Prólogo

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Los Dioses, de manera ruidosa, comenzaron a ocupar sus lugares en las sillas que estaban dispuestas en aquella enorme sala de conferencia del Valhalla. Pero, a pesar de tanto movimiento, el ambiente no tenía una sensación agradable... se podría decir que había un silencio extraño.

Han pasado alrededor de 1000 años después de su última conferencia entre todos ellos. Desde la declaración de Brunhilde de pelear contra los Dioses, el comienzo del torneo del Ragnarok, y también... de la gran derrota que sufrieron los Dioses perdiendo el mismo. A pesar de que ya había pasado bastante tiempo, ninguno de los Dioses era capaz de olvidar las cosas que habían pasado en aquel torneo. Ni eran capaces aún de creer que fuera posible que los humanos lograrán superar y ganar a sus creadores.

Con ese pensamiento en sus mentes, todos ellos fueron tomando sus asientos, discutiendo entre ellos sobre lo que estaba a punto de ocurrir en la conferencia; la ultima que llevarían a cabo en el Valhalla, por acuerdo unánime entre ellos.

Muchos de ellos no habían tenido contacto con Zeus, presidente de la conferencia; pero todo estaban de acuerdo en conocer como reaccionaría el gran Zeus, presentándose frente a los Dioses después de su pelea en el Ragnarok. Querían conocer la vergüenza que muy probablemente cargaba el padre de los Dioses después de aquella victoria para los Dioses pero derrota para el anciano.

Mientras tomaban asiento y todos ellos seguían hablando, también podían sentir cierta soledad en el ambiente. Sin las palabras grotescas y ruidosas de Loki, la presencia amenazante de Poseidón, los ruidosos cuervos de Odín, el carisma y amabilidad de Hércules… Todos sentían en gran manera la falta que generaban los Dioses que habían muerto en el Ragnarok.

Aunque, la única excepción era Buda; muchos Dioses, después de ver la manera en que se rindió frente a Michel Nostradamus en su combate, se habían vuelto seguidores de Buda. Sin embargo otros, al considerarlo un cobarde por ser el único de los Dioses que había perdido su combate pero aún seguía con vida, lo odiaban y buscaban la manera de poder matarlo. Pero, pocos eran los Dioses vivos que habían conocido los movimientos que hizo Buda para alterar el torneo, como por ejemplo la "Flor de Loto" que ayudó enormemente a las valkirias para hacer frente a los Dioses, y muchos otros movimientos que realizó el Dios logrando incluso arreglar victorias y derrotas en ambos bandos.

De repente, las puertas de la conferencia se abrieron de golpe, y por ellas entró nada más y nada menos que Zeus acompañado de Hermes. Todos de inmediato se sentaron en sus asientos y guardaron silencio, pero mas que nada prestaron total atención esperando a que el anciano descendiera por las escaleras para conocer los sentimientos que tenía el Dios.

Pero, la reacción que obtuvieron fue la menos esperada: Zeus descendió por las escaleras con un sentimiento más alegre del que habían visto cuando se convocó la reunión pasada. Todos estaban muy sorprendidos por ello, pero ninguno se atrevía a decir ni una sola palabra para revisar sacar a la luz algún tema que fuera imprudente para el padre del Cosmos.

- ¡Hola a todos de nuevo! - anunció alegremente, llamando la atención de todos nuevamente - Ya ha pasado mucho tiempo desde que nos reunimos en el Valhalla para estas conferencias.

- Pero, Zeus-sama - le dijo Hermes a modo de susurró, mientras aún bajaban las escaleras - Solo han pasado 1000 años.

- Oh, es cierto… Fue hace 1000 años cuando nos reunimos… - entonces, habló con más emoción - ¡Y ocurrió todo lo del Ragnarok y eso! ¡Cómo olvidarlo! En especial... nunca olvidaré el brazo perdido de Shiva...

- ¡Hey, anciano! ¡No te burles de mi! - gritó el Dios de la destrucción, mientras se levantaba de su asiento.

Ninguno de los Dioses tampoco olvidaron cómo fue la pelea que tuvo, finalmente, Shiva: peleando contra Raiden Tameemon, el rikishi sin igual; un combate que iba encabezado por el humano, y más aún después de que el mismo usara toda su fuerza para arrinconar al Dios de la India. A pesar de que había logrado encabezar el marcador, con 3 - 2 favor a los Dioses, el mismo había quedado con las marcas de su casi humillante victoria. En especial, el hecho de que le faltaba y le seguiría faltando durante toda su vida uno de sus brazos.

Shuumatsu no Valkyrie - Last Ragnarok IDonde viven las historias. Descúbrelo ahora