39. Mar profundo

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— ¿En qué demonios estás pensando?

— Tengo que ir, tengo que ir, tengo que-

Hyungsik la abofetea y Jimin retrocede, el padre de Hyungsik luce colérico y abochornado por la escena que se acaba de formar en este lugar. Como la esposa de su hijo aparentemente está ya casada o algo así. No le importa ni le interesa el hecho, sino que fuese dicho frente a tantos conocidos y gente importante. Qué vergüenza.

—Que mujercita nos mandaron.

—Regresemos al puerto ahora mismo. —Ordena de nueva cuenta al capitán que asiente.

— ¡No! ¡Yo tengo que...!

— ¡QUE CIERRE LA BOCA!

Un trueno terrible suena, todos ven arriba, dando cuenta de las nubes tormentosas que cubren el cielo. El barco entero sufre una sacudida que los tira al suelo. El mar embraveciéndose de repente y rayos impactado de forma directa en la superficie de madera, las mesas, incluso en las personas que muere chamuscada. Corren a esconderse dentro y es contraproducente.

Pues uno más fuerte caer, dando de lleno y generando un incendio. Que ocasiona mayor desastre queda en duda, si la tormenta que cae o el mar batiendo en contra del enorme navío incapaz de hacer nada por estar cien por ciento a flote. El incendio se esparce con suma rapidez, crea agujeros en el casco y el agua empieza a filtrarse.

La madre de Hyungsik grita, siendo jalada de la pierna por un animal que saltó al barco y llevándosela consigo. Más gritos se oyen, como está siendo devorada por un tiburón. Las docenas de aletas sobresaliendo del agua negra y manchándose de rojo por los cuerpos devorados.

Grita por inercia, teniendo uno a pocos centímetros y siendo usada de tapadera por el padre de Hyungsik. En vano, el animal solo retrocede sin hacer nada, con sus enormes dientes manchados de sangre.

— ¡A los barcos! ¡A los barcos! —Anuncian los marineros y aunque algunos alcanzan a ir, no siendo el caso de Jimin, son volteados y las criaturas marinas se hacen festín a costa de los invitados.

Las ropas rasgadas, prendas, joyas y demás artilugios cayendo al suelo por esto. El barco volcándose a un lado por el agua que entra. Jimin se quita partes del vestido para impedir quemarse. La tela es muy inflamable aun si esta húmeda. Chilla de nuevo, con la gravedad jugándole en contra y el miedo irreprimible hacia caer en un agua infestada de tiburones y quien sabe cuándo animal más.

Cae, recibiendo el golpe de un trozo de madera que le cae encima. Logra estar lo suficientemente consciente para ver como los animales toman al padre de Hyungsik y lo destruyen por completo. Volviéndolo poco más que un cumulo de carne a medio comer manchando el lugar. El barco ardiendo que va desapareciendo de la superficie y próximo a ocupar un lugar en el fondo marino.

Siente un tirón en el pie, topándose a Jeonggoo de cara. La sirena le sonríe, juntando sus labios con los de Jimin y acariciándole el rostro. Al separarse no hace más que tomarla de la cintura y llevarla bajo. Agita las manos y los brazos, queriendo ir arriba por la falta de aire. Le duele el pecho y todo se torna cada vez más oscuro.

Tose. Con las últimas burbujas de oxigeno escapándose por su boca. La consciencia se le esfuma con lentitud y no es más que un peso casi muerto llevado hasta la profundidad. Jeonggoo se encuentra con las demás que la siguen tan abajo es casi imposible ver, hasta que Sujin y Taehee agitan la cola con fuerza.

Miles de partículas luminiscentes llenan el ambiente, alborotando a peces y criaturas de estos rincones frío y oscuros. Yoonji rompe los últimos tramos del vestido, quitándolo y lanzándolo por ahí sin interés. Hosook la ropa interior y pronto tienen a la mujer inconsciente y desnuda. Namkyung hace fuerza para abrir lo que parece una ostra gigante.

Jeonggoo recuesta a Jimin dentro, sonriendo ampliamente de verla ahí. La cierran y pronto todo queda en penumbra.

. . .

Respira agitado. Subido a un trozo de madera caído del hundido barco. Apenas hay nada flotando y una que otra persona rogando porque los ayuden. A la nada. Posiblemente nada aparezca aquí en toda la noche. Es tan improbable. El cielo se había despejado por completo. Exhala, hace un frío terrible. Los labios le tiemblan y se vuelven morados tras mucho tiempo.

Algo sale del agua y contiene el aliento por distinguir la figura humanoide. Los ojos fijos en su persona y como saca más de ella. Quedando toda la cabeza fuera del agua.

—Ji-Jimin-

Balbucea, viendo el rostro de la que es su esposa. Su cabello suelto, el collar de color púrpura en su cuello. La sirena entrecierra los ojos, irises azules cargadas de profundo rencor e ira. Una a una empiezan a salir, llenando el entorno de Hyungsik que se llena de confusión por ver a Jimin en todas.

La que tiene collar rosa es la que más se aproxima. Lo toma de la cara y le da un suave beso en los labios. Entrecierra los ojos, complacido y sin permitirse tomarla de la nuca, siente los dientes clavándose. La sirena lo toma con fuerza, enterrando los dedos y garras en él. Su cara, sus brazos, hombros, espalda y piernas atacado y arrancado por cada una de ellas.

Los sobrevivientes momentáneos ven la escena y son prontamente atacados por animales rezagados que buscan un poco más de comer. Hyungsik acaba su existencia bajo los colmillos y garras de las criaturas míticas, siendo percibidas con el rostro de quién tanto hizo daño.

A quien tanto quiso poseer, hasta el punto de una locura insana y nociva que a futuro la mataría de haber decidido continuar con él. Poco queda, apenas unos restos miserables y la enorme satisfacción en esas seis que se continúan riendo y mofando de lo que hicieron. Finalmente la venganza, pero bien, debían esperar hasta este momento para llevarlo a cabo.

Vengar el dolor de su pequeña y tierna esposa.

Mermaids WifeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora