A diferencia de lo que tenía pensado cuando me lo propuso la primera vez, lo que menos hicimos fue jugar al Lol. Apenas entro a su habitación me sorprende lo bonita que es. Tiene un pc gamer de esos que brillan por todos lados, tanto que es deslumbrante. ¡Es increíble que tenga uno! Esos computadores valen un ojo de la cara. Pero fuera de eso, me sorprendió que no tuviera luz en su cuarto, sino que tuviera unas lucecitas navideñas decorandolo por detrás, junto con unas luces tenues en la pared. Da un ambiente mucho mas íntimo. El cuarto es muy pequeño, pero sin duda es muy lindo y acogedor. Demasiado para un hombre. ¿O me estoy volviendo loca?
—Me sorprende que no tengas un bombillo—sonrío mientras señalo al techo con mi dedo.
—Tenía uno—mira hacia el techo—. Pero vi esta decoración en alguna parte y me gustó mas.
Así que es eso... pero es muy lindo. No puedo dejar de admirarlo, hasta que sus brazos me agarran por la cintura. Trago grueso, se siente raro de repente tenerlo tan cerca después de haber tenido que vivir con su indiferencia durante días. Cierro los ojos cuando siento que sus labios tocan el lóbulo de mi oreja.
—¿De verdad viniste aquí para hablar de las luces de mi cuarto? —pregunta en un murmullo.
Estoy tan nerviosa que va a ser difícil disimularlo, y apenas ahora me estoy dando cuenta de a donde me vine a meter. ¿Qué me hace pensar que él cumplirá su promesa de no intentar llegar mas lejos? Quiero decir, acabamos de hablar, él no puede...
—No te preocupes pastelito—se ríe—. Aunque la idea no me molesta para nada, no te traje para eso.
Así de rápido me suelta. Me doy la vuelta mientras lo observo caminar hacia su cama con ambas tazas y se sienta en su cama, apoyando la espalda contra la pared. Me da una mirada que indica que me acerque, como si quisiera que me sentara a su lado. Ni siquiera sé por qué lo hago, pero me acerco. Aunque mi cerebro se esfuerce en buscar explicaciones, mi cuerpo solo quiere tenerlo cerca, así que trepo por la cama y me siento a su lado. Él me tiende una de las tazas que sostiene.
—Cuidado—me dice—. Está caliente.
Recibo la taza con cuidado y soplo. El olor que sale de su interior es muy agradable. Alan se estira sobre mí y me tenso hasta que veo que pasa una cobija sobre mis piernas y las suyas. Esto es definitivamente cálido, con su presencia, el chocolate caliente, la manta y el ambiente tan agradable. Cierro los ojos por un momento. Es un sentimiento tan hogareño que no recuerdo haberlo sentido desde que me vine a vivir sola.
—Es agradable, ¿no? —sonríe—. Siempre quise hacer esto con alguien aunque fuera una vez.
—¿De verdad? Vaya, pensé que eras de esos hombres que-
—¿Que solo piensan en sexo? Bueno, eso también—lo miro con cara de "¿es en serio?" —. Pero eso no quiere decir que no me guste sentir la calidez humana sin que haya sexo de por medio. He tenido demasiado sexo vacío como para comprobarlo.
—Wow, bueno... no sé que responder a eso—admito—. Quiere decir que sin duda has tenido mucho sexo.
—¿Tal vez? —me mira con media sonrisa—. ¿Suena mal si te digo que desde hace unos meses dejó de sentirse bien?
Me sorprende que se esté abriendo tanto y me esté contando cosas tan personales, pero se siente muy bien. Como si confiara en mí mas que nadie en el mundo. Es como si mi pecho se sintiera tan lleno que va a explotar. Por su mirada sé que no quiere que lo juzgue, solo que lo comprenda. No se me ocurriría hacer otra cosa.
—¿De verdad?
—Sí. Mas o menos cuando me mudé aquí.
¿Cuando se mudó? Pero... pero ese día se encontró conmigo en el ascensor y el encuentro no fue muy bueno. Él era muy coqueto, convencido de que caería a sus pies, sin pensar que él caería primero. Y no sé por qué eso me hace sentir tan orgullosa.
—¿Ya lo entiendes? Fue cuando apareciste, así que en parte es tu culpa —le da un sorbo a su chocolate.
—Pero... pero no pudiste haber perdido tu apetito sexual por haberme visto—me río—. No tiene sentido.
¿De verdad causo tan mala impresión?
—No, pero probablemente pensé por un momento que me gustaría ser lo suficientemente bueno como para salir con una chica como tú.
Me quedo muda, no me esperaba una confesión de ese tipo. No sé por que me emociona la idea de haberle dejado una impresión tan buena desde el principio si estuve muy a la defensiva con él. Ahora que lo veo aquí tan tranquilo y tan abierto a hablar, me hace pensar que es un buen tipo.
—¿Entonces estás diciendo que te enamoraste de mí a primera vista? —me burlo.
—No. Solo digo lo que pensé en ese momento.
Asiento sin saber qué decir. Le doy un sorbo a mi chocolate y sonrío. Mmmmm. Está delicioso.
—¿Y qué hay de ti? —se acerca repentinamente.
—Tú... —su cercanía me pone nerviosa— lo siento, pero pensé que eras un idiota.
Se ríe.
—No esperaba menos.
—¿Pero estás seguro de esto? Quiero decir... ¿estás... tratando de decir que quieres tener algo conmigo?
—¿En serio eres tan lenta? —me golpea la frente con el dedo. ¡Duele!—. Sí, eso es lo que quiero. A menos que tú tengas algún problema con eso.
Me mira de reojo para medir mi reacción. No sé que decir. Me da miedo que me lastime, pero sé que no puedo seguir escondiéndome detrás de un caparazón. De verdad me gustaría intentarlo. Sería como un sueño hecho realidad, a pesar de que sé que estoy siendo irracional y que la historia podría repetirse. Incluso sabiendo eso, ya no me importa.
—La pregunta es si no te importará a ti—digo—. Quiero decir, ya no podrás tener tantas relaciones con chicas como antes.
—No lo necesito—dice, acercándose a mí mientras agacha el rostro. Cuando me habla, nuestros labios están tan cerca que puedo sentir su respiración—. Si tú me das una oportunidad, no necesito nada más.
🎮
.................................
Lo sé, ¡me desaparecí! D:
#NoMeMaten

ESTÁS LEYENDO
Valeria por el premio
Short StoryCuando su mejor amiga consigue pareja, Valeria comienza a sentirse mal porque se da cuenta de que su trabajo y su videojuego favorito son todo lo que le da sentido a su vida. Sin embargo un día una oportunidad de oro aparece frente a sus ojos, cuand...