1 Sin nada🔥💖

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Carlos le dio una pitada al cigarrillo mientras estaba sentado en la puerta del hospital

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Carlos le dio una pitada al cigarrillo mientras estaba sentado en la puerta del hospital. Batió sus pestañas temblorosas y empapadas en lágrimas, se puso de pie y caminó al interior de ese terrible lugar. Su madre había muerto y no le quedaba nada.

Debían un dineral en impuestos y hacía tres meses que no tenían luz en la casa. Esa vivienda ya ni siquiera era suya considerando que el gobierno la remataría al día siguiente.

«No necesitamos de su ayuda. Dile a Alejandro que nos deje en paz. Su dinero es indigno».

El muchacho sintió que las tripas hicieron un ruido. Fue como un rugido, el cual intentó controlar al poner la mano sobre su estómago. Llevaba más de un día sin comer.

Las cosas habían empeorado desde que su madre sufrió un derrame cerebral, quedando postrada en una cama. Nunca habían gozado de una estupenda situación económica. Sin embargo, hasta ese día no les había faltado el alimento.

El fondo del pozo se sentía duro y agreste, y era tan profundo que ni siquiera avizoraba una pequeña luz. ¿Qué era lo que haría a partir de allí? Estaba literalmente en la calle y se sentía un poco más que desesperado.

Se levantó. El dolor de la rodilla derecha se había tornado una tortura en los últimos quince días y apenas podía dar un paso. Fue en ese instante en el que el orgullo ya no parecía tan bueno y la necesidad de su hermano se hizo cada vez mayor.

La cuestión no era Alejandro. Nunca se había tratado de él, sino de su madre y de él mismo. La mujer se había negado a pedirle ayuda económica, incluso le había quitado la posibilidad de avisarle que estaba al borde de la muerte. Ahora se había marchado de este mundo y su hermano no tuvo la posibilidad de decirle adiós.

Carlos se daba cuenta de que el orgullo no le daba ganancia. Su madre ya no estaba y él se había quedado solo y sin casa. Se decidió a escribirle a ese hombre al que le había dado la espalda tantas veces, que creyó que odiaba, aunque ahora, dejando atrás el despecho, se percataba de que tenía algo de rencor, pero nunca odio por él.

—Hola, Ale, soy yo, Carlos, Charly, como siempre solías decirle a tu hermano. —Necesitaba nombrarlo, recomponer ese lazo invisible que él había contribuido a destruir—. No sé cómo decirte esto, tampoco sé el motivo por el que tengo el descaro de escribirte, pero mamá murió hoy. Llámame.

Y rogó que Ale continuara siendo el hombre bondadoso y libre de rencores que había sido toda su vida; esa persona plena, llena de amor.

Pasó una hora hasta que el celular sonó y el alma le volvió el cuerpo.

—Charly.

Tembloroso, débil y lleno de dolor, esa fue la vibración del sonido que emitieron las cuerdas vocales del médico.

—Hola, Ale...

—¿Por qué no me llamaste antes?

Dio un suspiro para intentar frenar el llanto que poblaba sus ojos.

Mi secreto T.O Libro 2 (Gay +18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora