Anyka dio un jadeo cuando sintió a Gabriel derramarse en su interior con fuerza. Sus ojos estaban fijos en el techo mientras presionaba sus poderosos brazos.
«Un ser completamente deshumanizado».
Jamás creyó que le daría la razón a Iván Zhukov una vez que habló con él y su pareja e hicieron referencia a Gabriel, su novio desde hacía casi tres años.
El sexo era un acto mecánico. La fricción de los cuerpos, en donde poco le importaba si ella llegaba al orgasmo o no. Normalmente, nunca lo lograba con el sexo anal, que al parecer él disfrutaba a pleno.
Gabriel dejó un beso en su mejilla, salió de su interior y rodó en la cama hacia un lado para segundos después ir a darse una ducha. La mujer se quedó envuelta entre las sábanas, esperando que su novio regresara a la cama. Quería hablar con él, mejor dicho, necesitaba hacerlo.
—¿Gaby?
Los ojos verdes, que estaban sobre el bóxer, el cual se colocaba, volvieron hacia ella.
—¿Qué?
—¿Me amas?
El hombre se encogió de hombros y se acostó de nuevo.
—Supongo.
Sin duda, no era la frase que buscaba. Fue gélida y carente de toda emoción.
—Llevamos tres años juntos, ¿por qué jamás me has dicho te amo?
—Sabes cómo soy. Si querías palabritas tiernas, no debiste haberte buscado un luchador de kickboxing.
—Iván Zhukov se lo dice todo el tiempo a su novio.
El rictus de Gabriel se encendió, como si Anya hubiera rociado ácido sobre una herida.
—Dime que no acabas de decir eso, porque debo haber escuchado mal cuando me estabas comparando con mi peor adversario.
Anyka se sentó en la cama con un dolor infernal en las caderas. Tenía miedo. Cuando Gabriel se enojaba, era tenebroso.
—Gaby, yo...
—Escúchame bien, puedo tener a cualquiera ocupando la cama con solo pestañear. Deberías estar agradecida por el tiempo que llevamos juntos.
—¿Agradecida? Apenas me miras. Cuando tenemos sexo, te enfocas en ti nada más. Vives maquinando formas de dañar a los demás, sobre todo a Iván. Estás tan obsesionado con él, con todo lo que tiene que a veces creo que ansiarías vivir su vida.
Gabriel se fue sobre ella. Sus rostros frente a frente.
—Nunca, por ningún motivo, vuelvas a decir que quiero ser como Iván Zhukov. La próxima vez me voy a enojar mucho, y créeme, a nadie le gusta verme enojado.
Las lágrimas brotaron de Anyka al tiempo que Gabriel se ponía de pie y la dejaba sola en la habitación. Amaba a Gabriel. Era el motivo por el que soportaba sus humillaciones. Sin embargo, ese bastardo no se merecía ser amado porque simplemente carecía de capacidad para amar.
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Mi secreto T.O Libro 2 (Gay +18)
RomanceTe odio... Charlie lo dijo mientras el aliento de ese hombre estaba sobre su cuello Te odio... Se lo repitió mientras embestía una y otra vez dentro de su ser y lo llenaba de sensaciones desconocidas y excitantes Todo en Gabriel Petrov era equivoca...