Shuumatsu no Valkyrie - Last Ragnarok I

Capítulo 9. ¡Nuestra segunda oportunidad!

Huitzilopochtli regresó la mirada hacia el cuerpo de Aquiles con un profundo sentimiento de nostalgia. Se quedó quieto unos instantes, antes de volver hacia Xiauhcóatl que plácidamente descansaba en el suelo.

- No debiste hacer eso, estúpida serpiente.

Xiauhcóatl volvió la mirada para gruñirle. Dejó su descanso de lado y se arrastró por el suelo hasta llegar a Huitzilopochtli, y con movimientos suaves por las heridas de ambos subió el cuerpo del Dios hasta terminar posando sobre los hombros del mismo. Huitzilopochtli suspiró con fastidio.

- Cómo quieras serpiente... - concluyó el Dios, y con el semblante bajo caminó hacia la salida de la arena.

- ¡Con esto termina el primer combate! - Heimdall seguía muy impresionado por el final - ¡Los Dioses consiguen la primera victoria aplastante, mientras que la humanidad vuelve a caer en el primer escalón hacia su extinción!

Geir miró el ambiente con nostalgia, recordando a la perfección el combate entre Thor y Lu Bu Housen de hace 1000 años, y la tristeza que sintió en aquella ocasión le invadió de una manera aterradoramente mayor.

- Volvimos a perder... El primer combate... - suspiró Geir con mucha pesadez y con voz temblorosa - Esto será... mas difícil de lo que pensé...

- ¡¡AQUILES, NOO!! - Patroclo cayó al suelo con un golpe seco, pero eso no fue impedimento para que siguiera con su llanto amargo y doloroso.

- Aquiles está... muerto... - Teucro fue el primero en hablar entre todos ellos.

- Si, así es... Nuestro Aquiles está muerto... - concordó Automedonte con el mismo sabor agrio en su boca.

Todos se quedaron callados, mirando hacia la nada, en total silencio. Pero Ayax fue el primero en hablar con mayor orgullo, levantando su rostro en medio de tanta tristeza.

- Se fue como un... verdadero hombre... - tenía lágrimas en los ojos, pero eso no permitió que su semblante cayera - Tuvo enfrente a un Dios muy poderoso... pero nunca cedió... ¡Aquiles luchó hasta el final!

Los demás en silencio lo miraron, pero poco a poco sus semblantes iban cambiando.

- ¡Si, por supuesto! - Meríones concordó - ¡Nuestro Aquiles murió cumpliendo su sueño: ser un soldado para la humanidad!

- ¡Si! ¡Aquiles murió con su sueño cumplido!

Todos empezaron a gritar de emoción, aunque las lágrimas de su partida no podían parar. Estentor ayudó a Patroclo a ponerse de pie nuevamente con una sonrisa en sus labios.

- ¡Vamos chicos! ¡Gritemos su nombre al aire! - Ayax levantó su puño al cielo - ¡La historia lo recordará por siempre! ¡Aquiles: quien peleó por la humanidad!

- ... - Patroclo viendo los buenos ánimos que presentaban los demás chicos, se limpió las lágrimas y elevó un su rostro con determinación - Tienen razón. Aquiles no quisiera que tengamos lágrimas en un momento de... honor para todos...

En la arena, el cuerpo del semidiós comenzó a fragmentarse y en cuestión de segundos se volvió polvo que voló por los aires. Patroclo y sus amigos aprovecharon el momento y todos juntos gritaron el nombre de su mejor amigo mientras levantaban su puño al aire.