14. Alguien para sentir

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Recuesta la cabeza en su brazo, suspirando y viendo al mar con los últimos rayos que permite el ocaso. Hoy no tuvo visitas. Qué pena. Levanta de su asiento y avanza hacia la puerta de la habitación. Se acerca la hora de cenar. Lo único que la mantiene tranquila, es que Hyungsik ya no está bebiendo tanto como los primeros días. Es un avance considerable. No se emborracha y no ha sido brusco o muy molesto.

Tan solo sigue sin importar que no quiera.

Al menos no me deja adolorida, medita queriendo ver el lado positivo. No obstante, en su mente se pregunta con toda la seriedad del mundo ¿Por qué insiste tanto? ¿Se siente bien acaso? No cree que se pueda sentir tan bien. Ella jamás se ha sentido bien haciéndolo.

A pesar de que, en muchas ocasiones, ha sentido una necesidad enorme por tocarse ahí abajo. No lo hace porque se supone que eso no es bueno. Que ninguna mujer lo tiene permitido. De la misma forma que verse o tocarse el pecho.

—Tener relaciones sexuales ¿Se siente bien? —Se atreve a preguntar dejando la copa en la mesa y Hyungsik levanta la mirada de su comida.

—Que pregunta tan extraña de tu parte.

—Considerando lo mucho que te gusta hacerlo, consideré que tal vez debe tener algún gusto, pero jamás lo he sentido.

— ¿No? —cuestiona ahora con gesto ofendido, Jimin niega con la cabeza—. Me debes estar mintiendo.

—No. No lo hago, por eso lo estoy preguntando—Repone limpiándose los labios—. Usualmente me duele y da una sensación rara, pero no me gusta. No siento casi nada. —Hyungsik y Jihan se ven, el segundo aguantando la risa.

—Las mujeres son una mierda—Concluye ofuscado y Jimin no entiende que quiere decir ¡Por no decir que no responde su pregunta! —. Deberías sentirte bien, pero eres una frígida. Ese es todo el problema.

—Es decir, no es buena en la cama. —responde ante la duda de Jimin por la palabra—. No siente.

—Oh...

—Tienes suerte de que yo si logre sentir algo, de otro modo ni se me cruzaría por la cabeza casarme contigo.

Continúa con su comida, pensativa y sin entender del todo la conversación.

. . .

Abre los ojos debido a un canto grueso. Levanta de la cama, al final no hicieron nada. Jihan no había dejado de reírse todo el rato. A saber por qué. Asoma por la ventana y logra ver a una sirena allí. La única a la que aún no conoce por su nombre. Se recuesta, escuchando la romántica serenata que le genera un suspiro.

Toma sus zapatillas y sale de la habitación, con el cabello en su hombro y andando por el barco en pijama hasta llegar a la cubierta. Toma asiento al borde de la cubierta, por donde desembarcan y la sirena emerge del agua. Al verla sonríe y la invita a ir con ella. Niega con la cabeza.

—Está muy alto y el agua muy fría. —responde risueña. La sirena hace un puchero, bajando los brazos de golpe. Levanta los dedos, indicándole que espere. Se hunde y de un salto llega hasta dónde está Jimin. La mujer se ríe por la postura triunfante de la sirena.

Le acomoda el cabello para verla del todo. Tiene muchísimo sin venir. Empieza a creer que se están turnando para visitarla. Antes de preguntarle nada es rodeada por ella y la caída al agua es inevitable. Toma mucho aire, dejándose llevar por la sirena de cola púrpura.

No sabe que tanto descienden, solo que empieza a dolerle el pecho. Está muy oscuro y no logra ver nada. Llegan a su destino, una cueva con burbuja de aire. Apenas tiene luz natural, propia de la luminiscencia natural de algunas plantas.

Mermaids WifeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora