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Karen sonríe agradecida cuando me ofrezco a ayudarla con los platos, y parece sorprenderle un poco que lo haga. Lleno el lavavajillas mientras ella friega las fuentes. Me doy cuenta de que la vajilla parece recién estrenada, y pienso en el estropicio que Lauren causó la otra noche. Puede llegar a ser muy cruel.

-Si me permites la pregunta, ¿cuánto tiempo llevan saliendo Lauren y tú?-Se ruboriza al preguntarme, pero le dedico una cálida sonrisa.

Haciendo lo posible por evitar el tema de salir juntas, digo:
-Nos conocemos desde hace un mes más o menos; ella es amiga de mi compañera de habitación, Bella

-Sólo conocemos a unos pocos amigos de Lauren. Tú eres..., bueno, eres distinta de los demás.

-Sí, somos muy diferentes.

Los relámpagos destellan en el cielo y la lluvia comienza a golpear las ventanas.

-Vaya, está cayendo una buena ahí fuera -señala, y cierra la pequeña ventana que hay frente al fregadero-. Lauren no es tan mala como parece -dice entonces, aunque en realidad da la impresión de que se lo esté recordando a sí misma-. Lo que pasa es que se siente herida. Me encantaría creer que no será así siempre. Debo decir que me ha sorprendido mucho que viniera hoy y creo que ha sido gracias a tu influencia sobre ella.

Cogiéndome desprevenida, se acerca a mí y me abraza. Sin saber muy bien qué decir, le devuelvo el abrazo. Al separarse, mantiene sus cuidadas manos sobre mis hombros.

-De verdad, gracias -dice, y acto seguido se seca los ojos con un pañuelo que saca del bolsillo del delantal antes de seguir fregando los platos.

Es demasiado amable como para decirle que no tengo influencia alguna sobre Lauren. Simplemente ha venido esta noche porque quería fastidiarme. Cuando acabo de llenar el lavavajillas, miro por la ventana y me fijo en las gotas de lluvia que se deslizan por el cristal.
Cabe destacar que Lauren, que odia a todo el mundo excepto a sí misma, y quizá a su madre, tiene a toda esta gente que se preocupa por ella y, sin embargo, se niega a preocuparse por ellos. Es afortunada por tenerlos, de tenernos. Sé que soy una de esas personas. Haría cualquier cosa por ella; aunque lo niegue, sé que es verdad. Yo no tengo a nadie, excepto a Shawn y a mi madre y ni siquiera los dos juntos se preocupan tanto por mí como la futura madrastra de Lauren se preocupa por ella.

-Voy a ver a Mike. Estás en tu casa, cielo -me dice Karen.

Asiento y decido ir a buscar a Lauren o a Landon, al primero que encuentre.
No veo a Landon por ninguna parte de la planta baja, así que subo la escalera y me dirijo a la habitación de Lauren. Si no está arriba, supongo que iré a sentarme abajo yo sola. Giro el pomo, pero la puerta está cerrada con llave.

-¿Laur? -Intento hablar bajito para que nadie pueda oírme.
Golpeo la puerta con los nudillos, pero no oigo nada. Cuando me dispongo a darme la vuelta, se oye el ruido de la cerradura y abre la puerta. -¿Puedo pasar? -le pregunto, asiente una vez y abre la puerta lo justo para que entre.

Corre una brisa por la habitación y el fresco olor de la lluvia entra por el ventanal. Lauren se aleja y se sienta en el banco empotrado levantando las rodillas. Se queda mirando el exterior, pero no me dice una sola palabra. Tomo asiento frente a ella y espero mientras el constante repiqueteo de la lluvia crea una melodía relajante.

-¿Qué ha pasado? -Me decido a preguntar, cuando me mira con cara de confusión, le explico- Abajo, quiero decir. Me estabas tomando la mano y... ¿por qué me has soltado?- Me avergüenza el tono de desesperación de mi voz. Sueno un poco pesada, pero las palabras ya están dichas-. ¿Es por las prácticas? ¿Es que no quieres que las haga por algo? ¿Porque te ofreciste tú antes a ayudarme?

Después de ella [Camren G!P]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora