– ¡Geir! ¡Geir! ¿¡Dónde estás…!?
El espartano recorrió los largos pasillos de los Campos Elíseos con desesperación, hasta por fin encontrar a aquella persona:
La valkiria de cabello morado; estando sentada en la esquina final de un pasillo que daba vuelta, la valkiria tenía las rodillas flexionadas a la cara y el rostro agachado, dando a entender que estaba llorando. Siempre que no quería ser vista, hacia eso.
Leónidas sabía muy bien eso; pero estaba más molesto por lo que había pasado.
– Geir… – se acercó rápidamente a ella – ¿Qué te pasa? ¿Por qué dijiste esas cosas? No debiste--
– ¡Déjame en paz… idiota…!
La valkiria le gritó entre sollozos y lágrimas, sin ser consciente que Leónidas había llegado hasta ella y flexionado las rodillas para estar a su altura.
– Lo que dijiste e hiciste no estuvo nada bien.
– ¿Crees que no lo sé…? ¿Me lo dices porque sigues pensando que soy una niña?
– ¡Claro que no! Yo sé muy bien que no es cierto; ya no eres esa pequeña y temblorosa niña detrás de la falda de su hermana mayor.
– … ¿¡Entonces qué quieres!?
– ¡Quiero que te disculpes con los chicos y con tus hermanas! ¡No estuvo correcto lo que hiciste!
La valkiria hundió la cara más en sus rodillas para dar un grito desconsolador.
– ¡No puedo hacerlo, no puedo hacerlo…!
– Claro que puedes, Geir. Te he visto hacerlo muchas--
– No hablo de la disculpa. Hablo de este Ragnarok… ¡No puedo hacerlo! ¡No puedo seguir con esto!
Ella levantó la mirada para mirar al espartano, su caballero favorito y en ese momento la mejor opción para hacerla recapacitar…
– Lo sé. Ven aquí.
… y consolarla.
La semidiosa bajó las piernas y se le acercó para abrazarlo, a lo que correspondió de inmediato el humano extendiendo los brazos y tomándola de la espalda; la bata de enfermera que usaba tocó la ropa del espartano que le produjo una curiosa sensación que decidió omitir.
Geir aprovechó el momento para desahogar más de sus sentimientos tan variados y fuertes, mientras que el humano solo la sujetaba sin mostrar sus emociones de esa manera.
– Esto es mucho para ti.
– Lo sé… ¿Por qué… no me sale bien? ¿Por qué no puedo hacerlo como Brunhilde onee-sama?
– Porque no eres ella.
El espartano separó delicadamente el rostro de su valkiria para mirarla directamente, además de limpiar con sus manos las lágrimas que manchaban sus mejillas.
– Sé cuánto la quieres. Tanto que quieres ser como una copia suya. Pero… no puedes, y no porque no te esfuerces lo suficiente. No puedes por el simple hecho que eres Geir: la décimo tercera hermana valkiria y la más pequeña. Bueno… hace unos siglos dejaste de ser la menor.
Geir rió un poco por ello; pero aun tenía muchas dudas e inquietudes.
– P-Pero… ¿Entonces… cómo puedo hacerlo…?
– … Para ser honestos, no lo sé. No tengo una fórmula para eso. Pero… Puedes empezar por algo, ¿No crees? Por ejemplo… Confiando en tus hermanas y en nosotros los Einherjer…
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Shuumatsu no Valkyrie - Last Ragnarok I
FanfictionPrimer arco: Han pasado 1000 años desde que ocurrió el Ragnarok. Los Dioses han convocado una nueva reunión, para hablar de aquellos acontecimientos y, en especial, de su humillante derrota. Pero todos los que siguen de pie no quieren afrontar esta...