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Aparco junto al coche de Landon. Le envío un mensaje a Zack para que sepa que ya he llegado. Me responde al instante y me dice que está en el extremo izquierdo del estadio. Se lo cuento a Landon.

—Suena bien —dice sin el menor rastro de emoción.

—¿Quién es Zack? —pregunta Darinka.

—Es... un amigo —respondo. Porque sólo somos amigos.

—Lauren es tu novia, ¿no?

Me la quedo mirando. No parece querer decir nada, sólo da la impresión de estar confusa.

«Bienvenida al club.»

—No, cariño —ríe Landon—. Ninguno de los dos es su pareja.

Yo también me echo a reír.

—No es tan malo como parece...

En cuanto llegamos a donde está todo el mundo, la banda empieza a tocar y el estadio se va llenando de gente. Siento un gran alivio al ver a Zack reclinado contra una valla. Lo señalo y nos dirigimos hacia él.

Darinka deja escapar un grito ahogado cuando nos acercamos. No sé si le han sorprendido sus piercings y sus tatuajes o lo guapo que es. O tal vez ambas cosas.

—Hola, preciosa —me saluda Zack con una enorme sonrisa y un abrazo.
Le devuelvo la sonrisa y el abrazo. —Hola, soy Zack. Encantado de conocerlos —les dice a Landon y a Darinka.

Sé que a Landon ya lo conoce. A lo mejor sólo intenta ser educado.

—¿Hace mucho que estás aquí? —pregunto.

—Unos diez minutos. Hay mucha más gente de la que imaginaba.

Landon nos lleva a una zona más tranquila cerca del enorme escenario de madera y nos acomodamos en el césped. Darinka se sienta entre sus piernas y se reclina en su pecho. El sol se está poniendo y empieza a correr una brisa fresca. Debería haberme puesto manga larga.

—¿Habías venido antes a alguna fiesta de éstas? —le pregunto a Zack.

Él niega con la cabeza.

—No, no es mi ambiente habitual —dice con una carcajada, y añade—:
Pero me alegro de estar aquí esta noche.

Sonrío al oír el cumplido, y entonces alguien sube al escenario y nos da la
bienvenida en nombre de la universidad y de la banda. Se pasa unos minutos hablando sin decir nada y empieza la cuenta atrás para encender la hoguera. Y tres, dos, uno... El fuego se enciende y se traga la montaña de madera con avidez. Es muy bonito estar tan cerca de las llamas, y creo que, pese a todo, no voy a pasar frío.

—¿Cuánto tiempo te quedarás por aquí? —le pregunta Zack a Darinka.

Ella frunce el ceño.

—Sólo un par de días. Ojalá pudiera volver para la boda, que es el fin de semana que viene.

—¿Qué boda? —pregunta Zack.

Miro a Landon, que le responde:

—La de mi madre.

—Ah...

Zack hace una pausa y baja la mirada, como si estuviera dándole vueltas a algo.

—¿Qué? —le pregunto.

—Nada. Es que estaba intentando recordar quién más me dijo algo de una boda el fin de semana que viene... Ah, sí. Fue Lauren, creo. Nos estaba preguntando qué se pone uno para ir a una boda.

Después de ella [Camren G!P]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora