29 Posesividad💖🔥

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Carlos no quitaba los ojos de Gabriel y Anyka en la mesa a pocos metros de él

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Carlos no quitaba los ojos de Gabriel y Anyka en la mesa a pocos metros de él. Odiaba a la chica. Detestaba su risita y que manoseara a Gabriel a su lado, quien lucía relajado, como si todo estuviera en orden. La forma en que fingía era escalofriante, y Charly no estaba seguro de continuar. Un par de flashes sobre él lo hicieron pestañear y sonreír. Se giró a su hermano y cuñado, y se dio cuenta de que Iván tenía su vista grisácea sobre él. Era aguda y desafiante. Quería transmitirle algo que el hombre desconocía.

El rostro de Carlos se calentó. Estaba siendo posesivo con su compañero sexual, a quien ya no lo consideraba de ese modo. Después de esa tarde en la sauna, Charly creía que había dado varios pasos hacia adelante en su relación.

—No sabes lo que me estás pidiendo, Charly.

—Estoy seguro de que sí. Confía en mí, abre tu corazón.

—¿Quién dijo que tengo uno?

—Lo tienes. Abre lo que queda de él. Confía en mí.

Gabriel se había recostado a su lado en la habitación de la sala luego de darse un baño con cubos de hielo. Charly se acurrucó en su pecho. Olfateó su cuello y sintió la agitación y el nerviosismo. No había escapatoria de allí. No saldría sin hablar. Ese hombre entre sus brazos no lo permitiría.

Fue cuando Gaby se entregó. El animal rudo y hostil que yacía debajo de su hermosa apariencia rugía incómodo con esta especie de sumisión. No permitió que esa parte nociva arruinara el momento.

—Recuerdo poco mi vida cuando era pequeño, Carlos. Solo lluvia, barro, algunos gritos de una mujer que corría conmigo en sus brazos y luego oscuridad. Vladimir dice que quizá si hubiera hecho terapia sabría de qué se trataba ese recuerdo, pero tú sabes cómo soy, al menos lo poco que te he dejado entrever más allá de mi cuerpo. Son escenas sin ningún tipo de coordinación. Aparecen a veces cuando duermo. Después estoy en un lugar con muchos niños. Mi cabello es bastante largo, casi llega a mis hombros. Bato mis pequeñas pestañas y estoy dibujando una casa, una mujer y flores azules, las cuales trazo desordenadas. Me siento orgulloso de mi dibujo. Todo termina cuando un golpe en la cabeza me hace caer de bruces sobre el papel blanco.

»Es un estúpido niño más grande que yo el que me molesta. Está enojado conmigo todo el tiempo. Desconozco el motivo. Estamos rodeados por otros. Hay miedo en sus rostros. Supongo que yo estoy igual de asustado. Sin embargo, cuando él aprieta mi hombro decido defenderme. Me arrojo sobre él y lo golpeo. Con todas mis fuerzas, saco mi lado primitivo en ese segundo, y a partir de allí jamás volví a enjaularlo.

»Tenía cinco años cuando un par de extraños con voz amigable llegaron al orfanato y dijeron que me marcharía con ellos y me brindarían una familia y amor. Fruncí el ceño con escepticismo. ¿Amor? ¿Qué era esa mierda? ¿Alguna vez la había conocido? Estaba seguro de que no. Decidí entregarles mi confianza. Me abrí a ellos a pesar de que el mundo no había sido muy bueno conmigo sin importar mi corta edad. "Gabriel, eres nuestro pequeño ángel, y te cuidaremos siempre". Los ojos azules de la mujer me habían dado razones para confiar, así que sonreí, sin saber cómo mis músculos entendían ese gesto. Digo, no recuerdo haber reído antes de eso, pero lo hice, y se sintió genial. Fue como si ella tocara mi alma. ¿Alguna vez has pensado que podías tener ese acercamiento con alguien? Yo no. Después de eso, me entregué solo una vez de nuevo.

Mi secreto T.O Libro 2 (Gay +18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora