Llamo a Lauren, pero me ignora. Cuando ya está a medio camino del coche, se da la vuelta tan rápido que casi choco contra ella.
—¡Joder, Camila! ¡¿Qué mierda has hecho?! —me grita. La gente que pasa por nuestro lado empieza a mirarme, pero ella continúa—: ¿A qué clase de juego intentas jugar? —Se acerca a mí. Está enfadada, más que enfadada en realidad.
—No es ningún juego. ¿Es que no has visto lo mucho que quería que fueras? Estaba intentando llegar a ti, ¡y tú has sido tan maleducada! —No estoy segura de por qué estoy gritando, pero no voy a dejar que me grite sin más.
—¿Llegar a mí? ¿Qué mierda me estás contando? ¡A lo mejor tendría que haberse preocupado por llegar a mí cuando abandonó a su familia! —Las venas del cuello se le tensan bajo la piel.
—¡Deja de decir groserías! ¡Quizá está intentando recuperar el tiempo perdido! La gente comete errores y es evidente que le importas. Tiene una habitación para ti en su casa, llena de ropa por si...
—¡No sabes una mierda sobre él, Camila! —grita y se estremece de rabia — ¡Vive en un pedazo de mansión con su nueva familia, mientras mi madre se mata a trabajar cincuenta horas a la semana para pagar las facturas! Así que ahórrate el sermón. ¡No te metas donde no te llaman!
Se sube al coche y cierra de un portazo. Me apresuro a entrar también, por miedo a que se le ocurra dejarme tirada; está histérica.
Se acabó nuestro día sin discusiones.
Está hecha una furia, pero por suerte permanece callada cuando salimos a la carretera principal.
Si pudiera mantener este silencio el resto del viaje, sería feliz. Pero una parte de mí insiste en que Lauren tiene que entender que no puede gritarme así. Es uno de los puntos a favor que tengo que reconocer de mi madre: me enseñó cómo no debe tratarme mi pareja. O lo que sea que sea ella en mi vida.—Está bien —digo fingiendo serenidad—. No voy a meterme donde no me llaman, pero pienso aceptar la invitación de esta noche, vayas tú o no.
Como si fuera un animal salvaje enfurecido, se vuelve hacia mí.
—No, ¡ya te digo que no!
Manteniendo la falsa calma, añado:
—No es de tu incumbencia lo que yo haga o deje de hacer, Lauren y por si no te has dado cuenta, me ha invitado. Puede que le pregunte a Zack si quiere venir conmigo.
—¡¿Qué acabas de decir?!
Toda la suciedad y el polvo del coche se levantan cuando Lauren gira el volante de golpe y se detiene en la cuneta de la transitada carretera.
Sé que he ido demasiado lejos, pero a estas alturas estoy igual de enojada que ella y le grito:—¡¿Se puede saber qué demonios te pasa? ¿Cómo te sales así de la
carretera?!—¡La cuestión es qué demonios te pasa a ti! ¿Le dices a mi padre que voy a ir a su casa a cenar y luego tienes el descaro de insinuar que vas a ir con Zack?
—Ah, claro, perdona; ¿tus queridos amigos no saben que Landon es tu hermanastro y te da miedo que se enteren? —digo y me río de lo ridículo que me parece.
—Uno, ese imbécil no es mi hermanastro y dos, ya sabes que no es por eso por lo que no quiero que vaya Zack. —Ha bajado mucho el tono de voz, pero sigue enfurecida.
Sin embargo, a pesar del caos que reina en el coche, vuelvo a sentir un poco de esperanza ante los celos de Lauren. Sé que su actitud tiene más que ver con la rivalidad que con una preocupación real por que salga con Zack, pero hace que sienta mariposas en el estómago igualmente.
—Pues si no vienes conmigo, tendré que invitarlo. —En realidad, nunca lo haría, pero eso ella no lo sabe.
Lauren se queda mirando al frente durante unos segundos y entonces suspira, con lo que expulsa parte de la tensión.
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Después de ella [Camren G!P]
Fiksi Remaja«De lo único de lo que estoy segura es que mi vida y mi corazón jamás volverán a ser los mismos, no después de que Lauren irrumpiera en ellos.» Está historia es sólo una adaptación, todos los derechos a su autora original.