Las mentiras pueden tener un color muy bello, o incluso muchos, como los del arcoíris. Son un espectáculo maravilloso a los ojos de las personas, una mezcla perfecta entre luz y lluvia, felicidad y tristeza. Pero los arcoíris siempre se desvanecen al final y ninguno dura para siempre. Solo son una fantasía que no debe ser admirada por mucho tiempo.
—¿Qué pasa, Valeria? —Lore me pasa el brazo por los hombros—. ¿Te sientes mal? Estás algo desalentada.
—No he dormido casi nada—sonrío—. Que suerte que Daniel tuviera esa junta hoy. Incluso nos dejó salir temprano.
—Que suerte para ti, dirás—rueda los ojos—. Pero te ves algo pálida. Deberías comer algo.
—No, no es necesario.
—Ven, entremos aquí—me jala hacia algun lado.
Simplemente me dejo llevar. Estoy trasnochada y estresada, ayer en la noche entrenamos con el equipo pero Victor es poco colaborador. No dejaba de criticarme cada que hacía algo que no le parecía y eso está comenzando a enloquecerme. Quiero ganar, es lo que mas deseo, pero si empiezo a pelearme con mis compañeros eso no va a pasar.
Me sobo los ojos con mis puños. Ya no puedo cambiar de equipo, el torneo esta muy avanzado y no conozco a mas gente. Lo único que me queda es soportarlo o tratar de hablar con él.
—Bienveni... das.
Alzo la mirada y miro a Lore con sorpresa. ¡¿Por qué entramos aquí?!
—Ah, eres tú—dice Lore con monotonía.
—"Ah, eres tú" —la imita Alan con un tonito condescendiente.
—¿Trabajas aquí?
—¿Algún problema con eso? —se cruza de brazos. Esto es un cambio, considerando que cuando yo lo descubrí salió corriendo.
—No, para nada. En fin. Quítate, necesito encontrar un paquete de Doritos.
—No, Doritos no—me quejo. Comí muchos ayer—. Estoy bien, Lore. Solo superemos esto y sigamos con nuestra vida.
¿Por qué tuvimos que entrar aquí? Estoy volviendo a sentir esas sensaciones extrañas que me ilusionan y amenazan con destruirme al mismo tiempo. Mi escepticismo me está destruyendo. A lo mejor estoy medio dormida y estoy pensando estupideces. Ni siquiera quiero Doritos, y yo siempre quiero Doritos. ¡Auxilio!
—No quieres Doritos. Eso es grave—Alan me jala del brazo. Su toque me reconforta.
No, no. ¡Resiste! ¡Es una trampa!
—Wow, impresionantes ojeras—me toma de la barbilla y me alza el rostro—. No dormiste mucho anoche, ¿verdad?
Niego con la cabeza, atontada.
—Estuvimos entrenando para el torneo.
—¿Entrenando? —frunce el ceño—. ¿Toda la noche?
—Mis compañeros son exigentes.
—Sí, pero... tus compañeros no parecen muy amables. Sin ofender.
¿Lo dice por Victor? No puedo evitar reír, eso fue porque lo hizo enojar. Pero es verdad que a veces no son muy amables, en especial Victor. Casi no me ayuda en la línea, incluso parece que es un poco mas amable con Stella que conmigo. Me he repetido muchas veces que solo debo soportarlo hasta que lleguemos a la final, después de todo hemos tenido buenos resultados hasta ahora.
—Estoy bien—refunfuño. No quiero que se meta, después de todo es mi rival.
—Bueno, bueno—alza las manos a la defensiva.
—Estás muy preocupado por ella, Alan—Lore sonríe con burla—. ¿Que no decías que solo era un juego?
Me tenso. Lo sigo siendo, que él no lo admita es otra cosa. Alan parece notar mi tensión porque interviene.
—No hables de lo que no sabes—farfulla él con los dientes apretados.
—Bueno, como sea—Lore me jala. ¿Ahora soy un muñeco?—. Mejor vamos a buscar algo para despertarte en otro lado.
—No, espera—dice él.
De repente sale corriendo hacia alguna parte mientras Lore tamborilea su dedo sobre sus brazos cruzados con inquietud. No puedo evitarlo, es gracioso, creo que es la primera vez que veo que alguien le cae tan mal.
—Tienes problemas, amiga. Y mira que Daniel y él tienen muchas cosas en común, es raro porque Daniel también era un machista de primera. O puede que fuera peor.
—Sí, pero es diferente—se excusa.
—Claaaaaro.
Alan vuelve hasta nosotras con algo en la mano.
—Esto te repondrá un poco—dice Alan, poniéndome la cajita en la mano.
Cuando veo lo que es me despierto por completo. ¡Leche achocolatada! ¡Mi favorita! Hace mucho que no tomaba una de estas.
—¿Cuanto te debo? —le pregunto, algo fascinada.
—No te preocupes, yo lo pago—sonríe y pone su mano sobre mi cabeza.
Siento muchas maripositas en el estómago, y aunque trato de agarrarlas todas con una red es imposible. ¿Será consciente de lo que me hace? Me pregunto si se habrá sentido así alguna vez, si alguna vez se ha enamorado de alguien sinceramente. Me gustaría que lo experimentara incluso si no fuera conmigo para que se diera cuenta de lo que duele. En este punto ya no sé si es mejor tenerlo cerca o lejos.
—Que amable ese Alan—dice Lore cuando vamos entrando al edificio. Le doy sorbitos a mi leche achocolatada en silencio—. Ten cuidado, puede ser una trampa.
—Lo mas seguro es que lo sea—suspiro—. Dijo que le gusto, pero debe ser parte de su broma.
—Ahh es difícil de saber cuando un mujeriego está enamorado de verdad—se cruza de brazos. Asiento de acuerdo—. Igual ten cuidado. Te conozco, ya estás cayendo por él.
—¿Estás loca? ¿Crees que no aprendí nada la primera vez?
—Siempre caes de nuevo amiga. Siempre.
Vaya, que poca fe me tiene.
—Aquí estás, bella durmiente. Sana y salva—dice Lore dramáticamente cuando llegamos a la puerta de mi apartamento—. Duerme un poco y hablamos cuando despiertes.
—Gracias amiga—la abrazo—. Perdón si no he sido yo misma estos días.
—Tranquila. Siempre te pones así cuando encuentras a un hombre al que echarle tus garras —se burla.
La codeo. ¡Que tonta! Que ella también se pone como estúpida alrededor de Daniel y yo no se lo recuerdo todos los días. Aunque podría hacerlo, sería la venganza perfecta. Me despido de Lore y entro al apartamento, buscando mi cama con rapidez. ¡Ah! Que bien se siente descansar después de tener tanto agotamiento. Mis pies agradecen infinitamente cuando los libero de los tacones y sonrío mientras dejo la cajita de leche en mi mesita de noche. Si fuera un poco mas psicópata la pondría en un lugar especial. Pero es mejor que no lo haga, dolerá cuando me traicione.
Mi celular se queja desde mi bolso. Lo alcanzo a duras penas y lo reviso.
"¿Por qué no te has conectado? Tu amiga salió temprano del trabajo. Muévete, no tenemos todo el día."
Tiro el celular a un lado con cansancio. De nuevo Victor. Quiero mucho ese trofeo y esa gloria, pero no siento que este sea el camino correcto.
Otro mensaje llega, pero ya no tengo la fuerza ni la consciencia para alcanzar el teléfono, y lo último que veo antes de caer al mundo de los sueños es la hermosa sonrisa de Alan y la esperanza de que sus sentimientos sean verdaderos.
🎮
.................................
Alv, iba a escribir algo aun mas cursi, pero me arrepentí al último minuto. Pero ya tendremos cursilerias mas adelante :3 Primero podría poner algo de drama >:)
ESTÁS LEYENDO
Valeria por el premio
Short StoryCuando su mejor amiga consigue pareja, Valeria comienza a sentirse mal porque se da cuenta de que su trabajo y su videojuego favorito son todo lo que le da sentido a su vida. Sin embargo un día una oportunidad de oro aparece frente a sus ojos, cuand...