Semifinal

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Canción en multimedia: 
Si Te Perdiera · Crox · Bamby DS


Alan y Esteban me miran fijamente como esperando que los deje pasar. Sus miradas penetrantes y críticas me paralizan, como si ambos estuvieran enfadados conmigo. Esteban está ahí, pero su mirada tiene un toque de malicia. Tengo un presentimiento muy malo, él no se atrevería a decírselo. Eso es algo que quedó muy enterrado en mi pasado y quiero pensar que Alan no sería capaz de creer eso.

—Valeria...—me dice Alan.

—¿Qué? ¿Qué pasa? Ni siquiera entiendo qué haces tú aquí—señalo a Esteban—. Por favor vete.

Esteban niega con una sonrisita y se abre paso en el apartamento mientras Alan lo sigue. Es ahí cuando me doy cuenta del sobre que lleva entre las manos y palidezco. Tiene que ser una maldita broma. ¿Acaso nunca va a dejarme en paz por eso? ¡Creí que ya había quedado todo claro! Por favor que Alan no haya visto eso.

—¿Lo hiciste? —me pregunta Alan con palidez—. Dime, ¿de verdad hiciste algo así?

Me echo para atrás. Dije que no permitiría que esto me atormentara de nuevo, pero la verdad es que hice algo horrible porque lo quería. Pero no puedo explicárselo.

—Tiene una explicación—murmuro.

—No puedes hacerle eso a los otros nunca más. ¿Entiendes? —pregunta, pero no suena del todo molesto. Suena... contenido. ¿Decepcionado? No, no, no quiero que piense cosas tan horribles de mí—. ¿Te arrepientes por esto?

Miro a Esteban con rabia porque se haya atrevido a venir aquí a hacer esto. ¡¿Cuál era su propósito?! No debí dejar que notara tan siquiera el vínculo diferente que tenía con Alan, era obvio que iba a utilizarlo para su beneficio.

—¿A qué viniste? ¿Ah? —aprieto los dientes con rabia—. ¿A decirle a Alan la clase de escoria que soy? ¿A recordarme lo malos que son los hombres como tú?

—No—asegura—. Me preocupo por mis amigos. Por eso no puedo dejar que se relacionen con personas como tú. Es mi deber cívico decirle a la gente lo que hiciste para que estén prevenidos. O al menos a los mas cercanos a mí.

No, eso no es lo que quería. Su fantasma me ha estado persiguiendo todo el tiempo, incluso cuando desapareció. Ahora que está de vuelta, sigue haciéndome la vida imposible. Lo estaba haciendo muy bien sin él, había logrado recuperar las esperanzas, pero al ver la cara de Alan se que no saldré tan bien librada de esto. Me gustaría pensar que me apoyará. Pero él y Esteban son de la misma clase de personas.

No me cuesta demasiado comprender.

—Váyanse—farfullo.

Alan quiere discutir.

—Tenemos que hablar de esto.

—No. No tenemos —sentencio—. ¡No es tu problema! ¡Es mi pasado! ¡Y si hice algo como eso no eres nadie para venir a juzgarme!

Niega con la cabeza confundido. No sé en qué idioma se lo tengo que decir. Esto fue un error. No debí relacionarme con él, sabía que era un mujeriego y de por sí una persona hueca. Pensé que podría comprender, pero ni siquiera quiero escucharlo. Solo quiero que se vaya. No quiero que abra ese sobre y me juzgue por mis acciones.

— ¡Déjame hablar! ¡Te estoy diciendo que-!

—Por favor vete—respiro profundo. No puedo perder el control, no de nuevo—. Solo váyanse.

Valeria por el premioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora