Tercer encuentro

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Lore y yo nos dirigimos hacia el tercer encuentro. Es un cambio, considerando que siempre viene con Daniel. No es que me moleste que esté con él, quiero decir, fui espectadora en primera fila sobre cómo se desarrolló su amor. Si soy honesta por un momento creí que no lo lograrían. Daniel era un machista de primera pero ha intentado cambiar desde hace tiempo y eso les hizo las cosas mas fáciles. Pero desde que son novios Lore tiene menos tiempo para mí y nuestras amigas. Es como si en ocasiones dejáramos de existir.

Hoy si necesito esto. Necesito tenerla cerca, sé que voy a ver a Alan y no me siento preparada. No después de saber lo que represento para él. Tomo aire, estamos llegando. Todo estará bien, puede que ni siquiera me lo encuentre. Y si pasa, no me mirará sino que me ignorará como siempre hace. No tengo por que tener miedo. Mientras no lo vea voy a estar bien. Pero sé que si lo veo voy a perder el control de mí misma y eso no puedo permitirlo.

—Me sorprende que Daniel no haya venido contigo esta vez—comento.

—No, viene con algunos de sus amigos para apoyar a Alan—. Me tenso al oír su nombre. Lore se tapa la boca con rapidez y me mira con arrepentimiento—. Lo siento.

Me encojo de hombros tratando de aparentar indiferencia. Me preocupa este dolor punzante en el pecho, como si fuera a darme un infarto. ¿Por qué me duele tanto? ¿En qué momento adquirió tanta importancia para mí?

—Alan es amigo de Daniel y eso no va a cambiar—murmuro—. Por lo que tú tampoco puedes evitar a Alan toda la vida.

—¡Pero es un imbécil! ¡Se desquitó contigo solo porque descubriste donde trabajaba!

—No, solo me dijo lo que pensaba realmente.

—No se, suena muy raro para mí. Te lo dijo de la nada y sin motivación aparente.

Lore frena de golpe y mira al frente con miedo. Es raro, ¿ahora qué sucede? Sigo su mirada y me quedo paralizada. Es Alan, tiene a una chica contra la pared y le está coqueteando. Están tan cerca que podrían besarse. Me estoy quedando sin aire, y algo se destroza dentro de mí cuando juntan sus labios con pasión. No. No, no, no. No, ¿por qué reacciono así? Ya lo sabía. ¡Ya lo sabía!

—Valeria...

—¿Cómo es que se respira? —pregunto, hiperventilando. Trato de reprimir las lágrimas.

Lore me mira con enfado, pero no sé si está molesta por verme así o está molesta conmigo. Me agarra de la muñeca y me jala con pasos impetuosos hasta el interior del coliseo, asegurándose de pasar por el lado de Alan para que nos vea. Las luces fluorescentes del pasillo oscuro por donde vamos se vuelven borrosas y el camino es confuso hasta que me golpea la luz blanca y brillante del baño.

—Aquí—Lore me jala hasta un lavabo y me lava la cara con agua—. Mírame, estás bien.

—¿Por qué siempre me fijo en ese tipo de hombres? —pregunto con tristeza—. No es la primera vez. Solo me hacen sufrir...

—No lo sé amiga. Pero ya sabíamos que Alan es un mujeriego.

—Lo sé—reprimo las lágrimas. Me duele la garganta—. No voy a poder jugar así...

—¡No digas tonterías! —me sacude de los hombros—. Este torneo lo es todo para ti. ¡Vas a salir ahí, vas a ganar y le vas a demostrar al estúpido de Alan que no te vas a dejar ganar por él! ¡Vas a hacer que muerda el polvo!

Aprieto el puño con fuerza y Lore pone su mano sobre mi mano apretada. Sí, tiene razón. Ni siquiera somos nada, no debería estar reaccionando aquí. Si quiere que sea una molestia le voy a demostrar qué tan molestia puedo ser. Voy a hacer que pague. Voy a ganarle así tenga yo que ganar la partida por mi cuenta, ¡él va a ser quien caiga! Sí, él va a pagar. ¡Voy a ganarle, cueste lo que cueste!

—Gracias amiga—miro a Lore con agradecimiento. Al menos la tengo a ella.

—Cuando quieras—sonríe.

La abrazo mientras lágrimas de felicidad y tristeza a la vez salen. Estoy feliz por tener a una amiga tan buena como Lore, pero triste por las circunstancias que nos unieron.

Cuando estoy lo suficientemente calmada salimos del baño y nos dirigimos al pasillo donde están los equipos esperando. Lore me deja al lado de Victor, quien me mira con una cara rara.

—Ya tengo que irme. ¿Estarás bien?

—Sí—asiento—. Voy a ganarle Lore. Voy a hacerlo.

—Esa es mi chica—sonríe y me muestra su puño. La miro con una sonrisa y choco mi puño con el suyo—. Ese trofeo tiene tu nombre.

Después de un rato Lore se va. Agradezco que haya estado conmigo, gracias a ella no me derrumbé del todo.

—Tardaste—farfulla Victor, recostado contra la pared.

—Lo siento, estaba en el baño.

—Y que sepas que ese trofeo no tiene tu nombre, tiene el del equipo. No te creas tanto.

Lo miro con confusión y algo de enojo. ¿Por qué siempre tiene que ser tan agresivo? Somos un equipo, ¿o no? Abro la boca para contestarle, pero una figura se pone en frente de nosotros.

Es Alan mirándome con enojo. Me paralizo. Creo que necesito a Lore de nuevo.

—¿Y tu qué? —pregunta Victor, enfadado—. No te creas tanto por venir de un equipo profesional. Vete que me estás fastidiando.

Alan mira a Victor de reojo pero lo ignora completamente. Regresa su mirada hacia mí. ¡¿Qué quiere?! ¡Me dijo que lo dejara tranquilo! 

—Valeria—suena furioso—. ¿Qué fue lo que dijiste de mí en el segundo encuentro?


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¡Woo! ¡Hasta aquí! Lo siento gente, pero habrá que esperar al próximo capítulo para saber la continuación. ¿Pero ahora a Alan que bicho le picó? 

PD: Me estoy congelando. Mándenme su calor invisible en forma de comentarios :3 ¡No, en serio, que frío!

¡Muchas gracias por leer! ¡Nos leemos en el próximo capítulo! <3


Valeria por el premioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora