—Esto no puede estar sucediendo.
Decenas de cámaras y flashes los esperaban en el aeropuerto. Alejandro ni siquiera había visto las noticias e Iván no le había contado nada de lo sucedido.
—¿Te están esperando a ti?
—Algo ha pasado, no es normal que todos ellos estén aquí.
Carlos frunció el ceño y arregló su cabello. Dios, ambos eran un desastre, y la cara de preocupación de su hermano era algo difícil de ignorar.
—¿Estás de acuerdo con la declaración de la Federación de Kickboxing?
Alejandro intentó abrirse paso junto a Carlos tironeando las pesadas valijas.
—No tengo la menor idea de qué están hablando.
—¿Qué opina Iván al respecto? —indagó otro periodista, que le acercó el micrófono.
—Déjenme pasar.
Carlos mantuvo su mirada en el piso. El bullicio lo desconcertaba y lo llenaba de vergüenza. Había pasado tiempo desde que era el centro de atención, robándose todas las miradas, y esta situación, que debería involucrar solo a su hermano y su cuñado, dio un giro inesperado.
—¿Quién es él, doctor Ferrari?
—Es mi hermano. —Alejandro empujó el carro donde llevaba las maletas.
Eso logró que los periodistas se apartaran.
—¿Es modelo?
—¿Qué? Claro que no. Déjennos en paz. —Ale observó la camioneta de Antón a unos metros de la salida e hizo que ambos caminaran hasta allí.
—¡Ya! ¡Malditas víboras rastreras! —gritó Antón e hizo que ambos subieran al vehículo y que los periodistas se apartaran.
—¿Enojado, Lazarev? —Uno de los tipos intentó mofarse.
El hombre le respondió de inmediato.
—¿Qué pasa? ¿Celoso de que a ti nadie te dé por el culo? ¡Basuras de mierda! ¡Aléjense!
Dicho esto, caminó hacia el lado del conductor y subió a la camioneta, poniéndose en marcha.
—¿Están bien?
—Carlos, él es Antón, mánager y entrenador de Iván.
—Un gusto. действительно —balbuceó el hombre.
Alejandro se humedeció los labios y sonrió frente a esa pregunta que iba del enojo a la diversión.
—Sí, Antón, en serio.
Soportar el rostro y la forma delicada de Alejandro había sido casi un desafío, y lo de Carlos era cosa seria. Los pómulos altos, el rostro ovalado, rasgos definidos y delicados... Era una tortura para un hombre que se consideraba y se enorgullecía de ser homofóbico.
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Mi secreto T.O Libro 2 (Gay +18)
RomanceTe odio... Charlie lo dijo mientras el aliento de ese hombre estaba sobre su cuello Te odio... Se lo repitió mientras embestía una y otra vez dentro de su ser y lo llenaba de sensaciones desconocidas y excitantes Todo en Gabriel Petrov era equivoca...