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Landon me envía un mensaje con la dirección: «2875 Cornell Road». La copio y la pego en el programa de navegación de mi móvil, que dice que está a quince minutos en coche. ¿Qué puede estar pasando ahí para que Landon me necesite?

Cuando llego al lugar de destino, estoy tan confundida como al salir de mi habitación. Shawn me ha llamado dos veces, pero no lo he cogido ninguna de ellas. Necesitaba que el GPS siguiera en la pantalla y sinceramente, la expresión de desconcierto de su rostro me atormenta.

Todas las casas de la calle son enormes y parecen mansiones. Ésta, en particular, es al menos tres veces más grande que la de mi madre. Es una vivienda de ladrillo antigua, con un jardín en pendiente que hace que parezca que está asentada sobre una colina. Es preciosa incluso bajo la luz de las farolas. Supongo que debe de ser la casa del padre de Lauren, ya que no puede pertenecer a un estudiante universitario, y es la única razón que se me ocurre para que
Landon pudiera estar aquí. Inspiro hondo, espiro y subo los escalones. Golpeo con fuerza la puerta de caoba oscura y ésta se abre al cabo de unos segundos.
—Camila, gracias por venir. Lo siento, sé que tienes compañía. ¿Ha venido Shawn contigo? — pregunta Landon y mira hacia el coche al tiempo que me indica que pase.

—No, está en la residencia. ¿Qué pasa? ¿Dónde está Lauren?

—En el patio trasero. Está fuera de control —suspira resignado.

—Y ¿para qué me has hecho venir? —pregunto lo más amablemente que puedo.
«¿Qué tengo que ver yo con que Lauren esté fuera de control?»

—No lo sé, sé que la detestas, pero tú hablas con ella. Está muy ebria y se ha puesto muy agresiva. Se ha presentado aquí y ha abierto una botella de whisky de su padre. ¡Se ha bebido más de media! Y después ha empezado a romper cosas: todos los platos de mi madre, un armario de cristal y básicamente todo lo que ha encontrado.

—¿Qué? ¿Por qué?
Lauren me dijo que no bebía. ¿Eso también era mentira?

—Su padre le ha dicho que va a casarse con mi madre...

—Vale. —Sigo confundida—. Y ¿Lauren no quiere que se casen?— pregunto mientras Landon me guía hacia la amplia cocina.
Me quedo boquiabierta al ver el auténtico desastre que ha hecho. Hay un montón de platos rotos tirados por el suelo y una vitrina grande de madera volcada, con los cristales de las puertas hechos añicos.

—No, pero es una larga historia. Justo después de que su padre la llamara para contárselo, se marcharon de la ciudad durante el fin de semana para celebrarlo. Creo que por eso ha venido aquí, para enfrentarse a él. Nunca pisa esta casa —me explica, y abre la puerta trasera.

Veo una sombra sentada en una pequeña mesa en el patio. Es Lauren.
—No sé qué crees que puedo hacer yo, pero lo intentaré.

Landon asiente. Se inclina y me coloca la mano en el hombro.
—Estaba gritando tu nombre —me dice en voz baja, y mi corazón se
detiene.

Camino hacia Lauren y ella levanta la vista. Tiene los ojos inyectados en sangre, y el pelo escondido bajo un gorro de lana gris. Abre unos ojos como platos, y entonces éstos se ensombrecen y quiero retroceder. Su aspecto casi resulta aterrador bajo la tenue luz del patio.

—¡¿Qué estás haciendo tú aquí?! —grita, y se pone de pie.
—Landon me ha... —contesto, y entonces desearía no haberlo hecho.
—Joder, ¡¿la has llamado?! —chilla en dirección a Landon, que vuelve a
entrar en la casa.
—Déjalo en paz, Lauren. Está preocupado por ti —la reprendo.

Se sienta de nuevo, y me hace un gesto para que haga lo mismo. Tomo asiento delante de ella y la observo mientras agarra la botella casi vacía de licor oscuro y se la lleva a la boca. Veo cómo su garganta se mueve mientras la apura. Cuando ha terminado, deja la botella con fuerza contra la mesa de cristal y doy un respingo al pensar que podría haberse roto la botella, la mesa o las dos cosas.

Después de ella [Camren G!P]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora