La sensación de vacío y de lo incorrecto. Carlos contemplaba cada foto en el estudio fotográfico. Natalia pasaba casi todo el tiempo ahí. De pronto, un gran mural que cubría la mitad de una de las paredes azul oscuro le mostró las intenciones de esa bella y experimentada mujer.
«Él posó para ti».
Gabriel sonreía. Lucía cálido, libre, sin ataduras. Con su mano derecha tocaba un mechón rubio de su cabello y en parte cubría uno de sus ojos. La foto en blanco y negro podría haber dejado a la vista las imperfecciones, pero era difícil en Gabriel. El imbécil era sublime.
Carlos nunca entendió a la gente que lucía bien todo el tiempo, incluso cuando dormían. Gabriel tenía esa capacidad: el talento de asemejarse a un dios y comportarse como el más estúpido de los mortales.
—Eso fue hace dos años. Yo llevaba tres meses aquí en Rusia. Había fotografiado a casi todas las celebridades. Y bueno, él vino aquí, le saqué esas fotos, y tú sabes.
Charly tragó saliva. Una punzada de celos atravesó su pecho. De solo pensar que lo había tenido entre sus piernas era exasperante.
Natalia rio.
—Tranquilo, amore, a mí no me interesa del mismo modo que a ti.
—¿Cómo sabes que estoy interesado en él?
—La mueca de hace un segundo me lo ha demostrado, sin mencionar la escenita de esta noche. Gabriel es terco, idiota, un orangután malhablado que no tiene miedo de dañar a medio mundo y ni siquiera se inmuta. Un ser detestable.
—Lo odio a veces —repitió el muchacho, sosegando el dolor que invadía su corazón—. Lo odio.
—¿Y por qué te comportas como si lo amaras?
—Tú no me conoces.
La carcajada resonó en todo el estudio.
Carlos hervía de enojo.
—Dios, eres una cosita tan linda cuando estás molesto.
—Puedes irte a la mierda.
—Y esa boquita se enciende, me encanta.
—¿Qué querías conmigo?
—Estás aquí porque querías vengarte de él. Estuviste mirándolo toda la noche, y esos mismos ojos llenos de rabia estaban sobre su linda novia.
—Ella no es su novia.
—¿No? ¿Y por qué la besaba y acariciaba? ¿Por qué estaba con ella a su lado cuando en realidad quien debería ocupar ese lugar eres tú?
—¿Quién mierda eres? —Carlos estaba a punto de llorar y desconocía el motivo por el cual esa mujer lo intimidaba.
—Ya te lo dije, me encargo de retratar cuerpos. Me gusta que develen sus almas. Tú tienes potencial para hacerlo. —Acarició el cabello platinado, y Carlos se alejó.
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Mi secreto T.O Libro 2 (Gay +18)
RomantizmTe odio... Charlie lo dijo mientras el aliento de ese hombre estaba sobre su cuello Te odio... Se lo repitió mientras embestía una y otra vez dentro de su ser y lo llenaba de sensaciones desconocidas y excitantes Todo en Gabriel Petrov era equivoca...