Capítulo 31

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—Valeria, tenemos que hablar.

Juan David le da un mordisco a su dona mientras toma un sorbo de café. Me siento mal por Carolina, da la impresión que él ha dejado de preguntarse quien le deja las donas, o no se si solo es mi impresión. Todo sería mas fácil si hablaran directamente uno con el otro, durante los retos se llevaban muy bien.

—¿Qué pasa?

—Verás, viene un socio de Aeris y necesito que tú te encargues de gestionar junto con él el nuevo proyecto de la empresa. Te hablé de eso, ¿verdad?

—Sí, por supuesto.

La verdad no lo recuerdo. ¿Estaría mal si lo dijera? A lo mejor sería poco profesional, pero en lugar de quedarme con la duda...

—No, en realidad no lo recuerdo.

—Bueno, vamos a lanzar en conjunto con ellos una nueva versión del último software que sacamos a la venta, así que nuestro departamento de informática y el de ellos trabajarán juntos para la actualización. Hay reunión con el representante a las tres.

—De acuerdo. Lo tengo controlado.

Me pongo de pie y sonrío. Nada que no pueda manejar.

—Pero esta tarde es una reunión general, por lo que habrá varios involucrados. Nos reuniremos con él junto con su jefe de informática, además de nuestra jefa de informática y nosotros dos. Asegúrate de sacar copias de los formularios antes de la reunión.

—Entendido.

Me doy prisa a hacer las diligencias. Lo bueno es que Lore estará en la reunión, así que eso me emociona. Lo malo es que lo mas probable es que no pueda hablar con ella, porque en este momento Lore tiene un cargo mayor que el mío. Comienzo a sacar las copias y la imagen de Alan se me viene a la mente. Me da un poco de miedo su repentina amabilidad, pero en el fondo me gustaría pensar que le gusto aunque sea un poquito. Pero no quiero pensar en eso, si me ilusiono va a salir mal de nuevo.

Me apresuro a poner las carpetas en los respectivos puestos de la mesa en la sala de juntas para que todo esté listo cuando los empresarios entren. 

Cuando llega la hora me aseguro de que todo esté listo. Mientras llegan me siento en mi puesto. Miro hacia los lados y cuando veo que no hay nadie comienzo a dar vueltas con mi silla. ¡Wiiiii!

—Parece que te estás divirtiendo—dice una voz.

Me detengo, algo mareada. ¡Es Lore! Aunque estoy viendo a dos, que poco a poco se van fusionando en una. Que divertido es marearse en una silla.

—¡Lore! —me pongo de pie y la abrazo—. Nuestra primera junta de negocios, ¿no es emocionante?

—Sí—dice, pero no suena muy emocionada.

Me separo de ella y noto que tiene los ojos llorosos. Eso me pone en alerta de inmediato.

—¿Lore? ¿Qué pasa?

Se pasa el brazo por los ojos.

—Daniel...

—¿Daniel? —me alarmo—. ¿Tuvieron una pelea?

—Está muy distante conmigo... ¿Y si ya se aburrió de mí?

—¿Estás loca? Daniel te adora, eso lo sabemos todos —la tomo de los hombros. A lo mejor está estresado—. Trata de hablar con él.

—Lo intenté varias veces—dice, llorosa—. Pero es como si fuera el mismo machista troglodita de siempre. No puedo, Valeria. No puedo...

La abrazo mientras se desahoga. No entiendo nada, creí que Daniel ya había superado sus problemas. Nada le da derecho a tratar así a mi amiga, ni porque sea el maldito presidente de la empresa.

—Siempre estás ahí para Daniel, amiga. Tal vez tienes que hacerte la difícil con él.

Se separa con el gesto confundido.

—¿La difícil?

—¡Sí! Se cree que puede disponer de ti como quiere, ¡pero no es así! Hazlo sufrir a ver si se le pasa. Así veremos si su machismo es mas importante que tú.

—No... no sé...—me mira con confusión.

—Inténtalo.

"Con Alan funcionó", quise decir. Pero no era un buen momento. Además yo no lo hice con ese propósito, que Alan regresara fuera una sorpresa. Tal vez si le importaba un poquito.

—Bien—respira profundo mientras se limpia las lágrimas con rabia—. ¿Cree que siempre voy a estar ahí segura para él? Pues eso se acabó.

—Al menos él no estará en la junta—digo como punto positivo. Lore comprime el gesto como si quisiera llorar—. Vamos amiga, limpia esas lágrimas. Y esta noche no vuelvas a su apartamento, yo te presto algo de ropa.

Sonríe, profundamente agradecida.

Vamos al baño en un momento y la ayudo a ponerse presentable, y cuando quedan dos minutos vamos corriendo hasta la sala de juntas. Nos sentamos cada una en nuestros asientos mientras Juan David va entrando y se sienta en uno de los extremos de la mesa. 

—Ya están en la entrada—dice mientras coge la carpeta—. No tardan en llegar.

Ambas asentimos en silencio mientras Juan David revisa los papeles. De repente alza la mirada y mira a Lore.

—¿Estás bien?

Mierda, no hice un buen trabajo, por lo visto.

—S-Sí—responde Lore, algo agitada—. Estoy bien.

—¿Segura?

—Perdón—interrumpe una voz. 

Es Carolina, pero al ver a Juan David se paraliza. Él se queda mirándola con una mezcla de ilusión y frialdad en la mirada, mientras que Carolina está sin palabras. Desde aquí puedo ver que le tiembla la mano con la que sujeta la puerta.

Como veo que Juan David no parece capaz de decir nada, hablo yo:

—¿Sí?

—E-Están aquí —se echa para atrás, y Juan David se inclina un poco hacia adelante cuando ella desaparece de la vista.

Él la quiere, se le nota. ¿Entonces por qué hace esto?

—Buenas tardes.

Me paralizo, estoy olvidando como respirar. El pánico que se desvaneció hace un tiempo se vuelve familiar de nuevo, me dije que no quería volver a verlo nunca en la vida. Lore nota mi tensión y mira al nuevo invitado. No, por favor no, ¿qué hace aquí? No quiero trabajar aquí si tengo que estar con él, no quiero estar cerca, no quiero...

—Me presento—dice—. Soy Esteban Cruz. El representante.


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¡Drama! ¡Drama! ¡Drama! ¡Wuuuu!

#ElExnovioMalvadoAparece

¡Lorena contra el jefe alcanzó 5k de leídas, mientras que esta novela alcanzó 1k! De verdad no tengo palabras para agradecerles, aunque decir gracias es una palabra. ¡Pero de verdad siento mas agradecimiento que ese! Así que millones de gracias por apoyarme :3

Valeria por el premioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora