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El vacío que noto tras dejar a Lauren es muy raro, y me siento un poco patética. Después del corto trayecto hasta la residencia, me da la impresión de que llevo horas sin verla. Bella no está en nuestra habitación, y me alegro. Necesito estudiar y prepararme para mañana, mi primer día en Vance. Tengo que decidir qué voy a ponerme, qué voy a llevarme y qué voy a decir.

Saco la agenda y planifico la semana al minuto. Lo siguiente es la ropa.
Para mi primer día en Vance, la falda negra nueva, blusa roja y tacón negro no muy alto, sólo un poco más de lo que habría llevado hace dos meses.
Es un atuendo muy profesional pero femenino a la vez.
Me pregunto si a Lauren le gustará.
Para no pensar en ella, termino todos los trabajos que tengo que entregar esta semana y adelanto alguno más.
Para cuando he acabado, el sol ha desaparecido del cielo y me muero de hambre, pero la cafetería ya ha cerrado. Lauren todavía no me ha escrito, así que imagino que no tiene pensado verme esta noche.

Cojo el monedero y salgo a buscar algo de comer. Recuerdo haber visto un restaurante chino cerca de la pequeña biblioteca pero, cuando llego, ya está cerrado. Busco el restaurante más cercano y encuentro uno llamado Ice House. Voy para allá. Es pequeño y parece hecho de aluminio, pero tengo hambre y el estómago me ruge sólo de pensar en tener que buscar otro sitio en el que comer. Entro y veo que es más bien un bar en el que sirven comida y, aunque está bastante lleno, consigo encontrar una mesa al fondo.
Procuro ignorar la forma en que me mira la gente, que se pregunta qué hago aquí sola. Siempre como sola.
No soy de esas personas que necesitan ir con alguien a todas partes. Hago la compra sola, como sola y he ido sola al cine unas cuantas veces cuando Shawn no ha podido acompañarme. Nunca me ha importado estar sola... hasta ahora, para ser sincera. Echo de menos a Lauren más de lo que debería, y me preocupa que no se haya molestado siquiera en escribirme. Pido y, mientras espero a que me sirvan, la camarera me trae una bebida rosa con una sombrilla.

—Esto no lo he pedido yo —le digo, pero me lo deja en la mesa de todas formas.

—Ha sido alguien de allá. —Sonríe y ladea la cabeza en dirección a la barra.

No sé por qué pienso que es de Lauren y estiro el cuello para mirar. Pero no. Zack me saluda con la mano y una sonrisa deslumbrante. Nate se acerca y se sienta a su lado en un taburete. Me sonríe también.

—Ah, gracias.

Parece que en este campus sirven alcohol a diestro y siniestro aunque nadie tenga edad de beber. O que esta gente sólo va a esa clase de sitios. La camarera me asegura que mi comida estará lista dentro de un momento y se va. Zack y Nate no tardan en venir a mi mesa, apartar las sillas de enfrente y sentarse. Espero que Zack no esté enfadado conmigo por lo del viernes.

—Eres la última persona a la que esperaba ver aquí, menos aún en domingo —dice Nate.

—Si, he venido por accidente. Quería cenar comida china, pero el restaurante estaba cerrado.

—¿Has visto a Lauren? —me pregunta Zack con una sonrisa.

Mira a Nate, que le devuelve una mirada misteriosa, y luego ambos me miran a mí.

—No. Hace ya rato que no. ¿Y ustedes?—Los nervios me traicionan.

—Hace horas que no, pero vendrá pronto —responde Nate.

—¿Aquí? —aúllo.

Llega la comida pero ya no tengo hambre. ¿Y si Halsey viene con ella? No podré soportarlo, no después del fin de semana que hemos pasado juntos.

—Sí, venimos a menudo. Puedo llamarla y preguntarle a qué hora tiene pensado llegar —sugiere Zack, pero niego con la cabeza.

—No, no hace falta. Yo ya me iba. —

Después de ella [Camren G!P]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora