Está casada.
Finalmente Hyungsik es su esposo.
Los días habían transcurrido de forma aburridísima. Puede contar con exactitud todas las palabras que dijo en ese tiempo. También la gente que vio. Hyungsik se había vuelto genuinamente loco con el tema de su atracción a las mujeres. Prohibió a ninguna acercarse y puros mayordomos la rodean. Tenía apenas un par de libros y no la dejaba dibujar. Se quedaba viendo la ventana esperando las comidas y a Hyungsik por la noche para dormir. Abrazándola de tal forma que es imposible soltarse.
Se siente desorientada y jamás tuvo semejante sensación de soledad como ahora. Su piel suave, pero con una necesidad gigante por mojarse. Necesita estar en el agua. La desespera el silencio del ambiente. Ya no está en el mar con olas acompañando sus siestas o cantos de sirenas para brindar aviso de sus visitas. Ni siquiera pude despedirme de ellas...
— ¿En quién estás pensando?
Ahora, consumando matrimonio, no hace sino quedárselo viendo con la impresión de que no hay nada capaz de hacerla resucitar. Seca, deambulante y apenas reaccionante.
—En que va a ser así siempre. —Afortunadamente es una respuesta acertada. Hyungsik regresa a chupar y lamer el seno derecho en tanto masajea el izquierdo. Su mano llena y que blanquea cuando presiona con toda su fuerza. Jadea y respira con fuerza. Jimin lo ve fijamente.
No se siente bien.
Ni siquiera lo siente del todo.
Indolente incluso en el abuso.
—Lo único bueno de tu estupidez—Jadea bajando entre ambos senos—. Es que no te di el gusto de andar con tu amante. Tan narcisista y creyéndote una santa.
— ¿Narcisista? —cuestiona confundida, aprieta los labios ante la penetración.
Hyungsik no le responde. Embistiendo sin más. Permanece levantado en sus brazos. Viendo las parcas y apenas reacciones. Recordándola antes de subir al barco, su comportamiento, actitud, físico. Todo parecía haber cambiado y es que nunca había tomado realmente en cuenta lo especial que es su ahora esposa. Lo bella que es. Los sonidos que hace. La forma en que se dobla. Hay tanto que no notaba, tanto que ahora piensa esconder a toda costa para que ni siquiera las criaturas del mar puedan perderse en ello.
Hasta el punto de copiar totalmente su aspecto. Lo que Hyungsik vio no fue a Hosook en lo absoluto. Lo único igual, era su cola ¿Su rostro? Era el de Jimin. Cada pequeña y delicada facción repetida. Hasta el punto en que haberlas ido a interceptar fue como tener a dos gemelas. Lo hizo dar cuenta de que a Jimin lo único que le hace falta es una aleta ¿Lo demás? Vuelve loca incluso a las sirenas del océano. Jimin es su pequeña, apretable y calidad sirena en la tierra.
¿Qué pensaba hacer con Hosook después de tenerla aquí? Matarla y entregarle la cabeza a Jimin para demostrarle que no se deja engañar. Su esposa es la más bella y sin otra igual, nadie tendría el gozo de disfrutar algo similar.
. . .
La luna de miel parece ser una fiesta en conjunto. Cosa rara, imagino que Hyungsik no querría a nadie alrededor molestando en sus ansias sexuales terriblemente grandes. Los invitados en sus pomposas ropas y hablando sus temas idiotas mientras comen o beben le generan aburrimiento.
Ni siquiera escucha el mar a pesar de que subieron a un barco para dar una vuelta. Una especie de recorrido turístico y tirar mierda al mar a falta de saber usar los cestos de basura. Va pegada a Hyungsik, este no permite lejanía alguna. Demasiadas mujeres alrededor. No es seguro.
Jimin se distrae, viendo que hay una mujer alta y de cabello en tono púrpura viendo la pintura que les regalaron con motivo del matrimonio. Tiene la curiosa ilustración de una chica a medio vestir metida en el agua y siendo vista por alguien. Logra zafarse de Hyungsik, queriendo acercarse a esa mujer de cabello voluminoso en un peinado complicado.
—Nam-
Es tomada de nuevo, forzando que no pueda siquiera acercar su cuerpo ahí. La pierde entre la multitud. Hyungsik habla con alguien y pasan veinte minutos sin que Jimin diga nada. En eso es capaz de percibir a una mujer frente a la mesa de quesos. Cabello rosa claro y un vestido de grandes hombreras. No puede ni intentar ir ahí, pues pasan un par de personas y ya no está. Una risa la distrae y la hace levantar la cabeza. Busca con esfuerzo, ve un moño enorme de color naranjo y a pesar de que Hyungsik va en esa dirección, cuando llegan ya no está.
— ¿Que buscas?
—Na-nada. —Balbucea aturdida.
¿Lo está imaginando? Puede ser, las extraño y no parecen estar cerca... Mejor así. Si las viera de nuevo ¿Que haría? ¿Qué diría? Pensar que no les dijo adiós la entristece, pero al mismo tiempo lo hace aún más imaginar que lo hace. Romper totalmente el nexo. Negarse por siempre a aceptar la mano que tanto le han tendido. Se muerde los labios, queriendo llorar.
Puede elegir por sí misma, eso le dijeron, pero ¿Cómo elige? Algo tan básico se le escapa y es que ¿Cómo hacerlo si nunca lo ha hecho? El corazón se le alborota, su mente se descontrola. No sabe que hacer más que lo de siempre. Seguir a quien manda.
Desde ayer: Su esposo, Hyungsik.
Logra ver a una mujer de cabello corto y cuadrado, jugando con la decoración. Desvía la mirada e ignora a las que pasan por su lado. Una con vestido púrpura y cabello medio suelto rizado junto a una de melena oscura y ondulada. Ambas charlando y chocando levemente con ella. Jimin permanece en su cabeza. Sin escuchar o hacer nada. Se mueve a dónde le indican y poco más. La boca cerrada, ojos apagados y rendición absoluta.
Hasta que las escucha.
Sus ojos se abren e iluminan, la suave y armoniosa tonada de varias voces sonando. El barco acelera su marcha, alejándose de donde debería transitar. Sube, sube y sube hasta que el canto se detiene en conjunto con el navío.
Dejando todo en profundo silencio y confusión.
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Mermaids Wife
Fanfiction"Las escuchaste sin cesar, tus ojos que no dejan de brillar, sin saber que te volviste una más. Casada con el mar y las sirenas que hacen tu alma resonar." AU!Mermaids Pairing: Fem!Ot7 Advertencias: Genderbend, Fem!Version, Smut, Fantasy, Lenguaje O...