27. Compañía de varado

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— ¿Por qué no nos movemos? —pregunta confundida de que lleven tanto rato quietos. Estuvo leyendo sin una pizca de brisa por andar a todo cañón con la prisa que cargan. Es extraño. Al acercarse dónde está el cumulo de la tripulación y demás, no recibe mucha respuesta.

—Parece que algo nos está impidiendo avanzar. —informa Hyungsik.

— ¿Un banco de arena? Encallamos. —Tienta.

—Esto es mar abierto. Es casi imposible que haya un banco de arena—responde con gentileza el capitán—. Sin embargo, no lo descartamos del todo. Es la única forma con que un barco así deje de moverse. La brisa no ayuda tan siquiera. —Levanta la vista. Las velas están totalmente llevadas por el viento.

Si el barco no se mueve, es porque otra cosa lo está deteniendo.

—Aunque si fuese un banco de arena, debimos haber sentido el choque ¿Cierto? Siendo tan grande...—Tantea Wonho. Todos soltando suposiciones. De momento, el banco de arena es lo más factible.

—Mejor vuelve a la habitación, no creo que tardemos mucho en dar con el problema. —Sugiere Hyungsik. Jimin mira abajo, inclinándose mucho en la baranda—. Oye no-

Queda con la cara mojada por el salto de un delfín que salpica. Se limpia con las manos enguantada y da cuenta del montón de delfines que van pasando. Una especie de cardumen inmenso. El capitán no aguanta la risa al igual que Jimin.

—No se burle. —gruñe Hyungsik.

—Si fue divertido. No te amargues—Afirma sacudiendo las manos—. Al menos estaremos acompañados hasta que el barco se mueva—Arruga la nariz, varios delfines saltan, compitiendo a ver cuál salta más alto—. ¿Hay algo que podamos darles de comer? —pregunta girada hacia el cocinero—. Tal vez-

— ¡JIMIN!

Grita a medida que cae y finalmente su cuerpo impacta de manera sorprendentemente suave en el agua. Abre los ojos, guiñando repetitiva y entre los delfines, alcanza a ver esa silueta femenina y dorada. La risilla que suena mucho más bella dentro del agua. Antes de quejarse de cualquier forma, Hosook la sujeta con fuerza y se aleja de la zona, abrazándola y aleteando con fuerza.

— ¡¿Por qué hiciste eso?! Me asusté... Ay no, ahora me van a buscar —Da un golpe al agua, notando que están bajando barcos. Hosook se encoge de hombros sonriendo—. Ya noté que nada te preocupa—Sopla un mecho de cabello que se le viene a la cara—. Entiendo que quieras que juguemos, pero no puedes hace eso. —Informa con gentileza.

Hosook la suelta un instante y pone a un delfín entre medio, una especie de soborno para que no se enoje con ella. Jimin acaba riendo por el delfín chasqueando. Le da un beso y Hosook lo sostiene para evitar que vaya de golpe hacia ella. La indica a que se sujete y acaba siendo llevaba por el delfín. Un poco incómodo, nada extremo.

Llegan a un área muy bonita. Arena blanca, grandes árboles y agua que interrumpe todo. Es una isla que próximamente desaparecerá. Hay tantos pequeños pozos que Hosook puede ir saltando de uno en uno sin separarse de Jimin. Jugando con los delfines que se prestan para seguir a la humana que se había rasgado el vestido para poder correr.

Cae al suelo riéndose. Jeonggoo sale de la absoluta nada, chocando de cara con Hosook que chilla, quejándose del golpe y de que esté ahí. Jeonggoo la ignora en gran medida para ir con Jimin y abrazarla, acurrucando la cabeza en su pecho.

—Te gusta opacar los momentos de otros ¿Verdad? —Jeonggoo ríe traviesa sin cesar el agarre.

Y se vuelve jugar las tres en esa isla desierta llena de pequeños y hondos charcos donde pudo entrar a acariciar a los delfines, sorprenderse de que se buscaran de meter entre sus piernas y las sirenas los echaran a empujones; con estrellas de mar y cualquier otro animal que ellas trajeran para que lo vieran.

Comportándose como niñas pequeñas en busca de su atención.

—Oh, esta parte del agua es dulce. Qué raro.

Se deshace del resto del vestido para poder echarse bien y cómoda en el pozo, el agua dulce se siente refrescante y Jeonggoo no pierde la oportunidad para recostarse en Jimin a dormitar a placer. Mientras, Jimin recibe miles de besitos en el rostro por parte de Hosook antes de que la acomode para dormir ahí, bajo una palmera inquinada y metidas en un pozo de agua dulce.

Pasa un rato para que Jimin dé cuenta de lo normal que se le hace estar entre ellas sin ropa. Antes ni siquiera se le pasaría por la cabeza hacer tal cosa. Suspira, rodeando a Hosook con los brazos para descansar. Ellas huirían si alguien se acerca, por lo que puede esperar hasta esa eficiente alarma.

. . .

Los ojos se le cierran, abrazándose las piernas en la orilla. El barco de recogida de donde vino se está acercando y quiere seguir durmiendo. Se sigue sintiendo cansada. Apenas se acercan en la arena, Hyungsik salta y se le abalanza en un abrazo.

—Me asustaste ¿¡Como llegaste hasta aquí!?

—No lo sé, la corriente me empujó y quedé aquí tirada—responde adormilada—. Lo siento por la preocupación.

—Está bien señorita, nunca está mal descubrir nuevos luga-

— ¡NO MIREN!

Jimin guiña repetidamente. Se había olvidado de que está totalmente desnuda. Hyungsik se quita parte de su ropa para dársela y los tripulantes hacen lo mismo. Acaba con cuatro camisas a su disposición. Decide solo ponerse una que le cubre hasta medio muslo, unas botas y una chaqueta. Todo le queda tan grande que parece una mujer cualquiera que naufragó.

Recuesta de Hyungsik, escuchando los murmullos y decide empezar a tararear. Con su prometido jalándola más hacia él.

—Es que es totalmente lampiña.

—Es bonita con y sin ropa y sin maquillaje.

— ¿Será una sirena escondida para jugar?

—Es tan pequeña...

—Alguno de ustedes, imbéciles sin nada en la cabeza, le hace algo y yo mismo los tiro del barco ¿Entendido?

—Sí capitán.

Y ella sigue cantando.

Mermaids WifeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora