Malas decisiones

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- Mueves un dedo y ya estas lleno de tierra -

- Me imagino -

- Ni te  cuento si llega un helicóptero -

- Tom a Eli no le importa la tierra - se burló  Harry detrás.

- No, pero ella quiere escucharme - dijo obvio y me rei. Él y su ego.

Ahora que Tom estaba grabando en Marruecos, se nos hacia mucho más fácil hablar ya que no había diferencia horaria. Ahora mismo estaba en un descanso de escenas y yo recién llegaba a casa de la Universidad. Estaba calentando mi comida, había dejado el teléfono sobre la mesada.

- Entonces, que tal ese examen de redacción? - preguntó. Deje la olla con arroz en la hornalla y  me acerque a la camara. Me incline apoyando mi mentón sobre la palma de mi mano.

 Fruncí mi ceño - Bien...creo, se me siguen confundiendo la puntuación en inglés, sabes, es difícil cuando toda tu vida lo has hecho diferente - Alcé los hombros. De golpe música empezó a sonar fuerte, haciendo que todos los vidrios de la casa suenen, y la casa estaba llenos de ellos.

Mire hacia arriba a el vidrio que había como techo en una parte de la cocina, hasta ese sonaba.

- Te llamaré más tarde - grité. Tom tenia un cara de confusión digna de una captura de pantalla.

Colgué y empecé a subir las escaleras. Eso era Lana Del Rey?

Entré a la pieza de Harry y subí hasta la de Harrison. Estaba tirado en  la cama jugando con una media. Me acerque al parlante y le baje. Automáticamente se sentó, me miro y volvió a acostarse.

- Quieres poner la música de nuevo? - murmuró. Me vi en el reflejo de su espejo y automáticamente quite la mano de mi cadera y tome el trapo de la cocina de otra manera. Parecía una madre de un adolescente, mi madre - Video Games es un gran tema Eli, apreciaria que me dejaras escucharlo -

- Estas en tu día depresivo de la semana o...? - lo mire confusa.

- La gente normal tiene uno al mes, acabas de sonar muy triste -

Lo mire incómoda -No....no hay gente normal....lo normal es relativo - murmuré avergonzada.

Lo escaneé con la mirada - y piensas quedarte así? a la tarde tengo que ponerme a leer un libro, no podrás escuchar música tan alto -

No decía nada sólo seguía jugando con su media tirandola y atrapándola una y otra vez. Harrison no solía estar así, de hecho, nunca había hecho esto. Entendía que estuviera triste, todo lo estábamos algunos días, a veces sin ninguna razón.

- Bien te dejare re plantearte tu vida hasta las 4, luego saldremos a hacer algo - dije  antes de  volver a subirle a la música. 


**********

Lo miré. Estaba en perfectas condiciones. Yo estaba segura que había perdido un pulmón y mi estómago hace unos 15 metros. 

Nunca le digan a alguien ¨Lo que tu quieras¨ has ido mi peor desición.

Pensé que Harrison iba a querer ir a toma un helado, comer palomitas, algo que hace la gente cuando esta deprimida, no ir a correr un maldito maratón. Algo estaba mal con él, y  no lo digo porque esté deprimido. Correr? Enserio?

- Ya quieres parar? -pregunté apenas respirando.

- Lleguemos a aquel árbol, que dices? - se giró a verme. 

Vamos Elissa, tu puedes, puedes llegar a ese árbol que apenas llegas a ver. Asenti.

Tomaba tanto aire que podía juntar que mis fosas nasales se pegaban al resto de mi nariz. Después de esto iban a tener que colocarme una silla electrica para subir las escaleras.

Vamos Eli, tu puedes, si Eli, si Eli.

- Te estas animando? - comenzó a reírse. Automáticamente me sonroje. Dios que pena, lo estaba diciendo en alto. Lo empuje con las pocas fuerzas que tenia.

- Sirve, deberías practicarlo - me defendí. 

Mis manos tocaron el tronco del árbol, y eran lo mejor que había tocado en mi vida. Sentía mis piernas quemar y mi estómago doler. 

- No te sientes mejor? - preguntó Harrison mientras estiraba. No podía estar más en desacuerdo. Tome mi pie estirando el cuadricep. El típico sonido de carrito de helado se oyó, o el sonido de la alegría para mi.

- Sabes que me haría sentir mejor? un helado - lo tome del brazo empujándolo hasta la chica con el carrito.

Tristemente a mitad de camino y Harrison se burlo de mi comiendo el suyo lentamente. Cuando llegamos a casa Mad estaba afuera.

Las últimas semanas habíamos estado la mayoría del tiempo juntas, inclusive las primeras dos noches luego de que fuera a hablar con ella, durmió  aquí en casa. Le había recomendado mi psicóloga luego de que decidiera que le gustaría ir a una, así que ahora haciamos todo juntas, universidad, club, psicóloga, con suerte nos llevábamos muy bien como para no matarnos por compartir tanto tiempo.

Sabia que era un camino largo y que recién comenzábamos.

- Ya quiero que vuelva Tom, extraño recibirlo - bufó luego de la saludamos.

- Bueno pue, podrías considerar recibirme a mi, ya sabes, Oh por dios es Harrison Osterfield -

- Ya quisieras rubio - se burló. Abrí el portón y atravesamos el jardín delantero.  Entramos a la casa haciendo nuestra rutina de siempre. 

Fui hasta la cocina por agua - A qué se debe tal visita? - le pregunté a la rubia que venia entrando. Andaba con una caja.

- Bueno pues - Harrison entró empujándome de la heladera y sacando agua también - De dónde viene ustedes? - preguntó entrecerrando los ojos.

- De correr - contestó levantando los hombros - bueno, yo de correr, Eli de agonizar -

- No seas malo, lo hice por ti - le pique las costillas haciendo que se moviera y se mojara la remera con agua - Decias? - miré de nuevo a mi amiga.

- Te traje este regalo - sonrió pasandome la caja marrón con el logo de Amazon por la isla. Tome un cuchillo para romper la cinta que la cubría.

- OH POR DIOS - gritó Harrison al ver la caja que había sacado del interior de la otra entre mis manos.

Por qué me dejo abrirlo aquí? No sabia si soltar una carcajada o salir corriendo de la pena.

- Un dildo? - la mire con los ojos abiertos como platos

- Y del hombre araña - rió Harrison detrás mio.


Holland HouseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora