26. Nuevos frentes

100K 7.4K 8.1K
                                    




Chiquis, hay un extra en el grupo de Facebook de Ángela. Sería interesante que lo lean. Búsquenlo como "Historias de FlorDiVento"

Disfruten. Capítulo largo.


"A veces, el infierno deja de ser un lugar para convertirse en una persona."


Bianca

Sus labios son como azufre candente; extraños, amargos, chispeantes.

Me toma dos segundos asimilar que estoy en su boca, ajena quizá a lo sucedido porque aún sigo en completo shock. Aprieta mi cuerpo contra en suyo con fuerza emitiendo un largo gemido con los labios ¡No! ¡Qué demonios está haciendo! Mi razón despierta e inmediatamente después me frustro, pegando la mano en su pecho para luego soltarme. Le doy una jodida patada en las bolas al sentir que me acorrala. Por supuesto que sabe muy bien lo que hace.

No es no y punto.

Mis labios parecen haberse hinchado de impotencia, el calor que desprendió su piel me asfixió hasta la cordura. ¿Qué carajos pretende? Suelto rabia por los poros dejando que mis ojos se abran con furia. Rossi es como mi hermano.

—¿¡Qué carajos significa esto!? —abofeteo su cara hasta tirarmele encima a puños.

—Es lo que escuchaste —me empuja hacia atrás sosteniendo mis muñecas—. No hay mentiras en lo que dije.

Entre abro los labios indignada.

—Somos hermanos.

—¡No somos hermanos! Me has ignorado todos estos años cuando lo único que he hecho es amarte y protegerte. Yo sí, Bianca. Yo jamás quise matarte. Mi amor fue sincero desde el inicio. Te amo desde que éramos niños.

Se me seca la garganta. La idea me parece aterradora.

—¿¡Estás escuchándote!? —alzo la voz indignada y sin poder creerlo.

—Solo escucho mi interior —brama aturdido—. No puedo soportar que estés con él, que lo mires y beses de esa manera.

—Pero sí soportaste verme convertida en la esposa de Darío. Sí soportaste arreglar este matrimonio. Qué lindo amor —ironizo.

—Haces que pierda la maldita cabeza —intenta acercarse pero retrocedo a la defensiva—¿No lo ves? ¿Acaso estás ciega? ¡Hice todo esto por tu bien! ¡Permití que te casaras con ese imbécil por tu bien! ¿Qué sería de tí ahora si te hubieras quedado como terminaste hace dos años? Arruinada, sin dinero, con mil hombres buscando tu cabeza y encima embarazada de un infeliz.

Lo fulmino con la mirada sin contestar. Cada vez que menciona a ese bebé me paralizo.

—Esa asquerosa ratita. —agrega y le lanzo una patada en el estómago produciendo que se doble.

—No te atrevas a mencionarlo —amenazo con el dedo extendido, lava pura ardiendo por mis venas.

—Soy el único que te quiere de verdad —se incorpora con impulsividad tomando mi brazo—. Algún día vas a darte cuenta. No te sacrifiqué por nada, Bianca Simone. No para que regreses con él. Así como tú entras en celo con ese tipo yo lo hago contigo y no lo soporto más.

—Vete a la mierda. —Lo digo contenida. Clava sus ojos en mí de inmediato.

—¿Por qué él? —traga saliva de inmediato—. Lo miras diferente, lo anhelas cuando aparece frente a tus ojos cuando fue él mismo quien quiso matarte y yo... yo solo he querido protegerte.

—¿Protegerme? ¿Tu amor por mí pagó tu comida? ¿Tus intereses? No —vuelvo a soltarme con rabia—. Esto ha sido un ganar, ganar, Rossi. Desde que iniciamos esto fue así, no te has sacrificado por mí para nada. La mafia negra no nació por amor sino por rebeldía y poder. Lo sabes perfectamente. Nadie ama a ciegas, Giacomo. Aquí nadie es bueno.

Peligroso deseo © [2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora