Nunca había sentido esta sensación al volver a mi apartamento, sobre todo porque sé lo que pasará cuando llegue. Alan quiere que pase la noche en su apartamento, y quiere hablar de lo que pasó. En resumen: quiere hablar de nosotros. ¿Hay un nosotros? ¿Es posible que exista uno? El posible escenario me emociona y me asusta en partes iguales. Tanto que estoy contando los pasos que faltan para llegar a mi apartamento.
Mi corazón es un bombo ahora mismo y mis piernas son de gelatina. Quisiera meterme debajo de la cama y nunca salir, porque creo que no voy a ser capaz de enfrentar esto. ¿Así será como se siente estar enamorado? Da mucho miedo, hace mucho que no sentía esto.
Cuando llegamos frente a mi apartamento, ambos nos quedamos parados afuera mirando la puerta como dos idiotas. Él también está algo nervioso, puedo sentirlo desde aquí. Después de todo me besó, y lo peor es que me gustó. Me gustó mucho.
Busco las llaves en mi bolso, y cuando voy a abrir la puerta su mano me detiene por la muñeca, causándome un escalofrío agradable. ¿Por qué me siento así cada vez que me toca?
—¿Te espero? —pregunta.
Se me forma un enorme nudo en la garganta. ¿Quiere que vaya a su apartamento ahora? Pensé que iba a darme un poco de tiempo o algo así.
—Eh pues... —balbuceo.
Sonríe con dulzura. ¿Él podía sonreír así?
— ¿O quieres que nos veamos mas tarde?
—Alan... ya te dije que yo no... no puedo darte algo de una sola noche. Si quieres que vaya a tu apartamento para eso-
—No es así—da un paso adelante, tanto que me veo obligada a retroceder. ¡Demasiado cerca!—. Solo quiero que hablemos.
—¿Y quieres que me quede a dormir?
—Pues sí. Para eso son las pijamadas, ¿no?
Se ríe, está muy sonriente desde que nos besamos. De hecho yo estoy igual, he estado tratando de contener la sonrisa de mi rostro todo el camino. Parecemos un par de adolescentes. No puedo negar que el hecho de pasar mas tiempo con él me pone eufórica, aunque espero que no esté imaginándose cosas mas allá. Quiero decir, apenas me besó, no puede intentar algo mas fuerte. ¿O sí?
Mis pensamientos se esfuman cuando me da un pequeño beso.
—Te espero en un par de horas entonces—guiña un ojo y se da la vuelta, de camino hacia su apartamento—. ¡Trae tu pijama!
Lo observo volver a su apartamento entre una nube. Me llevo las manos a las mejillas y me quedo mirando un punto en el suelo por un tiempo considerable. ¡Me besó! ¡No puedo creerlo! ¡Él me besó! ¡Ahhhh! ¿Y si le gusto? ¿Y si no es solo uno de sus caprichos? ¿Tal vez yo le gusto? Porque él si me gusta y mucho, ¡¿oíste mundo?! ¡Estoy enamorada de Alan! No, no, tengo que calrmarme, después de todo es un mujeriego y las personas no cambian tan fácilmente. ¿Pero es posible que un mujeriego se enamore? Después de lo de Esteban, estaba segura de que no.
¿Es posible que él se haya enamorado de mí?
Después de darme cuenta que llevo varios minutos frente a la puerta sin hacer nada, decido entrar. Mi apartamento ya no se siente tan solitario, porque voy a ir al suyo. Voy a estar en su habitación por primera vez. Voy hasta mi habitación y me acuesto boca arriba con una sonrisa tonta. ¿Qué me pasa? ¿Así de encaprichada estoy? Podría quedarme aquí y evitarlo, en parte tengo un sentimiento tan raro en el estómago que no quiero verlo. Pero en realidad si quiero.
Tras de pasar un rato fantaseando, preparo mi cena y me pongo a comer. Dijo que fuera en un par de horas, creo que intuyó que estaba presionando. Aun así, pedirme que duerma con él después de besarme es algo atrevido. Pero sea lo que esté pasando, quiero averiguarlo. Cuando termino de comer busco un pijama, pero las manos me tiemblan. Creo que no me sentía así desde Esteban, o ni siquiera recuerdo que provocara esta sensación tan mágica. Me pongo la pijama a duras penas, con mangas largas y un pantalón. Si espera que vaya en un pijama sexy la primera vez está soñando. Me río, ya quiero ver su cara de decepción.
¿La primera vez? ¿Estoy pensando en que va a haber más?
Después de ponerme la pijama, me entretengo viendo televisión hasta que es la hora. Tomo el impulso para salir y dirigirme a su apartamento. Ya son las ocho de la noche. La puerta está abierta y no hay moros en la costa. ¿Alan no está aquí?
—¿Alan? —pregunto, asomando la cabeza en el apartamento—. ¿Estás aquí?
Una ligera luz sale por debajo de la puerta de su cuarto. Me acerco hasta llegar a la puerta. ¿Estará ocupado?
—¿Alan?
—Hola—dice alguien a mis espaldas. Salto en mi sitio—. ¡Wow, tranquila! Parece que te asusté.
Lleva unas tazas en la mano con algo humeante dentro. ¿Eso es chocolate caliente?
—Ahhh que decepción—murmura mirando el pijama—. ¿No tenías algo mas...?
—Ni lo digas—me río—. Te estoy haciendo sufrir a propósito.
—Lo estás consiguiendo—sonríe, y se acerca seductor—. Te besaría ahora mismo sino fuera porque estas tazas me están derritiendo las manos.
Me río mientras me apresuro a ayudarlo. Agarro una de las tazas y siento el olor. Es calidez, muy diferente al ambiente de soledad que produce mi apartamento. Es como si por primera vez en mucho tiempo me sintiera realmente acompañada. Por eso cuando entramos a su cuarto y debo dejarla sobre una mesita, me produce una pequeña sensación de vacío.
Alan deja su taza al lado de la mía y me agarra por la cintura en un movimiento rápido.
—Ahora sí—sonríe burlón, antes de perdernos en un beso dulce y profundo.
🎮
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¡Sigue siendo jueves! Bueno no, ya es viernes... por ocho minutos. ¡He fallado! * c mata *
No, no fallé, ¡traje el capítulo casi el jueves! ¡Espero que les guste! Y ya nos vamos acercando cada vez más al final :3
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Valeria por el premio
Short StoryCuando su mejor amiga consigue pareja, Valeria comienza a sentirse mal porque se da cuenta de que su trabajo y su videojuego favorito son todo lo que le da sentido a su vida. Sin embargo un día una oportunidad de oro aparece frente a sus ojos, cuand...