Desde que apareció, se ha inventado varias excusas para tratar de acercarse, pero no tardé en comprobar que solo es un mujeriego. Tiene el mismo comportamiento acosador y psicótico con otras mujeres, así que sin duda es un galán de primera. Eso fue hace meses, poco antes de que el secreto de mi amiga se revelara dentro de la empresa, pero a pesar de eso no ha dejado de aparecer. No niego que a veces mi guapo pero mujeriego vecino ronda mis pensamientos, pero no debería ser nada para alarmarse. Lo único que sé es que todos los viernes por la noche sale hacia algún lado, y a lo mejor no duerme bien o se desvela porque muchas veces tiene ojeras. Sin embargo no se le nota estresado para nada, como si estuviera viviendo su gran vida.
En cuanto a mí, ahora soy mas importante y mas seria. Tengo un gran trabajo e incluso a personas bajo mi cargo. Me siento como toda una empresaria, y aunque no aspiraba a gran cosa, llegué mas lejos de lo que podría haber imaginado. El departamento de ventas siempre me llamó la atención, me gustan las finanzas y por desgracia ver desde la puerta lo que hacían y los proyectos en los que trabajaban no era suficiente para saciar mi curiosidad.
No niego que me gusta mucho, pero desde que empecé a trabajar en ventas, la soledad aumentó mas que antes. Lore, Aura, Carolina, Stella y las demás ya no están cerca y solo puedo verlas a la hora del almuerzo. En ventas estoy rodeada de hombres que apenas se están adaptando al cambio de tener que trabajar con una mujer, así que el ambiente es algo frío.
—Se siente muy solitario.
—Pero era lo que querías, ¿no? —pregunta Lore desde su micrófono. La he convencido de jugar conmigo—. Estar en ventas.
—Si—suspiro—. Pero incluso así se siente raro no tenerlas a ustedes cerca.
—Ánimo amiga—me dice—. Esto solo será temporal. Solo es mientras te acostumbras y domas a esos hombres que hay en ventas. Además Juan David está allí y él es buena persona.
Suspiro de nuevo. Espero que así sea. Es verdad que Juan David es buena gente, aunque a veces sigue siendo algo machista. Al menos es el único apoyo que tengo allí, porque parece ser uno de los pocos que realmente me escucha. La soledad de mi apartamento ya era tolerable porque en el trabajo estaba con mis amigas, pero no pensé que el crecer profesionalmente me afectaría tanto.
—Por cierto—empieza a decir con nerviosismo—. Daniel y yo iremos a comer mañana después del trabajo. Es un sitio en el que dicen que venden unas pizzas deliciosas. Estaba pensando si quieres venir con nosotros.
Bufo.
—No quiero ser el violín.
—No lo eres—refuta—. Eres mi amiga y a Daniel le caes bien. Además no es una cena romántica. Van a ir un par de amigos de Daniel y yo también quiero llevar a una amiga. ¿Puedes salvarme de esto? ¿Por fiiiii?
—Ya me debes demasiados favores, Lore—me río—. ¿Recuerdas?
—Lo sé, ¡pero mira! Ahora estás en el puesto que querías. Se podría decir que ya te pagué los favores que te debía—menciona en una risita nerviosa. La verdad no sé si agradecerle por eso o no—. Así que ya puedes hacerme mas favores.
—No sé, Lore. Por lo general soy bastante sociable, pero últimamente no me siento muy bien.
—Salir puede ayudarte a relajar la cabeza. Solo piénsalo.
Puede que tenga razón. No he salido mucho últimamente y seguramente ver la luz del sol me ayudaría. Sonrío. Puede que conocer amigos de Daniel me anime.
—Muy bien—le digo—. Pero es el último favor que te hago.
—Ambas sabemos que no es cierto.
Sí, tiene razón. Será emocionante, hace tiempo que no salgo a comer fuera. ¿Por qué no?
Y así me la paso al día siguiente, con la cabeza en la salida a comer por la noche. ¡Hace rato que no salgo! Y de cierta forma me da curiosidad qué clase de pizza podrían vender allí para que sea especial. Si me decepcionan, tengo unas cuantas bolsas de Doritos esperándome en casa. Siempre me aseguro de tener una reserva provisional. Si algún día los Doritos me dan diabetes, moriré como una persona feliz. Esperemos que no sea el caso.
La noche llega. Es sorprendente ver como se quieren Daniel y Lore, al punto de que se toman de la mano en público. Es raro, pero a la misma vez es tierno. Trato de ignorar la punzada que tengo en el pecho. Me duele, porque en el fondo tengo miedo de nunca encontrar lo mismo. ¿Y si no encuentro el verdadero amor? ¿Y si estoy destinada a morir sola? Pensar en el escenario simplemente me aterra.
No quería admitirlo, pero la verdad es que la vida de Lore es tan perfecta ahora mismo que a veces siento que sobro. Me da envidia de que no esté sola, de que tenga a Daniel y todo lo que tiene ahora gracias a su plan malévolo, y me da a pensar que soy tan cobarde que nunca podré correr un riesgo semejante para conseguir lo mismo.
Cuando los tres llegamos al restaurante, Lore se queda en blanco. Daniel en cambio sonríe y se acerca a la mesa donde están sus amigos. Yo me quedo en shock. No puede ser. Me lo encuentro en el ascensor, me acosa cada que puede y ahora resulta que es amigo de Daniel. ¿Por qué universo? ¿Por qué me lo pones hasta en la sopa?
Cuando nos acercamos lo suficiente, sus ojos conectan con los míos, y la palabra se le escapa antes de que pueda predecirlo.
—¿Pastelito?
Daniel y su otro amigo se quedan paralizados ante el mote, mientras Lore solo trata de contener la risa.
Trágame tierra.
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Valeria por el premio
Kısa HikayeCuando su mejor amiga consigue pareja, Valeria comienza a sentirse mal porque se da cuenta de que su trabajo y su videojuego favorito son todo lo que le da sentido a su vida. Sin embargo un día una oportunidad de oro aparece frente a sus ojos, cuand...