—Esto no es tu problema, Iván, más allá de que no soportes a Gabriel...
—Lo es—interrumpió sujetándolo de los hombros—. Eres mi familia. Estás hecho un desastre, y sabes que todas las miradas están puestas en nosotros esta noche.
—Te dije que no tenía ganas de venir.
—Si hubieras dicho la verdad, de entrada no te habría rogado que lo hicieras. Es más, estaba orgulloso. Hasta ahora estabas dejando más que una buena impresión. Todas las mujeres estaban babeando por ti.
—No estoy interesado en eso.
—Es increíble que Vladimir tuviera razón.
—¿Él sabe lo mío con Gabriel?
Iván negó con molestia.
—Me hizo una insinuación cuando estuve en Londres. Gabriel estaba obsesionado contigo. Tenía tu imagen en el celular y en todos los aparatos electrónicos. Había quedado enganchado a ti, y no sabía qué sucedía. Me negué a preguntarte por vergüenza. ¿Cómo pudiste mentirme?
—¿Y qué pensabas qué te diría?
—¿Estás follando con él?
—No voy a responder eso.
—Entonces es un sí. —Iván se desparramó el pelo, el cual había estado perfecto hasta ese instante—. Gabriel es una mierda, peor que yo incluso.
—¡No es así! —gritó Carlos con sus ojos muy abiertos a la cara de su cuñado, sin saber explicar los motivos—. Le duele, ¿entiendes?
—¿Qué cosa?
—Ser incapaz de ser feliz.
Iván se quedó en silencio. Abrió y cerró la boca muchas veces. ¿Cómo lo ayudaría?
—¿Y por eso tú vas a ser infeliz también?
—Iván, hasta esta tarde he estado haciendo todo mal. He intentado convertirme en Gabriel, combatir fuego con fuego odiándolo e insultándolo como lo hace él. No es así como funciona.
—¿Qué sabes? ¿Por qué carajo piensas eso?
Carlos sonrió aún aturdido por la imagen de Gabriel y Anyka. No se daría por vencido, esta vez le ganaría la partida.
—Flores de aciano. Mi madre siempre las amó. Cuando te vi ese día con ellas en tu mano, hubo un mundo que vino a mí, una serie de recuerdos que había decidido enterrar, Charly. Tú sacas eso que he decidido olvidar, y eso me haces enojar, enano. Me molesta que constantemente quieras más.
»Sepultar a mi madre significó el fin de mi vida. A partir de allí todo fue una locura en escalada. No deseaba nada que me atara a las emociones, ya tenía suficiente con un corazón que se había hecho añicos, pero como la vida siempre te puede hacer su puta todavía me tenía preparada algunas sorpresas más. Después de mandar a un tipo al hospital con lesiones graves, estuve a punto de ir a un correccional. Mi hermano mayor me presentó a Lukyan Sarkovsky. Alto, musculoso, mandíbula firme, pelo negro y ojos del mismo color, dos pozos que me engullían cada vez que reparaba en mí. Un tipo. Estaba locamente perdido por un hombre, y apenas me estaba dando cuenta de ello. Era abogado, de los mejores, un hombre de familia y mi más absoluta perdición.
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Mi secreto T.O Libro 2 (Gay +18)
Roman d'amourTe odio... Charlie lo dijo mientras el aliento de ese hombre estaba sobre su cuello Te odio... Se lo repitió mientras embestía una y otra vez dentro de su ser y lo llenaba de sensaciones desconocidas y excitantes Todo en Gabriel Petrov era equivoca...