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—Desafío— responde Lauren antes de que llegue a preguntarle qué opción elige.

Sus ojos verdes me atraviesan con una intensidad que me dice que soy yo la que está en un compromiso, soy yo la que tiene el desafío de hacer algo.
Y titubeo, porque no tenía nada pensado ni esperaba esa reacción. ¿A qué debería retarla? Sé que hará lo que sea, sólo por quedar como una gallita.
—Hum... ¿A que no te atreves a...?
—¿A qué? —inquiere con impaciencia.

Casi la reto a decir algo agradable de cada una de las personas que conformamos el grupo, pero al final lo descarto, por muy divertido que hubiese sido.

—¡A quitarte la camiseta y no volver a ponértela durante el resto del juego! —grita Halsey.
Yo me alegro, y no porque Lauren vaya a quitarse la camiseta, por supuesto, sino porque no se me ocurría nada y así no tengo la presión de tener que pedirle que haga algo.

—Qué infantil —protesta ella, pero se quita la camiseta por la cabeza. Sin pretenderlo, mis ojos van directos a su largo torso y se centran en el tatuaje negro que se extiende por su piel sorprendentemente bronceada. Debajo de las aves de su pecho lleva tatuado un árbol grande dibujado en el estómago, con las ramas desnudas y un aire fantasmagórico. En los antebrazos tiene muchos más tatuajes de los que esperaba. Imágenes e iconos pequeños que aparentemente no guardan relación unos con otros cubren sus hombros y sus caderas.
Bella me da un codazo y yo aparto la vista de ella al tiempo que rezo para que nadie me haya visto mirarla.

El juego continúa. Halsey besa a Tristan y a Zack. Bella nos habla sobre su primera vez. Nate besa a otra chica.
¿Cómo he acabado en este grupo de macarras inadaptados con las hormonas a flor de piel?

—Camila, ¿verdad o desafío? —pregunta Tristan.

—¿Para qué preguntas?... Todos sabemos que va a decir verdad —empieza Lauren.

—Desafío —respondo para su sorpresa y también para la mía propia.

—Hum... Camila..., ¿a que no te atreves... a beber un trago de vodka?—me provoca Tristan sonriendo.

—No bebo alcohol.

—Por eso es un reto.

—Oye, si no quieres hacerlo... —empieza a decir Nate, pero al levantar la vista veo a Lauren y a Halsey riéndose a mi costa.

—Vale, sólo un trago —accedo.
Imagino que Lauren seguirá mirándome con desprecio ante mi respuesta pero, cuando nuestras miradas se encuentran, veo que tiene una expresión extraña.
Alguien me pasa la botella de vodka blanco, y cometo el error de acercármela para oler el hediondo líquido. Me arden las fosas nasales. Arrugo la nariz e intento pasar por alto las risitas que oigo detrás de mí.

Trato de no pensar en todas las bocas que han pasado por esta botella antes que la mía. La levanto y le doy un trago. La bebida me abrasa todo, desde la lengua hasta el estómago, pero consigo tragármela. Sabe horriblemente mal. El grupo aplaude y se ríe un poco. Todos excepto Lauren. Si no la conociera, pensaría que está enfadada o decepcionada. Es una chica muy extraña.

Al cabo de un rato, siento el calor en mis mejillas, y algo más tarde, la pequeña cantidad de alcohol en mis venas que crece con cada ronda en la que me desafían a dar otro trago. Yo cedo, y he de admitir que me siento bastante relajada para variar. Me siento bien.
Todo aparenta ser más fácil.
La gente a mi alrededor me parece más divertida que antes.

—Lo mismo de antes —dice Zack, riendo, y le da un trago a la botella antes de pasármela a mí por quinta vez.
Ni siquiera recuerdo los besos, las verdades y los desafíos que han tenido lugar durante las últimas rondas. Esta vez doy un par de buenos tragos al vodka, hasta que me quitan la botella de las manos.

Después de ella [Camren G!P]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora