34. Mar cautivo

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— ¿Emocionada por mañana?

Asiente, viendo por la ventana sin decir nada. Mañana llegarían finalmente. Un largo trecho lleno de demasiados acontecimientos inexplicable y maravillosos para ella. Estar tan cerca la asusta y genera incertidumbre. Antes, era su única opción, su deber a cumplir con la vida agradeciendo los lujos que su familia le brindaron.

Familia que ni siquiera se molestará en estar en la boda. Por eso viaja sola. Con saber que se casó les basta y les sobra. Posiblemente no los viera nunca más. Se limpia la boca y recuesta más de su asiento, sin saber que pensar. Nunca tuvo la capacidad de elegir por sí misma.

Siempre tuvo a otros haciéndolo por ella.

Que vestir, como pararse, como decorar, a quien acercarse, que amistades, con quien bailar en las fiestas, que mascota tener, que libros tener, que estudiar, que practicar. Lo único que pediste, fue aprender a bailar. Ladea la cabeza.

Recuerda que le rogó a su mamá por ello, luego a su papá y fue solo en eso donde la complacieron en sí. Luego, cuando quiso ser bailarina, la apartaron de ello. Decidiendo por ella nuevamente que iba a ser su vida. Exhala. Tener como decidir cuándo eso ha sido prohibido desde siempre es... extraño.

Es abrumador. La poca costumbre a la libertad en contraposición a anhelarla tras haberla saboreado a medias. Guiña con lentitud. Decidir, decidir, nunca lo había pensado tanto. Es más complicado que dejarse llevar y al mismo tiempo la hace sentir que es capaz de, finalmente, seguir el rumbo que ella quiera.

Uno donde vivirá como siempre. Sin complicaciones más allá del disgusto a su esposo que, según todos, es solo dramatismo.

En el otro, estaría sumergida bajo el agua ¿Haciendo qué? Eso es lo que quiero saber...

Explorar, descubrir, aventurarse, poder vivir o simplemente morir en su salto hacia la profundidad.

— ¡Señor! —El capitán entra a prisa y con la agitación a más no poder—. Tenemos... tenemos algo-

— ¿Qué cosa?

—Es una-

Jimin levanta a prisa de su asiento y pasa de ellos, sujeta su vestido para poder correr y su expresión se marca en una de susto, notando lo que hay en el suelo de madera del barco. Los tripulantes del barco no pueden con su emoción y sorpresa, Jimin, por su lado, se lleva las manos a su boca y las risitas se vuelven más fuertes.

Hosook está ahí, sentada como si nada, con su cabello cubriendo la mar parte de su pecho y agitando la cola.

—Pero que-

— ¡Tenga cuidado señorita!

Se hace un enorme revuelo. Hosook se tira encima de Jimin para abrazarla, la derriba al suelo al instante y a pesar de que intenta besarla, la sujetan para levantarla y apartarlas unas de otras. Hyungsik parpadea repetidamente, viendo fijamente a la sirena, luego a su prometida y tartamudeando:

—Pon-pónganla en agua. Nos la llevamos también.

—Pero señor-

— ¿Acaso creen que vamos a dejar ir una... sirena o lo que sea? —Jimin se levanta, tambaleando—. Será buena decoración en casa para mí boda. Solo... háganlo. —Está huyendo de verla más allá de la cola. Hosook baja la cabeza, tentando que la mire.

—Nono—Interrumpe Jimin—. Hay que ponerla en el mar de nuevo.

— ¡Es una sirena! —exclama el capitán.

— ¡Precisamente por eso! Po-podríamos acabar matándola. No sabemos cómo mantenerla, que come ¡No sabemos nada! —Replica tomando a Hyungsik del brazo—. No es una mascota. Es un-

— ¡Un pez! —Interrumpe soltándose bruscamente—. No es más que un pescado con cuerpo femenino en la parte superior. Llévensela ¡AHORA! —Ordena con fuerza. Hosook da constantes quejidos, siendo cargada por la cola y estirando los brazos en dirección hacia Jimin—. No vuelvas a contradecirme en público. —dice entre dientes.

Jimin desconoce el motivo por el que luce tan acobardado. Tiene miedo de algo. De verla a ella inclusive y con Hosook ya fue un drama en sí mismo. Voltea, notando como ya entraron y se la llevaron.

—Suelta ¿Sí? Por favor suéltala—pide con labios temblorosos—. Es... es como un pez, sí, pero ya viste que no ataca a nadie. Es mejor soltarla antes que matarla por un descuido ¿Y si esto es malo? ¿Y si nos viene otra tormenta o nos quedamos varados? —Saca mil posibilidades, cada una más exagerada que la otra con la intención de que la dejen ir.

Ni siquiera comprende cual es el objetivo de Hosook al momento de subir y ser así de descarada consigo misma revelando su presencia. Namkyung ya es suficiente muestra de que puede haber tonterías por parte de los hombres con una sirena. Sin importar lo bella que sea.

—No seas estúpida. No va a pasa nada malo. Es un pescado más.

— ¡NO LO ES! —grita, sorprendiendo a los que están ahí—. ELLA... ELLA ES MÁS QUE UN SIMPLE PESCADO. SUELTALA, AHORA, DEJALA QUE VUELVA.

Hyungsik la toma bruscamente del brazo, llevándola consigo dentro. Wonho mira a ambos lados y se dirige a su propia habitación. Lejana de las otras. Revisa de nuevo el cuaderno. Encuentra rápidamente la que coincide con la cola que vio. Sin embargo, no vio ni por asomo a la mujer que Jimin dibujó. Él vio otra cosa y se pregunta porque exactamente fue así.

También si sucedió lo mismo con Hyungsik, que tanto rehuyó un contacto visual directo.

. . .

—No te atrevas a gritarme de nuevo.

— ¡No me estás escuchando! Hay que-

— ¿Por qué es tan importante para ti soltarla? —Entrecierra los ojos y Jimin aprieta los labios—. Que tanto te desespera un maldito pescado que podría ayudarnos a tener aún más dinero. Aún más-

—¿Eso quieres? Encuentras... una de las criaturas más bellas del planeta y ¿Piensas en el dinero que te puede dar? ¿¡Es en serio!? —pregunta hastiada. Sabe la importancia del dinero.

Pero esto roza la ridiculez.

— ¿Bella...? ¿Una mujer desnuda...? —Tienta, con deje sospechoso.

Jimin tan solo baja la cabeza, con el pulso a millón y la preocupación generándole dolor de cabeza.

Mermaids WifeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora