchado ese nombre en años, déjeme adivinar, Ma'Tita.
—¿Usted también la conoce?
—Desde hace muchos años, puedo considerarla que es una muy buena amiga, todavía la visito y nos tomamos el té en su recinto; ve la estatua que hay sobre ese mostrador, ese fue el pago por mi primera consulta a sus servicios, —dijo Reyes apuntando a una imagen de San Sebastián, atado desnudo y atravesado por una decena de flechas doradas. —¿Pero volvamos a su interés, cuál es su angustia con el Cuervo de los Malos Augurios?
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Sólo Negocios - Serie: Agencia Matrimonial - 02
AcakA. J. Phoenix es un actor en el tope de la popularidad, pero en una entrevista insulta sin querer a la sociedad LGBT+; para demostrar que no está en contra de ellos decide realizar una boda gay. Claude Chertov es un inmigrante que llegó como refugia...