Jingu y Sobek seguían con sus miradas el uno al otro, con total quietud, calma y silencio. El agua de alrededor a veces se agitaba por los movimientos de las ropas de Sobek, y a veces se calmaba junto con las ondulaciones del cabello de Jingu.
Todos estaban muy atentos al desarrollo del comienzo: el más mínimo movimiento definiría el inicio de la pelea, y con eso se podría saber si alguno de los 2 será el vencedor.
Pero el silencio que se generó por su falta de movimientos era totalmente abrumador. Por más de 2 minutos, el mirarse ambos con silencio y quietud comenzaba a aburrir a todos en las gradas, aunque seguían mirando fijamente.
- El silencio permanece. Y definitivamente ninguno está dispuesto a lanzar su primer golpe - comentó Heimdall con precaución.
- Esto si que es aburrido... - habló con pesadez Atenea, mientras se rascaba la melena de cabello que cargaba - Esperaba que Jingū fuera alguien con más iniciativa como para lanzar el primer golpe.
- Está analizando a Sobek - comentó Ares - ¡Igual que Sasaki Kojiro! Está luchando con su mente.
- Probablemente - concordó Hermes - Ambos parecen estar muy atentos.
- Aún así. Ya debieron al menos haber lanzado un primer golpe. Al menos Sobek.
- Paciencia hija - le tranquilizó Zeus rápidamente - La pelea llegará...
Los peleadores seguían mirándose, de distintas formas cada uno. Jingu miraba y analizaba partes vitales de Sobek para atacar: las gruesas escamas en su piel, sus manos con garras largas y filosas, los dientes de su hocico, su mirada aterradora. Por otra parte, Sobek solo recorría su mirada en Jingu de arriba a abajo, y de abajo a arriba, sin darle importancia.
Después de tanto silencio por parte de la mujer, Sobek soltó un suspiro agotador al tiempo que relajaba su postura.
- Cielos... - comentó con sarcasmo el Dios - Estoy frente a una emperatriz, y la primera mujer representante de la humanidad... Debo decir que esto es nuevo para mi.
- ... - Jingu solo permanecía en silencio, levantando su arma con firmeza.
- Parece que no está dispuesta a pelear... - habló con arrogancia y sarcasmo - Así que le contaré una historia... la historia de cómo este bello tridente terminó en mis manos...
Sobek movió su báculo, girándolo unas cuantas veces, para finalmente mostrar la punta contraria que tenía su arma: incrustado como si fuera parte original de aquella arma de Sobek, se encontraba el tridente de Poseidón, poseyendo uno que otro rasguño debido a las veces que lo uso el anterior Dios.
Jingu miró el arma y aunque parecía estar serena, sus ojos lograron mostrar levemente un sentimiento de inferioridad y asombro por el arma del segundo hermano griego.
- ¡Ohhhh! ¡El Tridente de Poseidón! - sonrió Lífthrasir en cuanto vio el arma de Sobek - ¡Lo soldó a su arma! ¡Se apropió del título de Poseidón y de su arma!
- ¡Por algo es el Poseidón de Egipto! - concordó Líf - ¡P-Pero Jingu será capaz de derrotar a ese poderoso egipcio!
- ¿Le gusta? - sonrió Sobek mientras movía el arma en sus manos, presumiendo el tridente - Me costó mucho tener esta arma... El tan proclamado, conocido, y ansiado tridente de Poseidón...
- ...
- La historia es corta para ser sinceros... - siguió explicando Sobek, aprovechando el silencio de Jingū - Después del primer Ragnarok, Grecia estaba destrozada por la humillación que sufrieron. - usando los dedos de su mano libre comenzó a contar - Zeus por el primer padre... Poseidón por el mayor perdedor... Hércules por el peor asesino... Apollo por el mejor francotirador. - suspiró con clara soberbia - A veces siento lástima por ellos... Mas aún cuando recuerdo que mi predecesor en el Ragnarok, el Dios Anubis, aplastó a un emperador con todas sus fuerzas... algo muy curioso si lo ponemos en perspectiva con el día de hoy, ¿No lo cree?
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Shuumatsu no Valkyrie - Last Ragnarok I
FanfictionPrimer arco: Han pasado 1000 años desde que ocurrió el Ragnarok. Los Dioses han convocado una nueva reunión, para hablar de aquellos acontecimientos y, en especial, de su humillante derrota. Pero todos los que siguen de pie no quieren afrontar esta...