Shuumatsu no Valkyrie - Last Ragnarok I

Epílogo

La valkiria de cabello morado soltó un largo y profundo suspiro agotador.

Todo lo que había vivido desde ayer hasta ese momento fue demasiado: la elección y entrenamiento de sus peleadores toda la noche, el primero combate con la muerte de Aquiles, la llegada de sus hermanas mayores y menores, la primera victoria de la humanidad, el controversial combate contra la primera Primigenia, y una ebriedad que le impidió presenciar el terrible segundo empate.

Todo se podría resumir en un párrafo de no más de 70 palabras, pero el tiempo equivalente había sido demasiados eventos que le abrumaban.

Por desgracia solo era el comienzo de tantos pesares.

– De acuerdo. Una ducha y ya.

Afortunadamente, tenía tiempo suficiente para tomar un respiro y relajar su mente por un momento.

Estando en su propia habitación, una que le había apartado Zeus tras la finalización del coliseo, la mujer entró al baño en privado. Se quitó la bata de enfermera con la cual había estado los últimos minutos, y entró en la tina para quitarse todo lo que contaminaba su cuerpo.

Abrió la llave para llenar el espacio, al tiempo que tuvo un momento para reflexionar respecto a las decisiones que había estado tomando hasta ese momento:

¿Todo eso era lo correcto? ¿Todo lo que ha estado haciendo estaba bien?

¿Aun le falta mucho por aprender y, por desgracia, ese Ragnarok era su examen final…?

¿O tal vez, un experimento más?

« ¡No! ¡Nada de eso!… » Geir tomó en sus manos la suficiente agua para pasarla en su rostro, como si estuviera quitándose esas ideas « Esto no es ninguna clase de juego, prueba o experimento… Estamos en guerra.

» Hace mil años que lo estuvimos, cuando… cuando Brunhilde onee-sama desafió a los Dioses por primera vez y ganamos ese torneo. Nos costó demasiado… Perdimos a mis hermanas mayores y a muchos grandes peleadores. Pero… Esta vez debe ser diferente.

» Esta vez… Tengo la experiencia de lo que vivimos, y con eso puedo decidir mejor de lo que hizo Brunhilde onee-sama para conseguir la victoria. Aunque…

» Esto también es doloroso. »

De nuevo se dejó llevar por sus lágrimas, que con el sonido de agua llenando la tina era suficiente para ocultarlos auditiva y físicamente; cerró la llave y pasó sus manos por los ojos soltando todo de nuevo.

« No puedo. No puedo dejar de hacerlo… A ellos 13 yo los escogí personalmente, he estado con cada uno de ellos el tiempo suficiente para conocerlos bien y saber a quién debo enviar. Pero…

» En todo este tiempo ellos se han vuelto amigos muy cercanos a mi, como si… ellos estuvieran llenando el espacio de mis hermanas fallecidas. Pero ahora…

» Ahora debo enviarlos con la posibilidad de que ganen, o la posibilidad de que… pierdan. Debo ser la verdugo de mi segunda familia. Lo hago, pero no quiero… »

Se pasó ambas manos por la cabeza, para después entrelazar sus dedos y erguir la vista al techo.

– Onee-sama… ¿Podrías darme un consejo, por favor--?

Al terminar su oración se dio cuenta de una cosa que le hizo soltar una risa sarcástica.

– Es cierto… Tú misma me lo dijiste hace mil años cuando murió Randgriz nee-sama. Después del Ragnarok ya no hay nada más. Así que…