Capítulo 37

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—¿A donde me llevas? —pregunto por quinta vez mientras Stella me jala—. Ya te dije que Lore salió de la ciudad.

—No es eso—insiste—, pero debemos ir con la persona a cargo de informática ahora.

—No te entiendo—me separo—. Mira, tengo cosas que hacer. No tengo tiempo para esto.

Me doy la vuelta. Estoy irritada, ni siquiera pude hablar con Alan la última vez, y la idea de que nos vamos a enfrentar en la final del torneo solo me tiene mas estresada. Pensé que me sentiría bien de derrotarlo, pero ya no sé qué escenario me dolería más: si él me derrotara o si fuera el caso contrario. Pero me juré a mí misma que no volvería a sacrificarme por un hombre, mucho menos luego de lo que pasó con Esteban. La misma razón por la que Alan ahora me evita.

—¿Qué te pasa? —se voltea a mirarme—. Has estado muy rara. ¿Te sientes bien?

—Yo... solo estoy estresada por los entrenamientos—suspiro. Técnicamente no es mentira. Si hay algo que voy a disfrutar cuando termine el torneo es poder alejarme de Victor, quien solo parece preocupado por su propia victoria—. Victor es muy poco tolerante. Si no fuera porque la final está a la vuelta de la esquina, probablemente buscaría la forma de estar en otro equipo.

—No digas eso, no puedes dejarme sola—hace un puchero.

—Pero Victor es mas amable contigo—digo. Y es la verdad, a veces es demasiado amable con ella—. En cambio a mí me odia.

—Eso no es cierto—me pone la mano en el hombro de manera conciliadora. Solo lo dice porque es amable con ella, pero eso no quiere decir que todos la estemos pasando igual de bien. Pero no debo enojarme con ella, no es su culpa. Aun así no puedo evitarlo—. Todos somos un equipo y ganaremos ese torneo. Tú eres una parte importante del equipo y estoy segura de que Victor lo sabe.

Prefiero no pelear con ella, sé que nunca me dará la razón.

—Como sea.

—Sé que estás de mal humor—sonríe—. Pero sé quién puede animarte.

Me jala de nuevo, diciendo la sorpresa que se llevó cuando fue a informática a llevar unos papeles. Ruedo los ojos pero prefiero no pelear. No gano nada con ello. Lore no puede animarme porque no está, así que fuera de eso no sé que podría hacerme sentir mejor. Al menos Lore tuvo suerte de nuevo. Daniel fue a buscarla y no se fue hasta hablar con ella.  No sé de qué hablaron exactamente, pero ambos salieron de la ciudad para cerrar un asunto pendiente. Al menos parece que están de vuelta a solucionar sus problemas.

Agacho la mirada, pensando en el por qué yo no podré hacer lo mismo. Me siento patética al lado de Lore. Tiene una buena vida, una pareja y ama lo que hace. Pero yo me siento como un robot, y Alan y ese torneo son las pocas cosas que le dan algo de sentido. ¿Qué tan patética debo ser para depender de estímulos como esos para sentirme viva?

Nos detenemos frente a la puerta de informática.

—Entra—sonríe con emoción.

—¿Para qué?

Su sonrisa desaparece y rueda los ojos con fastidio. Lo sé, pienso todo demasiado.

—¡Entra ahí! —me empuja hacia el interior. Casi me estrello contra el suelo, pero en lugar de eso me choco con alguien. ¡¿Acaso Stella se volvió loca?!

Alguien carraspea, y me apresuro a separarme. Me fijo en la persona que tengo en frente. ¿Por qué tenía que chocarme con él?

—Ah, eres tú—digo con monotonía.

—Hola preciosa, que sorpresa verte por aquí—dice Santiago con una sonrisita seductora—. ¿Vienes a visitarme?

—A un lado, ojos saltones—bufo, tratando de hacerlo a un lado—. Vine a ver a mis amigas, fuera de mi camino.

—Ah, pero Lorena no está aquí—sonríe con malicia, y me toma de la cintura en un movimiento rápido. Lo miro con rabia. Esto me pasa por servir de distractor para los planes alocados de Lore—. Tú y yo podemos divertirnos.

¿Este hombre habla en serio? Tiene que estar bromeando, que hayamos estado juntos en los retos de Hernández no significa que sienta alguna clase de aprecio por él. No cuando sus intenciones claramente no son amistosas. Además no tengo muchos ánimos para esto.

—¿Qué sucede aquí? —demanda otra voz.

Me separo con rapidez y cuando lo veo me quedo pálida. ¿Qué...? ¿Quéeeeee? No, no es posible, debo estar delirando. Trabaja en un supermercado arreglando latas y esas cosas, no atendiendo el puesto de Lore. Debe ser una terrible coincidencia, como si la fortuna y la desgracia me persiguieran a todas partes.

Alan está trabajando aquí en Astaron. Debo estar loca. ¿Pero por qué lo haría? Él siempre declaró que odiaba los empleos rutinarios que acababan poco a poco con tu existencia. Él es un espíritu libre y no me puedo imaginar una razón por la que haya decidido atarse. ¿Podría haberlo hecho por mí? No lo creo, pero sería un bonito escenario.

—Ah, hola Alan—se apresura a decir Santiago y me jala hacia él—. ¿No te he presentado a mi chica? Es preciosa, ¿verdad?

Sus labios forman una línea dura y sus ojos se vuelven fríos. Su extraña reacción me hace emocionar por un segundo. ¿Estará celoso? ¿Debería sacarlo de su error?

—Lo que sea—Alan desvía la mirada, sonando molesto—. Hay que hacer el despliegue hoy. Habla con tu noviecita luego.

Alan se abre paso entre ambos de forma brusca y camina hacia otro lado. Me sobo los ojos con mis puños. Debo estar delirando. Ese no puede ser Alan, tampoco puede haber pensado que Santiago es mi novio y mucho menos puedo asimilar que esté celoso. Entonces algo salta con emoción dentro de mí. ¡Alan está celoso! ¿Pero eso qué significa? ¿Significa que me quiere? ¿O tal vez lo malinterpreté? No, si fuera así al menos me habría saludado.

—Ah, perdónalo—dice Santiago, pasando su brazo por mi cintura. Estás tan muerto... —. Llegó hace dos días pero ya se cree el dueño del lugar.

Me suelta de golpe y a lo lejos veo a Alan de espaldas hablando con Aura. Le está sonriendo. Esa sonrisa que solía dedicarme a mí. ¿Por qué se la está dando a ella? ¿Acaso ella lo hace feliz? ¿Por qué cuando me ve a mí últimamente parece molesto? Tal vez soy una molestia para él.

—¿Te veo en el almuerzo?

—Claro—farfullo, mirando a Alan.

Es un mujeriego, debo recordarlo. Si a eso quiere jugar, que así sea.

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Sé que he estado tardando para  actualizar, pero ya nos acercamos al final :D ¡Así que hay que disfrutar los últimos capítulos lo mas que se pueda! Y muchas gracias a quienes siguen por aquí a pesar de mi tardanza en actualizar últimamente :( ¡Los quiero montones!

Valeria por el premioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora