Sólo he visto un condón en clase de educación sexual, e imponía bastante.
Pero ahora mismo sólo quiero arrancárselo a Lauren de las manos y ponérselo lo más rápido que pueda. Menos mal que no puede leer mis pensamientos indecentes, aunque ella dice cosas mucho más guarras que las que yo he pensado nunca.—¿Estás...? —dice con voz ronca.
—Si me lo preguntas otra vez, te mato.
Me sonríe y agita el preservativo que sostiene entre el índice y el pulgar.
—Iba a preguntarte si quieres ayudarme a ponérmelo o lo hago yo sola...
Me muerdo el labio.
—Ah. Me gustaría hacerlo yo, pero... vas a tener que enseñarme cómo se hace.
Lo que aprendí sobre el preservativo en clase de educación sexual no me preparó para lo que se siente en un momento como éste, y no quiero fastidiarla.
—Bien.
Se sienta en la cama y yo cruzo las piernas. Me da un beso rápido en la
frente. Rasga el envoltorio y alargo la mano, pero ella suelta una carcajada y menea la cabeza.—Ahora verás. —Me coge la mano, saca el pequeño disco y usa nuestras manos entrelazadas para colocarse el condón en la punta. El látex es viscoso y resbaladizo—. Ahora hay que desenrollarlo —dice con las mejillas coloradas.
Nuestras manos deslizan el condón por su piel firme. Entorna los ojos y su erección crece un poco más.
—No ha estado mal para una virgen y una ebria —me río.
Me levanta una ceja y se ríe a carcajadas. Me alegro de que podamos bromear y no sea todo tan serio e intenso; eso hace que lo que va a suceder a continuación me ponga menos nerviosa.
—No estoy borracha, nena. Me he tomado un par de copas pero me he despejado discutiendo contigo, como siempre. —Me regala una sonrisa preciosa y me acaricia el labio inferior con el pulgar.
Es un alivio saberlo. No me apetece en absoluto que se duerma a la mitad, o que me vomite encima. Me río de pensarlo y la miro otra vez. Tiene la mirada despejada, no de borracha como hace una hora.
—Y ¿ahora qué? —pregunto sin poder contenerme.
Se ríe, me coge la mano y se la lleva al paquete.
—¿Me tienes ganas? —pregunta.
Asiento.
—Yo también te tengo ganas —confiesa, y me encanta sentir lo dura que está en mi mano.
Cambia de postura y se pone encima de mí. Con una rodilla me abre de piernas y luego me acaricia con los dedos.
Me pregunto si será cariñosa... Eso espero.—Estás muy mojada, eso lo hará más fácil —dice, y coge aire.
Su boca encuentra la mía y me besa despacio, jugando con la lengua. Sus labios parecen hechos para los míos, a medida. Se separa un poco, me besa las comisuras, la nariz y otra vez en los labios.
La abrazo intentando sentirlo más cerca.
—Despacio, nena. Tenemos que ir despacio —me susurra al oído—. Al principio puede doler. Seré muy cuidadosa y si quieres que pare, dímelo. Lo digo en serio —dice con ternura mientras me mira a los ojos esperando mi respuesta.
—Vale —asiento, y trago saliva.
He oído que perder la virginidad duele, pero no puede ser tan malo. O, al menos, eso espero.
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Después de ella [Camren G!P]
Teen Fiction«De lo único de lo que estoy segura es que mi vida y mi corazón jamás volverán a ser los mismos, no después de que Lauren irrumpiera en ellos.» Está historia es sólo una adaptación, todos los derechos a su autora original.