Capítulo 19: Armas de combate

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El ambiente estaba lleno de tensión y enemistad. En las gradas el silencio era imposible; cada lado apoyaba a su peleador y comentaban entre sí con mucha emoción.

Del lado de la humanidad, se pudo notar que aceptaron mejor a Cleopatra de lo que lo hicieron con Jingū. Todos comentaban tanto del carácter que conocieron de ella, lo que la historia escribió a su favor, y sobre esa hermosa y portentosa armadura divina.

Cleopatra escuchaba todo eso, y sus labios dibujaron una sonrisa orgullo. Con sus brazos en sus costados, su guardia estaba completamente baja pero su confianza se elevaba en el cielo.

Por el lado de los Dioses, había mucho respeto y temor por la apariencia de Nut; aún cuando físicamente parecía una pequeña niña, su aura alrededor gritaba peligro. Los egipcios solo sonreían y se sentían inferiormente aliviados por tenerla a ella como su peleadora; sin embargo, de alguna forma parecía que sus palabras de apoyo no fueran como de personas que la conocieron. De hecho, no sólo anunciaba peligro la pequeña Diosa, sino que también soltaba mucho misterio en el aire.

Los ojos dorados de Nut, indiferentes pero llenos de peligro y autoridad, incluso se podían ver con tanta claridad a pesar de la terrible y exageradamente abundante melena oscura que decoraba su cabeza. Igualmente ella permanecía con la guardia baja.

Lífthrasir, sentada en Geir quien había tomado asiento en su silla, miraba con mucha emoción y sorpresa.

- ¡Esto es increíble onee-sama! ¡El primer encuentro entre 2 peleadoras que se conocieron!

- Si... Debo decir que no esperaba llegar a un momento como este.

- ¿Cómo? - Lífthrasir se sorprendió - ¿No escogiste a Cleopatra?

- Teóricamente, no lo hice - explicó la valkiria - Fue Cleopatra misma quien se ofreció a pelear, y en cuanto supo que se trataba de Nut-sama tuvo más ganas.

Lífthrasir se quedó boquiabierta.

- Eso es algo muy raro onee-sama... ¡Dejar que un humano escoja a que Dios quiere matar!

Geir se sorprendió seriamente con esas palabras, inocentes pero curiosas.

- ¡Estoy emocionada! ¡Estoy emocionada! - sonrió Atenea estando a punto de saltar del sillón - ¡Nut-sama contra Cleopatra, por primera vez se pelearán 2 que se conocieron!

- Una curiosa coincidencia - comentó Hermes por lo bajo.

- Según decían las historias, esa humana era un pináculo de la belleza en sus tiempos, y ahora que la veo más de cerca... - Atenea sonrió de envidia mientras se tomaba de la barbilla - ¡Si que es muy bonita! ¡Obviamente solo por debajo de mi!

- Pero... ¡Es una lástima que tenga que pausar esto! - habló Zeus con voz divertida - Es hora de que busques a tu hermano, Atenea.

- ¿Eh? - Atenea miró a Zeus con confusión - ¿De qué hablas papi?

- Dijiste que buscarías a tu hermano... ¡Y entre más pronto lo hagas más pronto estarás aquí de vuelta!

Atenea se quedó en blanco ante las palabras de su padre, como si las estuviera pensando. Se levantó del sillón calladamente, se acercó a Hermes, y le susurró.

- Ve por Ares y te doy un dulce~

- ¡Atenea!

- ¡Si, si! ¡Ya voy, papá!

Atenea lanzó un berrinche cual niña mimada y salió del palco con pasos pesados, soltando su inconformidad. Hermes y Zeus se quedaron en silencio en su palco, mirando la arena.

Shuumatsu no Valkyrie - Last Ragnarok IDonde viven las historias. Descúbrelo ahora