Still (Blas Cantó y Alvaro Gango)

Capítulo 46

Escuchaba como caía el agua de la lluvia en la calle. Abrí los ojos. Estaba apollada en el pecho de Blas. El dormía plácidamente. Cerré los ojos, intentando volver a dormir, cosa que fue imposible. Me levanté con cuidado para no despertar a Blas, y me quedé mirándole. Era perfecto hasta cuando dormía. Lo que me gustaría poder besarle cuando quisiera. Pero Álvaro...

Álvaro... Hace ya dos días que no se nada de el. La verdad, me siento como una mierda... Se suponía que en la fiesta iba a estar con el. Pero me enfade con Blas y me fuí de allí. Luego estuve con Blas, y pasé de Álvaro completamente. Y ayer estuve todo el día con David, Blas y mi prima.

Suspire frustrada y me levanté de la cama. Cogí algo de ropa limpia y me la puse, me peiné y bajé a la cocina.

Me preparé un colacao y me lo tomé con un par de galletas. Cuando terminé, me fuí hacia la ventana y me quedé mirando. Las gotas de la lluvia caían en las baldosas. Gente pasaba con paraguas, otras iban corriendo, o otras simplemente se limitaban a agachar la cabeza y caminar.

Cogí una chaqueta y salí de la casa. No llevaba paraguas, llaves... Ni siquiera me llevaba el móvil. Me vendrá bien pensar. Un rato para mi sola. Sin nadie a mi lado sin dejarme pensar.

Me puse la capucha y empecé a caminar. No sabia a donde iba. Seguramente me dejaba guiar por mis pies. Miraba al suelo mientras pensaba. Solo en una cosa.

Álvaro o Blas.

Álvaro es cariñoso y dulce.

Blas es divertido y me hace olvidar mis problemas.

Son cosas muy diferentes, cosas que me gustan de ambos. Seguí pensando. Hasta que me di cuenta en donde estaba.

Estaba en el parque. El porque donde conocí a Álvaro. Donde pasamos esa noche taaaaaan graciosa con todas esas fotos tontas. Me quedé mirando el parque, pero sobre todo, el banco. El banco donde Álvaro y yo pasamos esa gran noche.

Seguía pensando en el, hasta que alguien se pone a mi lado, y me cubre con el paraguas.

xXx: ¿Tambien vienes por aquí?

Le miré y sonreí, era el. Mi gran Smiler.

Yo: He empezado a caminar y he llegado hasta aquí.

Álvaro: -Sonríe un poco- Yo vengo siempre que puedo. Me gusta recordar la noche en la que te conocí.

Yo: -Agaché la mirada- Quiero pedirte perdón.

Álvaro: No tienes que hacerlo -El me miraba, pero yo seguía mirando al suelo. No me atrevía a mirarle a los ojos- Lo comprendo

Yo: No Álvaro no. No lo comprendes. Se suponía que iba a la fiesta contigo, y te deje mas plantado que un pino. Y encima luego me fui y pase de ti, sin pensar en nadie que no fuera yo. Y llevo días en los que apenas te veo o hablo contigo...

Álvaro: ¿Sabes? Le tengo envidia. A Blas digo. No se como lo hace, pero siempre tiene tiempo para ti. Siempre te hace sonreír y se nota que estáis muy enamorados. Ya no se que pinto aquí...

Yo: ¿Pero que tontería estas diciendo? -Ahora las tornas habían cambiado. Era yo quien le miraba y el era quien miraba el suelo. Con la cabeza agachada- Pintas mucho Álvaro. ¿Sabes porque no estoy con Blas? Porque te quiero. No podría estar con el sabiendo que siento cosas muy fuertes por ti.

Álvaro: Pero tampoco estas conmigo porque quieres a Blas. Todo te sería mas fácil si no estuviera.

Yo: Deja de decir tonterías.

Álvaro: ¡No es una tontería! Tiene sentido. Somos dos y tienes que elegir a uno. Y si uno no estuviera te quedarías con el que queda. Así de simple.