Ya casi es nuestro turno. Me asomo por la cortina y veo con anticipación a la gente, esperando a que nos posicionemos en los computadores para entrar. El último equipo está terminando y pronto nos tocará a nosotros. Pero yo no me puedo concentrar, no luego de esa impactante noticia. Pero... pero eso no puede ser, Alan iba a darle la sorpresa a su madre esta tarde. No es posible que...
—Por favor Lore, dile a Daniel que vaya a su apartamento—le ruego—. Él tiene que venir.
—No sé, acaba de perder a su madre—me dice, pensativa—. Algo como un juego debería quedar en segundo plano.
—¡No es solo un juego! —la sacudo—. Tiene que venir, sino luego va a arrepentirse y se sentirá peor. Lo sé.
—¿Y por qué no vas tú por él? —dice con una sonrisita maliciosa. Sé que está tratando de hacerme caer pero estoy demasiado consternada como para evitar caer en su trampa.
—Ya casi es nuestro turno. No alcanzaría a ir. Y si me voy, entre ellos cuatro me matan —menciono, señalando a los demás que parecen muy concentrados hablando—. Por favor, hagan que Alan venga.
Lore no está segura, pero sé que lo hará. Tengo esa cara de "esto es muy importante para mí", aunque ni siquiera sé por qué lo hago. Con Alan fuera del torneo tendría el camino mas fácil para llegar a la victoria.
—Bien. Creo que su equipo es el último en salir—dice, sacando su teléfono—. Le diré a Daniel que se adelante.
—Sigue siendo raro que tengas tantas confianzas con el jefe—menciono.
—Si supieras—se ríe—. ¿Pero estás segura de que está en su apartamento?
—Casi segura. Si no está aquí, es el único lugar que se me ocurre a esta hora. Al menos tienen que intentarlo.
—Está bien. Me voy. Daniel va en camino—guarda el teléfono—. Wow, si que te preocupa esto.
Ehh... sin comentarios.
—¿A lo mejor te gusta? —pregunta con voz pícara.
—¡Lore! —la apuro para que se vaya.
—¡Está bien! ¡Está bien! Pero ni creas que te vas a escapar de mi interrogatorio—me señala con el dedo, y luego sale corriendo.
Ahora mismo no me preocupa mucho el interrogatorio. Solo quiero que aparezca. Esto es importante para él, lo sé, tal vez igual o más de lo que me importa a mí. O no lo sé. Pero prefiero que esté aquí a encerrado hundiéndose en su tristeza.
Cuando llega nuestro turno estoy preocupada, no he sabido nada de Lore en veinte minutos. Eric me ve distraída y se acerca.
—Sea lo que sea que esté pasando con tu amiga, tienes que concentrarte—me dice en un tono de voz conciliador—. Esto te ayudará a distraerte.
Asiento, de acuerdo con él. Tengo que olvidarme de Alan por un rato y concentrarme en el juego. Ya sé, voy a jugar esta partida por él, y si gano aparecerá. Me pone de los nervios pensar en si vendrá, y si lo hace en que estado estará. Solo espero que logren traerlo.
Inicia la partida. Mi rendimiento no es muy bueno al principio, pero con comunicación y trabajo en equipo logramos sobreponernos hasta ganar la partida. Nos levantamos victoriosos y la gente aplaude con emoción.
—¡Quien lo diría! Los novatos resultaron no ser tan novatos—se acerca el presentador. ¿Por qué está tan cerca de mí? —. Hola señorita, ¿cómo te llamas?
—Valeria—respondo, mientras Stella salta de emoción a mi lado.
—Jugaron muy bien. ¡Muchas felicidades! ¿Le dedican este triunfo a alguien? —pregunta, pasando el micrófono a Stella.
—Sí, a mi madre. Ella siempre me apoya en todo—menciona. Duele, mencionar a una madre ahora mismo que Alan acaba de perder a la suya... es como si me doliera a mi también—. Te amo mucho, mami.
—¡Qué hermoso! ¿Y tú?
—Yo... —dudo— a alguien que perdió a una persona muy importante para él el día de hoy—el silencio del público es aplastante—. Así como gané esta partida, quiero que sepa que aunque hoy está triste, un día incluso él volverá a sonreír.
—Wow, eso es muy profundo. ¡Gracias por tus palabras! —dice, y pasa a los demás chicos.
Mientras los otros tres dan sus opiniones, me quedo mirando hacia el suelo. ¿Por qué lo hice? Supongo que es porque me siento triste por él. No sabría describirlo. Sé que le dolerá mucho, pero espero que pueda sobreponerse. Ojalá pudiera apoyarlo de alguna forma, pero me pregunto si eso sería demasiado intrusivo.
Cuando terminamos, volvemos al pasillo con los demás y mis compañeros saltan de alegría.
—¡Lo hicimos! —grita Victor emocionado—. Muy bien, parece que no son tan malas como pensé.
—¿Qué pasa, Valeria? —pregunta Stella, pasándome el brazo por el hombro—. Oye... ¿para quien eran esas palabras?
No puedo decírselo. Hasta ahora me doy cuenta de lo que acabo de decir frente a todo el mundo. Espero que Alan nunca se entere de ello, pero ahora Lore hará mas preguntas que antes.
—¡Valeria!
Salto en mi sitio. ¡Es Lore! Salgo corriendo hacia su voz y entonces lo veo. Daniel lo sujeta del brazo y Lore le pone la mano en el hombro, es como si no me viera. Tiene mal semblante y la mirada perdida. Se nota que ha estado llorando. No sé que decirle, nunca lo había visto tan triste. Pero está aquí. Me lo estoy planteando mejor. ¿Va a jugar así? Solo espero que pueda. Debe poder, él siempre puede.
Cuando me mira, luce mas triste aun. Es como si viera a través de mi alma.
—Lo harás bien, amigo—dice Daniel, animándolo—. Vamos, tus compañeros te estarán esperando.
Daniel y Alan se van, pero este último gira la cabeza ligeramente antes de irse. Lore se para a mi lado, dudosa.
—¿Estás segura de que esto es lo correcto? Quiero decir, ¿está bien que esté aquí? —pregunta.
—Sé que sí—digo, mirándolo con anhelo mientras desaparece de mi visión—. Solo espero que pueda soportarlo.
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¿Será posible que Valeria ya se esté enamorando de Alan? ¡Hagan sus apuestas!

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Valeria por el premio
ContoCuando su mejor amiga consigue pareja, Valeria comienza a sentirse mal porque se da cuenta de que su trabajo y su videojuego favorito son todo lo que le da sentido a su vida. Sin embargo un día una oportunidad de oro aparece frente a sus ojos, cuand...