23. Compañía nocturna

700 100 9
                                    

Acaricia su rostro. Aun no comprende cómo es que no tiene marca alguna de los golpes que Hyungsik le dio. Casi tiene la impresión de que fue un sueño. El hombre no deja de verla como si una segunda cabeza le hubiera salido del cuello. Hay demasiada rareza circulando y volverlo loco tampoco es tan mala idea. Un pequeño castigo por lo que hizo. Sobresalta cuando algo cae en la habitación desde la ventana.

— Jeonggoo—La sirena sonríe agitando la cola—. No hagas eso, llamaras la atención—Parece no importarle demasiado—. Qué raro, normalmente tardan tiempo en venir a verme—Medita. Hace tiempo había notado el patrón. Parecen turnarse para visitarla—. ¿Muy ansiosa por venir? —Asiente, enderezándose—. Considerando que estás aquí ¿Me dejas que te dibuje?

A decir verdad, Jeonggoo no estaba del todo enterada de porque Jimin la arregla tanto sobre la cama. Podía tocarla por encima de la ropa y un poco por debajo, pero de repente tenía que quedarse quieta y se perdió. Jimin levanta la vista a cada rato y sigue rayando en su cuaderno a poco de terminarse.

— ¿Qué opinas? —voltea para mostrar el boceto al que le faltan detalles, pero puede decirse que, en términos globales, está listo. Jeonggoo arruga la nariz y muestra un poco de los dientes, poniendo una mano en su mejilla—. Cuando esté listo te llamare para mostrarlo. así que no desaparezcas mucho rato. —Niega efusivamente, agitando la cola con alegría.

Toma el lápiz que Jimin usaba y pasa la página. Jimin toma asiento y se queda quieta, Jeonggoo levanta la mirada cada cierto tiempo. Honestamente, espera un destrozo como mínimo. En el peor de los casos será como sus dibujos de cuando tenía ocho años. La sorprende mucho hallar un retrato de sí misma hecho a lápiz, con un énfasis enorme en el sombreado. Se pone roja de notar que Jeonggoo la dibujo casi sin ropa.

—Oye. —Reclama juguetona. Jeonggoo recuesta la mejilla en el pecho de Jimin, con el cuaderno en el colchón. Un bonito rato de dibujo y monólogos cantarines.

. . .

— Tengo que discutir algunos asuntos con el capitán. No esperes. —Jimin se asoma, viendo cómo Hyungsik se va. La ha estado evadiendo todo el día. Gustaría entender que es lo que pasa por su cabeza. Cierra la puerta de la habitación con llave. Él la tiene, así que podría entrar cuándo acabará.

Quien no quiere que entre es Jihan. A saber con qué rareza le saldría. Tararea mientras peina su cabello, desanudando sus hebras negras y extensas. Por jugar con Jeonggoo casi todo el día -aprovechando la poca visibilidad de Hyungsik-, se le hicieron algunos nudos. Se sintió una auténtica niña pequeña estando con ella.

Fue encantador. Medita que, si Hyungsik dijo que no la espere, es porque irá para largo y es mejor dormir. Usualmente lo molesta que se acueste si él no está. Desconoce la razón. Tal vez tenerla atenida a todas sus palabras y acciones.

Touch me now~ Love me now~ Just let me love you... Just let love you—Levanta del pequeño banquillo, dando una vuelta—. Ujuga cheoeum saeng-gyeonass-eul ttaebuteo, Modeun geon jeonghaejin geoyeoss-eo. Just let me love you. —La vuelta completa y fuerte hace que su cabello suelto cree un círculo y su pijama tome vuelo. Puesta de puntas para bailar en ese espacio reducido.

Estira los brazos, dando cuenta de que hay alguien. Sin más canto, la sirena empieza a aplaudir, sonriendo y Jimin se deja caer al suelo lentamente. Igual a como la vergüenza le sube desde los pies a la cabeza. Ojalá avisarán que van a aparecer. Aparte de asustarla, la hacen sentir avergonzada.

—Primero Jeonggoo y luego tú—Pone las manos en su cintura con falso enfado—. Díganme que van a venir para no hacer tanta tontería frente a ustedes. Que vergüenza... Namkyung—Lloriquea ante los ademanes de ella. Que insiste en que continúe sin prestarle atención—. No puedo. Mejor me voy a dormir. No puedo salir hoy.

Mermaids WifeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora