Gabriel apenas tuvo tiempo de darse un baño luego del entrenamiento. Ahora vendría toda una sesión de ridiculez. Detestaba las fotografías sobre todo porque para él no reflejaban la verdadera esencia de las personas. Todas las presentaciones eran lo mismo; maquillaje y aceite por todos lados para que su cuerpo luciera brillante y los músculos se marcaran con mayor contundencia. Y las poses, el hombre sexi y rudo que todos esperaban. Él no era un chico rudo, solo era un bravucón malhablado que toda la vida había tapado las inseguridades a golpes. Mucho tiempo había negado lo que era. Después de esa mañana junto a Calixta, la verdad tenía tanta luz que ninguna noche iba a cubrirla. Golpeó la puerta del estudio. Natalia, rozagante y hermosa, salió a recibirlo.
—¡Gaby! —estiró su mano, atrapando la de él, y tiró del hombre al interior del edificio—. Ya tenemos todo preparado, así que ve con Alexei a maquillaje.
Increíble que se hubiera acostado con ella. Su voz de corneta era lo menos erótico que había escuchado en su vida. Entonces se preguntó cuánto alcohol llevaba en el cuerpo esa noche en la que cedió a sus encantos.
Era pasado, por lo que no iba a pensar en eso, tampoco en el hecho de que quizá Charly se había acostado con ella en ese sitio. Su mano se hizo un puño y se dijo a sí mismo que debía tranquilizarse. El ruido de la pintura en aerosol hizo que le sostuviera la mano al maquillador.
—¿Qué carajo estás haciendo?
—Es maquillaje dorado, tranquilo. —El hombre rio y le dio un golpecito en el hombro—. Vaya, me encantan estos músculos.
Gabriel chasqueó la lengua.
El tipo presionaba sus manos sobre los deltoides tonificados.
—Termina rápido y deja de toquetearme.
—¿Qué pasa, amore? ¿Estamos más malhumorados que de costumbre? —indagó Natalia divertida, afirmada a un costado de la puerta de la sala de maquillaje.
—No tengo por qué responder.
—Vaya, increíble que tengas a personas tan enamoradas de ti.
—Bueno, idiotas hay por todos lados.
—Ninguno tan guapo como Carlos Ferrari, ¿no crees?
Los ojos verdes de Gabriel se clavaron en la mujer como si fueran puñales. Iba a cometer un asesinato en cualquier segundo y no habría una pizca de arrepentimiento en sus venas.
—No vuelvas a mencionarlo siquiera, ¿entendido?
—¿Qué pasa? ¿No eres bueno compartiendo? Tengo entendido que tu novia Anyka está con tu mánager ahora. Pensé que eras un buen chico.
—Cierra la boca o me voy en este segundo. Limítate a hacer tu trabajo, de lo contrario tendrás que inventarte las fotos porque me voy a ir.
—Tranquilo. Los celos están matándote. Así no van a llegar lejos ustedes dos.
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Mi secreto T.O Libro 2 (Gay +18)
RomanceTe odio... Charlie lo dijo mientras el aliento de ese hombre estaba sobre su cuello Te odio... Se lo repitió mientras embestía una y otra vez dentro de su ser y lo llenaba de sensaciones desconocidas y excitantes Todo en Gabriel Petrov era equivoca...